¡Ay, comadre! El Banco de Costa Rica (BCR) anda súper engalanado, lanzando una campaña pa' presumir cuánto le han ayudado a la gente con sus productos financieros. Se llama “Impacto Positivo que Cambia Vidas” y dicen que están haciendo maravillas por el país. Pero bueno, ya saben cómo son estas cosas, siempre hay que meterle ojo avizor, ¿no?
Según el comunicado oficial, la campaña se basa en testimonios de siete clientes que supuestamente se benefician de las iniciativas del BCR. Hablan de accesibilidad, democratización de servicios, conectividad… toda la vaina bonita. Lo que te quieren vender es que el banco está ahí, apoyando desde las pymes hasta los puntos de venta en los barrios. Y claro, también tienen que mencionar el financiamiento sostenible, pa’ quedar bien con la onda verde.
Pero vamos a ver, a fondo. Revisando el reporte de sostenibilidad del conglomerado financiero –un documento larguísimo, por cierto– encontramos algunos datos interesantes. En 2024, le dieron ¡¢5.775 millones a Coopelesca pa’ energía limpia, eso sí suena bien. También metieron unos ¢55.763 millones en financiamiento sostenible, pero ¿eso beneficia a quiénes realmente lo necesitan, al campesino, al artesano, al mae que apenas le alcanza pa’ sobrevivir?
Además, los Puntos País, esos que andan por todo lado, procesaron más de 13.8 millones de transacciones; ¡una locura! Pero si pensamos en la comisión que cobra el banco por cada transacción, se nos hace una pila de dineros. Y ni hablar de los Puntos Tucán, con sus 8.8 millones de transacciones y ¢402.770 millones movidos. Suena a mucho dinero circulando, pero ¿cuánto de eso va directamente a mejorar la vida de la gente, a invertir en educación o salud?
Y luego está el Sistema Nacional de Pago Electrónico en el transporte público, implementado en 1.356 buses de 25 rutas. ¡Eso sí es un avance!, porque facilita la vida a muchos, especialmente a los que dependen del bus pa’ ir al trabajo o a la escuela. Pero a pesar de los beneficios evidentes, todavía hay quienes prefieren pagar en efectivo, y ahí entra el desafío de educar y promover el uso de este sistema.
Otro punto importante es el Fideicomiso FONATEL, que lleva telefonía e internet a zonas indígenas. Eso es crucial, porque conecta a comunidades remotas con el mundo, les da acceso a información y oportunidades. Dicen que ampliaron la cobertura a 129 distritos y 17 territorios indígenas, beneficiando a más de 968.000 personas. ¡Eso sí es un brete de trabajo!
El BCR dice que seguirán impulsando un modelo de negocio sostenible e innovador, buscando generar impacto real y contribuir al bienestar de todos los costarricenses. Pero la pregunta clave es: ¿son suficientes esas iniciativas para abordar los problemas estructurales que enfrenta nuestro país? ¿Se están dirigiendo los recursos a donde más se necesitan, o siguen privilegiando a los grandes empresarios y dejando atrás a los pequeños emprendedores y a las familias más vulnerables?
En fin, la campaña del BCR tiene sus méritos, pero no podemos dejar que la propaganda nos ciegue ante la realidad. Hay que analizarlo todo con cabeza fría y preguntarnos: ¿este ‘impacto positivo’ realmente le llega a todos los bolsillos, o sigue siendo una ilusión? ¿Ustedes creen que el BCR está haciendo lo suficiente para reducir la desigualdad y promover un desarrollo económico más justo y equitativo en Costa Rica? Déjenme sus opiniones en los comentarios, ¡quiero saber qué piensa el Foro sobre esto!
Según el comunicado oficial, la campaña se basa en testimonios de siete clientes que supuestamente se benefician de las iniciativas del BCR. Hablan de accesibilidad, democratización de servicios, conectividad… toda la vaina bonita. Lo que te quieren vender es que el banco está ahí, apoyando desde las pymes hasta los puntos de venta en los barrios. Y claro, también tienen que mencionar el financiamiento sostenible, pa’ quedar bien con la onda verde.
Pero vamos a ver, a fondo. Revisando el reporte de sostenibilidad del conglomerado financiero –un documento larguísimo, por cierto– encontramos algunos datos interesantes. En 2024, le dieron ¡¢5.775 millones a Coopelesca pa’ energía limpia, eso sí suena bien. También metieron unos ¢55.763 millones en financiamiento sostenible, pero ¿eso beneficia a quiénes realmente lo necesitan, al campesino, al artesano, al mae que apenas le alcanza pa’ sobrevivir?
Además, los Puntos País, esos que andan por todo lado, procesaron más de 13.8 millones de transacciones; ¡una locura! Pero si pensamos en la comisión que cobra el banco por cada transacción, se nos hace una pila de dineros. Y ni hablar de los Puntos Tucán, con sus 8.8 millones de transacciones y ¢402.770 millones movidos. Suena a mucho dinero circulando, pero ¿cuánto de eso va directamente a mejorar la vida de la gente, a invertir en educación o salud?
Y luego está el Sistema Nacional de Pago Electrónico en el transporte público, implementado en 1.356 buses de 25 rutas. ¡Eso sí es un avance!, porque facilita la vida a muchos, especialmente a los que dependen del bus pa’ ir al trabajo o a la escuela. Pero a pesar de los beneficios evidentes, todavía hay quienes prefieren pagar en efectivo, y ahí entra el desafío de educar y promover el uso de este sistema.
Otro punto importante es el Fideicomiso FONATEL, que lleva telefonía e internet a zonas indígenas. Eso es crucial, porque conecta a comunidades remotas con el mundo, les da acceso a información y oportunidades. Dicen que ampliaron la cobertura a 129 distritos y 17 territorios indígenas, beneficiando a más de 968.000 personas. ¡Eso sí es un brete de trabajo!
El BCR dice que seguirán impulsando un modelo de negocio sostenible e innovador, buscando generar impacto real y contribuir al bienestar de todos los costarricenses. Pero la pregunta clave es: ¿son suficientes esas iniciativas para abordar los problemas estructurales que enfrenta nuestro país? ¿Se están dirigiendo los recursos a donde más se necesitan, o siguen privilegiando a los grandes empresarios y dejando atrás a los pequeños emprendedores y a las familias más vulnerables?
En fin, la campaña del BCR tiene sus méritos, pero no podemos dejar que la propaganda nos ciegue ante la realidad. Hay que analizarlo todo con cabeza fría y preguntarnos: ¿este ‘impacto positivo’ realmente le llega a todos los bolsillos, o sigue siendo una ilusión? ¿Ustedes creen que el BCR está haciendo lo suficiente para reducir la desigualdad y promover un desarrollo económico más justo y equitativo en Costa Rica? Déjenme sus opiniones en los comentarios, ¡quiero saber qué piensa el Foro sobre esto!