¡Ay, Dios mío, qué lío nos metimos con este caso de Leonel Baruch! Después de tanto revuelo, tanta novela y hasta memes en redes, parece que la Fiscalía finalmente está dando marcha atrás. Pidieron al juzgado que le dé el overol a Baruch en este ‘megacaso’ que explotó gracias a un video en TikTok. Uno pensaría que en pleno siglo XXI no nos estaríamos basando en videos cortos para acusar a alguien, ¿verdad?
Todo arrancó hace más de dos años, cuando Nogui Acosta, todavía ministro de Hacienda, y Mario Ramos, el jefe de Tributación, anunciaron con bombazo un supuesto caso de evasión fiscal millonaria, ¡once mil millones de colones!, entre el 2008 y el 2015. Pero lo más curioso de todo fue cómo se enteraron: por un video viral en TikTok. Imagine eso, mandar a investigar a un empresario con base en un clip gracioso de internet… ¡qué panorama!
Y ni hablar de las denuncias anónimas que cayeron después. Entre papelitos misteriosos enviados por correo y reportes confidenciales del OIJ, la cosa parecía sacada de una película de espías. Dos denunciantes desconocidos soltándole la bronca a Baruch, acusándolo de mover fajos de billetes como si fueran churros. Uno se pregunta qué les pasó por la cabeza, o quién les pagó para armar semejanta movida.
Pero bueno, la cosa se puso más turbia cuando Acosta admitió ante los diputados que el video de TikTok era la fuente original de la información. Parece que nadie tenía pruebas sólidas, solo rumores y especulaciones que se inflaron hasta convertirse en un ‘megacaso’. Ay, la política… siempre buscando temas para robarle el show a los demás. Y ahora resulta que todo era humo, pura telebasura.
La defensa de Baruch, con Cristian Arguedas al mando, no se quedó de brazos cruzados. Buscaron pruebas en Panamá, mostraron papeles, justificaron movimientos de dinero… hicieron un trabajo de perros para desenmascarar la falsedad de las acusaciones. Entre estados financieros y cartas notarizadas del BCT Internacional Bank, demostraron que todo estaba claro, que el negocio era legal y que no había ningún fraude a la hacienda pública.
El OIJ, después de revisar toda la documentación, validó que el dinero venía de cuentas de Baruch Holdings, S.A., borrando cualquier sospecha de maniobras ilícitas. Y ahora, con la solicitud de sobreseimiento definitivo de la Fiscalía, parece que la verdad prevalece. Baruch podrá dormir tranquilo, y nosotros podremos dejar de leer titulares alarmistas sobre evasión fiscal y bancos fantasmas. ¡Menos mal, porque ya estábamos cansados de tanto drama!
El abogado Arguedas, sin pelos en la lengua, calificó el caso como un “capítulo lamentable para nuestra institucionalidad”. Directamente apuntó a Rodrigo Chaves y su círculo cercano, acusándolos de fabricar la denuncia para desprestigiar a Baruch por tener una opinión diferente. ¡Uy, la cosa se puso picante! Según Arguedas, esto es solo el principio, que habrá consecuencias legales para quienes orquestaron esta jugada sucia. Al final, parece que la verdad siempre encuentra su camino, aunque le cueste un buen trago.
Ahora, con todo esto aclarado, queda una gran interrogante en el aire: ¿Cómo podemos evitar que decisiones tan importantes se tomen basadas en información tan frágil como un video de TikTok? ¿Deberíamos regular el uso de redes sociales como fuente de información para las autoridades? ¿Creen que el gobierno debería disculparse públicamente con Leonel Baruch y todos los involucrados por el daño reputacional causado? Vamos a ver qué piensa la gente al respecto… ¡déjenme sus opiniones en los comentarios!
Todo arrancó hace más de dos años, cuando Nogui Acosta, todavía ministro de Hacienda, y Mario Ramos, el jefe de Tributación, anunciaron con bombazo un supuesto caso de evasión fiscal millonaria, ¡once mil millones de colones!, entre el 2008 y el 2015. Pero lo más curioso de todo fue cómo se enteraron: por un video viral en TikTok. Imagine eso, mandar a investigar a un empresario con base en un clip gracioso de internet… ¡qué panorama!
Y ni hablar de las denuncias anónimas que cayeron después. Entre papelitos misteriosos enviados por correo y reportes confidenciales del OIJ, la cosa parecía sacada de una película de espías. Dos denunciantes desconocidos soltándole la bronca a Baruch, acusándolo de mover fajos de billetes como si fueran churros. Uno se pregunta qué les pasó por la cabeza, o quién les pagó para armar semejanta movida.
Pero bueno, la cosa se puso más turbia cuando Acosta admitió ante los diputados que el video de TikTok era la fuente original de la información. Parece que nadie tenía pruebas sólidas, solo rumores y especulaciones que se inflaron hasta convertirse en un ‘megacaso’. Ay, la política… siempre buscando temas para robarle el show a los demás. Y ahora resulta que todo era humo, pura telebasura.
La defensa de Baruch, con Cristian Arguedas al mando, no se quedó de brazos cruzados. Buscaron pruebas en Panamá, mostraron papeles, justificaron movimientos de dinero… hicieron un trabajo de perros para desenmascarar la falsedad de las acusaciones. Entre estados financieros y cartas notarizadas del BCT Internacional Bank, demostraron que todo estaba claro, que el negocio era legal y que no había ningún fraude a la hacienda pública.
El OIJ, después de revisar toda la documentación, validó que el dinero venía de cuentas de Baruch Holdings, S.A., borrando cualquier sospecha de maniobras ilícitas. Y ahora, con la solicitud de sobreseimiento definitivo de la Fiscalía, parece que la verdad prevalece. Baruch podrá dormir tranquilo, y nosotros podremos dejar de leer titulares alarmistas sobre evasión fiscal y bancos fantasmas. ¡Menos mal, porque ya estábamos cansados de tanto drama!
El abogado Arguedas, sin pelos en la lengua, calificó el caso como un “capítulo lamentable para nuestra institucionalidad”. Directamente apuntó a Rodrigo Chaves y su círculo cercano, acusándolos de fabricar la denuncia para desprestigiar a Baruch por tener una opinión diferente. ¡Uy, la cosa se puso picante! Según Arguedas, esto es solo el principio, que habrá consecuencias legales para quienes orquestaron esta jugada sucia. Al final, parece que la verdad siempre encuentra su camino, aunque le cueste un buen trago.
Ahora, con todo esto aclarado, queda una gran interrogante en el aire: ¿Cómo podemos evitar que decisiones tan importantes se tomen basadas en información tan frágil como un video de TikTok? ¿Deberíamos regular el uso de redes sociales como fuente de información para las autoridades? ¿Creen que el gobierno debería disculparse públicamente con Leonel Baruch y todos los involucrados por el daño reputacional causado? Vamos a ver qué piensa la gente al respecto… ¡déjenme sus opiniones en los comentarios!
