¡Qué neta! Resulta que el Donaldo y Xi Jinping se agarraron de las manos en Corea del Sur y le dieron un giro inesperado a las cosas. Después de años de broncas y aranceles que nos hacían sudar frío, parece que lograron llegar a un acuerdo, o bueno, eso dicen. Bajaron los aranceles, prometieron controlar el fentanilo… una movida bastante copiosa, si me preguntas.
La cosa fue así: se juntaron en Busan, en una base aérea, y según Trump, la reunión fue ‘increíblemente productiva’. Ya saben cómo es él, siempre exagerando un poquito. Pero la verdad es que habían pasado cinco años desde la última vez que estos dos pesos pesados se vieron la cara, allá en Osaka. Y ahora, de repente, quieren jugar a ser amigos y salvar el mundo del narcotráfico y la economía descontrolada. ¡Menudo brete!
Ahora, lo del fentanilo es serio, ¿eh? Estados Unidos está sufriendo un montón por las sobredosis y le echanle la culpa a China, porque ahí se producen los químicos que usan para hacer esa droga mortal. Xi Jinping, poniendo cara de bueno, prometió meterle mano a esos químicos y evitar que lleguen a territorio gringo. Dicen que el mae sí habló, pero hay que ver si luego cumple la palabra, porque ya sabemos cómo andan esas cosas.
Y claro, también hubo movimiento en lo económico. Los aranceles van a bajar del 57% al 47%, lo cual podría aliviar un poco la presión sobre los negocios. Además, China dice que va a empezar a comprar soya de nuevo a Estados Unidos, lo cual le da aire al campo gringo. Por un lado, suena chiva, pero por otro, uno no puede confiar ciegamente. Siempre hay gato encerrado en estas movidas diplomáticas.
Pero ojo, que no todo fue miel sobre hojuelas. Se esperaba que tocaran el tema de Taiwán, pero al final decidieron darle largas. Parece que prefirieron enfocarse en el tema del comercio y la seguridad, evitando cualquier roce innecesario. Trump dijo que “no fue necesario hablar de Taiwán hoy”. ¡Qué fácil se salen del tema candela! Uno se queda pensando qué habrá detrás de toda esta calma artificial.
En medio de todo esto, analistas políticos y economistas están tratando de descifrar qué significa todo esto. Algunos ven un intento genuino de mejorar las relaciones entre ambas potencias, otros creen que es simplemente una estrategia política para ganar puntos antes de las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Lo cierto es que la relación entre China y Estados Unidos siempre ha sido complicada, una especie de tira y afloja constante.
Y hablando de elecciones, esta movida le da una ayudita a Trump. Puede presumir de haber logrado un acuerdo importante con China, lo cual le permite mostrar resultados concretos a sus votantes. Aunque, como bien dicen algunos, el verdadero examen será ver si este acuerdo realmente funciona a largo plazo y si China cumple con lo que prometió. Porque, digámoslo de una vez, no es precisamente conocida por cumplir sus promesas al pie de la letra.
Así que, amigos, a esperar y ver qué pasa con este nuevo capítulo en la relación entre Estados Unidos y China. ¿Será un cambio real o solo una pausa temporal en una rivalidad que parece no tener fin? ¿Aguantará China el compromiso de controlar el fentanilo? Me gustaría saber qué piensan ustedes: ¿creen que este acuerdo trae consigo una verdadera oportunidad para mejorar las relaciones bilaterales o es solo humo para tapar la realidad?
	
		
			
		
		
	
				
			La cosa fue así: se juntaron en Busan, en una base aérea, y según Trump, la reunión fue ‘increíblemente productiva’. Ya saben cómo es él, siempre exagerando un poquito. Pero la verdad es que habían pasado cinco años desde la última vez que estos dos pesos pesados se vieron la cara, allá en Osaka. Y ahora, de repente, quieren jugar a ser amigos y salvar el mundo del narcotráfico y la economía descontrolada. ¡Menudo brete!
Ahora, lo del fentanilo es serio, ¿eh? Estados Unidos está sufriendo un montón por las sobredosis y le echanle la culpa a China, porque ahí se producen los químicos que usan para hacer esa droga mortal. Xi Jinping, poniendo cara de bueno, prometió meterle mano a esos químicos y evitar que lleguen a territorio gringo. Dicen que el mae sí habló, pero hay que ver si luego cumple la palabra, porque ya sabemos cómo andan esas cosas.
Y claro, también hubo movimiento en lo económico. Los aranceles van a bajar del 57% al 47%, lo cual podría aliviar un poco la presión sobre los negocios. Además, China dice que va a empezar a comprar soya de nuevo a Estados Unidos, lo cual le da aire al campo gringo. Por un lado, suena chiva, pero por otro, uno no puede confiar ciegamente. Siempre hay gato encerrado en estas movidas diplomáticas.
Pero ojo, que no todo fue miel sobre hojuelas. Se esperaba que tocaran el tema de Taiwán, pero al final decidieron darle largas. Parece que prefirieron enfocarse en el tema del comercio y la seguridad, evitando cualquier roce innecesario. Trump dijo que “no fue necesario hablar de Taiwán hoy”. ¡Qué fácil se salen del tema candela! Uno se queda pensando qué habrá detrás de toda esta calma artificial.
En medio de todo esto, analistas políticos y economistas están tratando de descifrar qué significa todo esto. Algunos ven un intento genuino de mejorar las relaciones entre ambas potencias, otros creen que es simplemente una estrategia política para ganar puntos antes de las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Lo cierto es que la relación entre China y Estados Unidos siempre ha sido complicada, una especie de tira y afloja constante.
Y hablando de elecciones, esta movida le da una ayudita a Trump. Puede presumir de haber logrado un acuerdo importante con China, lo cual le permite mostrar resultados concretos a sus votantes. Aunque, como bien dicen algunos, el verdadero examen será ver si este acuerdo realmente funciona a largo plazo y si China cumple con lo que prometió. Porque, digámoslo de una vez, no es precisamente conocida por cumplir sus promesas al pie de la letra.
Así que, amigos, a esperar y ver qué pasa con este nuevo capítulo en la relación entre Estados Unidos y China. ¿Será un cambio real o solo una pausa temporal en una rivalidad que parece no tener fin? ¿Aguantará China el compromiso de controlar el fentanilo? Me gustaría saber qué piensan ustedes: ¿creen que este acuerdo trae consigo una verdadera oportunidad para mejorar las relaciones bilaterales o es solo humo para tapar la realidad?
 
	 
 
		 
  
 
		 
 
		 
 
		 
  
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
 
		 
 
		