¡Esto sí que es un chin corrido, pura carnita asada! Resulta que Greymer Ramos, el jefecito de combustibles de Incopesca en Limón, andaba colaborando con el Cártel del Caribe Sur, esos mismos que anda buscando el OIJ como loco. Imagínate, el señor facilitando trámites pa’ que los hermanos Shock y Noni se rifaran el combustible subsidiado por el Estado. ¡Qué cosas hace la gente por un chuche!
Según el expediente judicial del caso Traición, Greymer no solo les abrió las puertas, sino que los iba avisando de qué papeleo tenían pendiente. El cuento es que Anita McDonald, la abogada del cártel, hablaba directo con él para coordinar los cobros, pa’ que la nave siguiera andando. Parece que el brete era mantener las embarcaciones llenitas de jugo pa’ trasladar… bueno, ya saben, cositas que no van en la declaración.
Y no es que fuera un favorcito aislado, no ma’. El cabecilla, Luis Manuel Picado, también conocido como Shock, le pedía ayuda a Greymer pa’ otros trámites en Incopesca. La conexión era directa, familiar hasta, porque Luis Manuel está casado con la hija de Anita. ¡Parece novela de televidencia, pero con tintes mucho más turbios!
Lo peor de todo es que, según el expediente, Greymer le andaba haciendo informes de seguimiento a Anita McDonald. Literal, le contaba cómo iban los procesos, asegurándose de que todo estuviera chuequito pa’ los del cártel. Y no precisamente porque fuera un buenazo, pues parece que algunos pagos estaban pasando de mano en mano entre el grupo y el funcionario. ¡Un tingo de tanto!
Pero la cosa no termina ahí, diay. Parece que los socios de Shock fueron a visitarlo a Incopesca a pedirle prestado un favor, alegando que tenían problemas con el combustible. Entre gritos y amenazas, empezaron a echarle presión al pobre Greymer. Pero claro, el señor ya estaba metido hasta el cuello en el lodo, así que ni siquiera denunció el incidente. Al final, prefirió hacerle la onda a los del cártel pa’ no meterse en más líos.
Además, resulta que el mae utilizaba el teléfono fijo de la oficina de Incopesca para comunicarse con Anita, confirmando la complicidad y el nivel de coordinación entre ambos. En una de esas llamadas, le decía que tenía varios pendientes y necesitaba aprobar unos traspasos de licencias de embarcación. Lo más gracioso (o preocupante, según se mire) es que le preguntó el precio, y Greymer le dijo la cifra exacta. ¡Todo como si fueran amigos de toda la vida rifando números de lotería!
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) está rastreando los movimientos bancarios de Greymer, y ya detectó dos retiros de casi dos millones y media colones. Dicen que podrían estar ligados a estos pagos ilícitos, pero todavía no hay confirmación oficial. Ahora, el exfuncionario enfrenta cargos graves y está esperando la audiencia preliminar junto con las 23 personas que capturaron en la reciente operación contra el Cártel del Caribe Sur. ¡Quién lo diría, un servidor público echando la talla con un cartel de narcotráfico!
Esta vaina da muchísimo chinquetón, ¿verdad? Con tanta corrupción y tanta impunidad, uno ya no sabe en quién confiar. ¿Ustedes creen que realmente vamos a limpiar este mugroso pantano, o siempre va a haber alguien dispuesto a venderse por unos cuantos billetes? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios, quiero saber qué piensan al respecto!
Según el expediente judicial del caso Traición, Greymer no solo les abrió las puertas, sino que los iba avisando de qué papeleo tenían pendiente. El cuento es que Anita McDonald, la abogada del cártel, hablaba directo con él para coordinar los cobros, pa’ que la nave siguiera andando. Parece que el brete era mantener las embarcaciones llenitas de jugo pa’ trasladar… bueno, ya saben, cositas que no van en la declaración.
Y no es que fuera un favorcito aislado, no ma’. El cabecilla, Luis Manuel Picado, también conocido como Shock, le pedía ayuda a Greymer pa’ otros trámites en Incopesca. La conexión era directa, familiar hasta, porque Luis Manuel está casado con la hija de Anita. ¡Parece novela de televidencia, pero con tintes mucho más turbios!
Lo peor de todo es que, según el expediente, Greymer le andaba haciendo informes de seguimiento a Anita McDonald. Literal, le contaba cómo iban los procesos, asegurándose de que todo estuviera chuequito pa’ los del cártel. Y no precisamente porque fuera un buenazo, pues parece que algunos pagos estaban pasando de mano en mano entre el grupo y el funcionario. ¡Un tingo de tanto!
Pero la cosa no termina ahí, diay. Parece que los socios de Shock fueron a visitarlo a Incopesca a pedirle prestado un favor, alegando que tenían problemas con el combustible. Entre gritos y amenazas, empezaron a echarle presión al pobre Greymer. Pero claro, el señor ya estaba metido hasta el cuello en el lodo, así que ni siquiera denunció el incidente. Al final, prefirió hacerle la onda a los del cártel pa’ no meterse en más líos.
Además, resulta que el mae utilizaba el teléfono fijo de la oficina de Incopesca para comunicarse con Anita, confirmando la complicidad y el nivel de coordinación entre ambos. En una de esas llamadas, le decía que tenía varios pendientes y necesitaba aprobar unos traspasos de licencias de embarcación. Lo más gracioso (o preocupante, según se mire) es que le preguntó el precio, y Greymer le dijo la cifra exacta. ¡Todo como si fueran amigos de toda la vida rifando números de lotería!
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) está rastreando los movimientos bancarios de Greymer, y ya detectó dos retiros de casi dos millones y media colones. Dicen que podrían estar ligados a estos pagos ilícitos, pero todavía no hay confirmación oficial. Ahora, el exfuncionario enfrenta cargos graves y está esperando la audiencia preliminar junto con las 23 personas que capturaron en la reciente operación contra el Cártel del Caribe Sur. ¡Quién lo diría, un servidor público echando la talla con un cartel de narcotráfico!
Esta vaina da muchísimo chinquetón, ¿verdad? Con tanta corrupción y tanta impunidad, uno ya no sabe en quién confiar. ¿Ustedes creen que realmente vamos a limpiar este mugroso pantano, o siempre va a haber alguien dispuesto a venderse por unos cuantos billetes? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios, quiero saber qué piensan al respecto!
