¡Aguante!, parece que estamos teniendo un problemón en nuestras carreteras. Según los números del INS, la cantidad de carros que han ido directo al infierno con ruedas este año se ha disparado. Ya casi duplicamos los casos del año pasado, y eso que todavía nos queda un pedacito de camino. Esto no es broma, mae, la cosa está salada.
Para ponerle pausa al asunto, el Instituto Nacional de Seguros (INS) reveló que entre enero y agosto de este año, tuvieron que desembolsar más de ¢300 millones para cubrir pérdidas por incendios de vehículos asegurados. ¡Y no es poquito! Son 50 carros convertidos en cenizas, cuando el año anterior, durante el mismo lapso, apenas llegaban a 28 y se pagaron unos ¢200 millones. Un incremento de casi el 79%, diay… ¿quién da para esto?
Esto quiere decir que ya alcanzamos el número total de siniestros atendidos el año pasado, que fueron 50 en total. Eso sí, la cobertura H o la de Riesgos Adicionales del seguro de autos te ayudan a salir del brete, porque ahí entra la protección contra el fuego, desbordes de río, rayitos y otras calamidades que nos pueden tocar. Pero bueno, ¡qué chimba tener seguro!
Ahora, ¿por qué tanto fuego? Pues la mayoría de las veces, la culpa la tienen fallas eléctricas por pura sobrecarga, derrames de cosas inflamables – ¡ojo con los combustibles, pues! – o incluso el sistema de frenos que se recalienta hasta explotar. Imagínate estar manejando tranquilamente y de repente... *poof*
Si ves humo, hueles a quemado o sientes que algo va mal en el carro, ¡no te quedes ahí parado! Lo primero es buscar un lugar seguro para orillarte, sacar a todos del vehículo, llamar al 9-1-1 para que vengan a ayudar y, claro, usar el extintor que la ley dice que tienes que llevar. Mejor prevenir que lamentar, ¿verdad, maes?
Muchos se preguntarán, ¿esto es normal? Bueno, hablando con algunos mecánicos de confianza, parece que la calidad de algunas autopartes importadas ha bajado bastante y eso contribuye a estas fallas. Además, la falta de mantenimiento preventivo por parte de algunos conductores tampoco ayuda mucho; muchos le echan puro puro al carro y luego se sorprenden cuando sale volando la chispa.
Otro factor importante a considerar es el calor extremo que hemos tenido últimamente. Las altas temperaturas pueden afectar los componentes electrónicos del carro y aumentar el riesgo de incendio. Por eso, es fundamental revisar periódicamente el estado de las baterías, cables y conexiones eléctricas, especialmente si vives en zonas calientes como Guanacaste o el Pacífico Central. No te confíes, la cosa está picada.
En fin, la situación es preocupante y nos obliga a tomar precauciones adicionales al conducir. Pero también nos invita a reflexionar sobre la importancia de invertir en un buen seguro y mantener nuestros vehículos en óptimas condiciones. Ahora dime, ¿crees que el gobierno debería implementar campañas de concientización sobre el mantenimiento preventivo de vehículos para evitar estos accidentes tan costosos y peligrosos?
Para ponerle pausa al asunto, el Instituto Nacional de Seguros (INS) reveló que entre enero y agosto de este año, tuvieron que desembolsar más de ¢300 millones para cubrir pérdidas por incendios de vehículos asegurados. ¡Y no es poquito! Son 50 carros convertidos en cenizas, cuando el año anterior, durante el mismo lapso, apenas llegaban a 28 y se pagaron unos ¢200 millones. Un incremento de casi el 79%, diay… ¿quién da para esto?
Esto quiere decir que ya alcanzamos el número total de siniestros atendidos el año pasado, que fueron 50 en total. Eso sí, la cobertura H o la de Riesgos Adicionales del seguro de autos te ayudan a salir del brete, porque ahí entra la protección contra el fuego, desbordes de río, rayitos y otras calamidades que nos pueden tocar. Pero bueno, ¡qué chimba tener seguro!
Ahora, ¿por qué tanto fuego? Pues la mayoría de las veces, la culpa la tienen fallas eléctricas por pura sobrecarga, derrames de cosas inflamables – ¡ojo con los combustibles, pues! – o incluso el sistema de frenos que se recalienta hasta explotar. Imagínate estar manejando tranquilamente y de repente... *poof*
Si ves humo, hueles a quemado o sientes que algo va mal en el carro, ¡no te quedes ahí parado! Lo primero es buscar un lugar seguro para orillarte, sacar a todos del vehículo, llamar al 9-1-1 para que vengan a ayudar y, claro, usar el extintor que la ley dice que tienes que llevar. Mejor prevenir que lamentar, ¿verdad, maes?
Muchos se preguntarán, ¿esto es normal? Bueno, hablando con algunos mecánicos de confianza, parece que la calidad de algunas autopartes importadas ha bajado bastante y eso contribuye a estas fallas. Además, la falta de mantenimiento preventivo por parte de algunos conductores tampoco ayuda mucho; muchos le echan puro puro al carro y luego se sorprenden cuando sale volando la chispa.
Otro factor importante a considerar es el calor extremo que hemos tenido últimamente. Las altas temperaturas pueden afectar los componentes electrónicos del carro y aumentar el riesgo de incendio. Por eso, es fundamental revisar periódicamente el estado de las baterías, cables y conexiones eléctricas, especialmente si vives en zonas calientes como Guanacaste o el Pacífico Central. No te confíes, la cosa está picada.
En fin, la situación es preocupante y nos obliga a tomar precauciones adicionales al conducir. Pero también nos invita a reflexionar sobre la importancia de invertir en un buen seguro y mantener nuestros vehículos en óptimas condiciones. Ahora dime, ¿crees que el gobierno debería implementar campañas de concientización sobre el mantenimiento preventivo de vehículos para evitar estos accidentes tan costosos y peligrosos?