¡Ay, Dios mío! Se armó un maje con esta subasta de frecuencias para radio y televisión. La Sutel anunció los resultados, pero parece que dejó a varias emisoras con el corazón roto, sin poder ni siquiera presentar sus propuestas. ¿Será que el Gobierno nos está jugando pesado con esto?
Según la Sutel, todo estaría siguiendo el plan establecido desde hace tiempo, una política pública dictada por el Poder Ejecutivo y canalizada a través del MICITT. Carlos Watson, del Consejo Directivo de la Sutel, explica que el proceso se inició hace un buen rato, con estudios de mercado y un pliego de condiciones que pasó por varias revisiones. Pero, ¿quién le explica al pequeño radiecista que un proceso así le cuesta la mitad de su brete?
Lo que más preocupa es que muchas emisoras, incluso algunas con años de trayectoria, argumentan que los montos exigidos eran simplemente imposibles de cumplir. ¡Imagínate!, dicen que iban desde unos módicos $25,000 hasta llegar a pasitos arriba de un millón y medio de dólares por una frecuencia nacional. Una verdadera torta, diay.
Y ojo, porque no es que solo las pequeñas emisoras se quedaron fuera. Grandes nombres como Opa Canal y Multimedios también decidieron no participar, lo cual demuestra que el problema va más allá de la capacidad económica de algunos. Se rumora que hay una bronca grande detrás de todo esto, una lucha por controlar el aire y el mensaje que llega a los hogares costarricenses.
Ahora bien, la Sutel insiste en que hicieron todo lo posible para determinar los precios, utilizando un sistema de benchmarking internacional y tomando en cuenta la realidad nacional. Pero muchos se preguntan si realmente tuvieron acceso a toda la información necesaria, especialmente a los estados financieros de las empresas. Las cámaras comerciales supuestamente no quisieron colaborar, alegando temas de competencia. ¡Qué pena!
Otro punto controversial es la cobertura nacional, una política que, según la Sutel, no se está cumpliendo cabalmente. Los estudios revelan una alta concentración de señales en la Gran Área Metropolitana (GAM) y poca propagación en las zonas rurales. Esto significa que, aunque tengas una licencia costosa, tu señal podría no llegar a todos los rincones del país. Claramente, falta mucho por hacer para democratizar el acceso a la información.
Al final, solo unas pocas empresas presentaron ofertas, y Repretel, Teletica y Extra TV fueron las únicas que se animaron a postular para las frecuencias de televisión abierta. La incertidumbre reina, y muchos se preguntan qué futuro le espera a la radiodifusión en Costa Rica. ¿Será que estamos presenciando el principio del fin de la radio como la conocemos?
Entre tanto tecnicismo y burocracia, ¿ustedes creen que la Sutel manejó esta subasta de forma justa y transparente? ¿Deberían revisar los precios o buscar otras alternativas para garantizar que más emisoras puedan participar en el juego? Dejen sus opiniones abajo – ¡me interesa saber qué piensan!
Según la Sutel, todo estaría siguiendo el plan establecido desde hace tiempo, una política pública dictada por el Poder Ejecutivo y canalizada a través del MICITT. Carlos Watson, del Consejo Directivo de la Sutel, explica que el proceso se inició hace un buen rato, con estudios de mercado y un pliego de condiciones que pasó por varias revisiones. Pero, ¿quién le explica al pequeño radiecista que un proceso así le cuesta la mitad de su brete?
Lo que más preocupa es que muchas emisoras, incluso algunas con años de trayectoria, argumentan que los montos exigidos eran simplemente imposibles de cumplir. ¡Imagínate!, dicen que iban desde unos módicos $25,000 hasta llegar a pasitos arriba de un millón y medio de dólares por una frecuencia nacional. Una verdadera torta, diay.
Y ojo, porque no es que solo las pequeñas emisoras se quedaron fuera. Grandes nombres como Opa Canal y Multimedios también decidieron no participar, lo cual demuestra que el problema va más allá de la capacidad económica de algunos. Se rumora que hay una bronca grande detrás de todo esto, una lucha por controlar el aire y el mensaje que llega a los hogares costarricenses.
Ahora bien, la Sutel insiste en que hicieron todo lo posible para determinar los precios, utilizando un sistema de benchmarking internacional y tomando en cuenta la realidad nacional. Pero muchos se preguntan si realmente tuvieron acceso a toda la información necesaria, especialmente a los estados financieros de las empresas. Las cámaras comerciales supuestamente no quisieron colaborar, alegando temas de competencia. ¡Qué pena!
Otro punto controversial es la cobertura nacional, una política que, según la Sutel, no se está cumpliendo cabalmente. Los estudios revelan una alta concentración de señales en la Gran Área Metropolitana (GAM) y poca propagación en las zonas rurales. Esto significa que, aunque tengas una licencia costosa, tu señal podría no llegar a todos los rincones del país. Claramente, falta mucho por hacer para democratizar el acceso a la información.
Al final, solo unas pocas empresas presentaron ofertas, y Repretel, Teletica y Extra TV fueron las únicas que se animaron a postular para las frecuencias de televisión abierta. La incertidumbre reina, y muchos se preguntan qué futuro le espera a la radiodifusión en Costa Rica. ¿Será que estamos presenciando el principio del fin de la radio como la conocemos?
Entre tanto tecnicismo y burocracia, ¿ustedes creen que la Sutel manejó esta subasta de forma justa y transparente? ¿Deberían revisar los precios o buscar otras alternativas para garantizar que más emisoras puedan participar en el juego? Dejen sus opiniones abajo – ¡me interesa saber qué piensan!