Bueno, pues mire usted... la cosa está que arde allá en Estados Unidos. Resulta que el tipo de la frontera, don Tom Homan, el mismo que le dicen 'zar de la frontera', anduvo soltando ultimátums a los que andamos trabajando sin papeles. Dicen que ya deportaron unas 600.000 personas este año, ¡una barbaridad!, y ahora quieren que aquellos que todavía estamos aquí, nos empacemos y vayamos pa' nuestra casa.
La verdad, esto de la migración siempre ha sido un tema espinoso. Usted sabe, ahí afuera hay mucha necesidad, y aquí arriba, bueno, algunos aprovechan. Pero así como les da la gana echarle la culpa a los trabajadores migrantes, sin ver que muchos de nosotros hacemos trabajos que ni los nacionales quieren tocar, ¿verdad?
Don Homan, con toda su autoridad, dice que si no salimos por donde entramos, nos va a estar buscando, encontrándonos y echándonos. Quién lo diría. Como si fuera tan fácil agarrar las maletas y marcharse. Pa’ muchos de nosotros, Costa Rica es nuestro hogar, donde criamos a nuestros hijos, trabajamos duro y contribuimos a la economía. Se imaginan tener que dejar todo atrás, por miedo a que te agarre Migración?
Y claro, también está la cosa de las ‘ciudades santuario’, como le llaman ellos. Dice que esas alcaldías que no colaboran con las autoridades de inmigración, les complican mucho el trabajo, que lo hacen más lento y peligroso. Aquí en Costa Rica, hemos visto cómo algunas municipalidades han ofrecido apoyo a las poblaciones migrantes, brindando acceso a servicios básicos y protección legal. No sé yo si eso sería malo o bueno…
Pero miren, lo que más me preocupa es el lado humano de esta historia. Imaginen la angustia de las familias que tienen miembros viviendo allá sin papeles. El temor constante de que un día los levanten y los saquen del país. La incertidumbre sobre el futuro. Esto no es un juego, mi gente; son vidas reales que están en riesgo. Hablan de “hacer lo correcto”, pero ¿qué es correcto cuando estás luchando por sobrevivir?
Además, no olvidemos que muchas de estas personas huyen de situaciones desesperadas en sus países de origen – pobreza, violencia, persecución. Buscan refugio y una oportunidad de vida digna. ¿Es justo rechazarlos simplemente porque entraron sin permiso? Claro, las leyes son las leyes, pero a veces hay que ponerle corazón a las cosas. El sistema migratorio, como está, parece hecho para fracasar, con barreras burocráticas y requisitos inalcanzables para muchos.
Y hablando de leyes, me pregunto si el señor Homan se acuerda de cuando él mismo cruzó la frontera ilegalmente años atrás, antes de convertirse en el 'zar'. O tal vez esa vara se mide diferente dependiendo de quién estés siendo. La hipocresía a veces duele, ¿no creen? En fin, esta situación nos obliga a reflexionar sobre nuestras propias actitudes hacia los migrantes y sobre la responsabilidad que tenemos como sociedad de construir un mundo más justo y equitativo. Una cosa sí les digo: este brete se pone cada vez más complicado.
Ahora dime, ¿usted qué opina? ¿Deberían endurecer aún más las políticas de inmigración en EE.UU., o es momento de buscar soluciones más humanas y justas que tengan en cuenta las circunstancias individuales de cada persona? Dejen sus comentarios abajo y empecemos a discutir este tema que nos afecta a todos, especialmente a nuestros hermanos centroamericanos.
La verdad, esto de la migración siempre ha sido un tema espinoso. Usted sabe, ahí afuera hay mucha necesidad, y aquí arriba, bueno, algunos aprovechan. Pero así como les da la gana echarle la culpa a los trabajadores migrantes, sin ver que muchos de nosotros hacemos trabajos que ni los nacionales quieren tocar, ¿verdad?
Don Homan, con toda su autoridad, dice que si no salimos por donde entramos, nos va a estar buscando, encontrándonos y echándonos. Quién lo diría. Como si fuera tan fácil agarrar las maletas y marcharse. Pa’ muchos de nosotros, Costa Rica es nuestro hogar, donde criamos a nuestros hijos, trabajamos duro y contribuimos a la economía. Se imaginan tener que dejar todo atrás, por miedo a que te agarre Migración?
Y claro, también está la cosa de las ‘ciudades santuario’, como le llaman ellos. Dice que esas alcaldías que no colaboran con las autoridades de inmigración, les complican mucho el trabajo, que lo hacen más lento y peligroso. Aquí en Costa Rica, hemos visto cómo algunas municipalidades han ofrecido apoyo a las poblaciones migrantes, brindando acceso a servicios básicos y protección legal. No sé yo si eso sería malo o bueno…
Pero miren, lo que más me preocupa es el lado humano de esta historia. Imaginen la angustia de las familias que tienen miembros viviendo allá sin papeles. El temor constante de que un día los levanten y los saquen del país. La incertidumbre sobre el futuro. Esto no es un juego, mi gente; son vidas reales que están en riesgo. Hablan de “hacer lo correcto”, pero ¿qué es correcto cuando estás luchando por sobrevivir?
Además, no olvidemos que muchas de estas personas huyen de situaciones desesperadas en sus países de origen – pobreza, violencia, persecución. Buscan refugio y una oportunidad de vida digna. ¿Es justo rechazarlos simplemente porque entraron sin permiso? Claro, las leyes son las leyes, pero a veces hay que ponerle corazón a las cosas. El sistema migratorio, como está, parece hecho para fracasar, con barreras burocráticas y requisitos inalcanzables para muchos.
Y hablando de leyes, me pregunto si el señor Homan se acuerda de cuando él mismo cruzó la frontera ilegalmente años atrás, antes de convertirse en el 'zar'. O tal vez esa vara se mide diferente dependiendo de quién estés siendo. La hipocresía a veces duele, ¿no creen? En fin, esta situación nos obliga a reflexionar sobre nuestras propias actitudes hacia los migrantes y sobre la responsabilidad que tenemos como sociedad de construir un mundo más justo y equitativo. Una cosa sí les digo: este brete se pone cada vez más complicado.
Ahora dime, ¿usted qué opina? ¿Deberían endurecer aún más las políticas de inmigración en EE.UU., o es momento de buscar soluciones más humanas y justas que tengan en cuenta las circunstancias individuales de cada persona? Dejen sus comentarios abajo y empecemos a discutir este tema que nos afecta a todos, especialmente a nuestros hermanos centroamericanos.