¡Aguántense!, porque esto del asunto de las bicimotos en Costa Rica sigue dando qué hablar. Parece que el tema está más retorcido que un café chorreado y nadie logra ponerle freno. Llevamos años viendo estas máquinas circulando por todos lados, algunas hasta más rápidas que mi abuela bajando la escalera, y seguimos sin saber bien cuáles son las reglas del juego. Un informe del Cosevi, pa’ que sepan, ya recomendó hace rato echarles orden, pero parece que el gobierno se lo está tomando con calma, como si estuvieran comiendo hojaldre.
Y claro, entre tanto debate y papeleo, surge la gran pregunta: ¿marchamo para bicimota?. Pues resulta que algunos sí se prenden a gestionar las placas, y ahí sí, le toca aflojar la billetera como a cualquier otro vehículo. Pero la mayoría, simplemente andan a gata floja, sin placa, sin marchamo y pensando que todo está bien. Según Gabriela Chacón, presidenta del INS, mientras no tengan placa, no tienen obligación de pagar el marchamo, pero si se meten en un accidente, el seguro, aunque no lo hayan pagado, entra a cubrir los gastos médicos. ¡Imagínate la bronca!
Lo que me preocupa a mí, y seguramente a muchos otros, es cómo todo esto afecta la seguridad vial. Ya saben, esas bicimotos que van zigzagueando entre los carros, sin luces, sin casco... ¡Un peligro!. El Cosevi está más que preocupado, dicen, y tratando de ponerle solución a este problema. Pero parece que la burocracia es más rápida que una bala, y el tema sigue arrastrándose. Lo peor es que recuerden que hace unos años el ministro Amador, en su momento, las calificó directamente como “un peligro”, pidiendo un estudio para ver cómo hacerlo más seguro; cosas que ahora parecen un sueño lejano.
Y hablando de estudios, el informe técnico del Cosevi, ese que ya lleva casi un año esperando aprobación, tampoco parece que vaya a salir pronto. Dicen que la Junta Directiva anda con otras prioridades, como si la seguridad de los ciudadanos fuera un chunche que se puede dejar aparcado. En fin, un panorama bastante desalentador, si me preguntan. Uno esperaría que las autoridades agilizaran el proceso y tomaran medidas urgentes para proteger a todos los usuarios de las vías públicas. ¿Será mucho pedir?
Ahora, profundizando un poquito más, recordemos que las bicimotos, según el criterio jurídico del Cosevi, deberían tener licencia A1, matrícula, marchamo y revisión técnica, ¡la onda completa! Pero las bicicletas con motor, si tienen pedales funcionales, se quedan exentas de todo ese papeleo. Eso sí, obligatorios casco, ropa reflectante y luces al circular de noche. Al final, parece que hay dos pesos y dos medidas, y eso no es justo para nadie.
Gabriela Chacón, la presidenta del INS, ha dicho que están trabajando en proyectos de ley junto con el Cosevi para tratar de solucionar este brete. Pero no dio detalles sobre cuándo podrían presentarse las propuestas ni cuál sería su alcance. Tampoco niega que la proliferación de bicimotos “altera un poco la siniestralidad en los vehículos”, lo cual es obvio. Uno piensa, ¿será que realmente quieren resolver el problema o solo están buscando quedar bien políticamente?, porque hasta ahora, todo esto se siente más a relajo que a solución concreta.
Es importante recordar que, aunque no haya cifras oficiales sobre la cantidad de accidentes en los que están involucradas las bicimotas, la siniestralidad en motocicletas es alarmantemente alta. En 2023, ¡casi la mitad de los fallecidos en carretera eran motociclistas! Y eso, señores, es una cifra que debería encender todas las alarmas. A eso súmale que muchas bicimotas carecen de elementos básicos de seguridad, como luces y cascos, y tienes una bomba de tiempo lista para explotar. ¡Me da escalofríos solamente de pensarlo!
Así que díganme, compas: ¿crees que es hora de implementar el marchamo para las bicimotas, o prefieres que siga siendo como está, a gata floja y con riesgo de accidentes?. ¿Cuál crees que sería la mejor medida para garantizar la seguridad de todos en nuestras carreteras?
Y claro, entre tanto debate y papeleo, surge la gran pregunta: ¿marchamo para bicimota?. Pues resulta que algunos sí se prenden a gestionar las placas, y ahí sí, le toca aflojar la billetera como a cualquier otro vehículo. Pero la mayoría, simplemente andan a gata floja, sin placa, sin marchamo y pensando que todo está bien. Según Gabriela Chacón, presidenta del INS, mientras no tengan placa, no tienen obligación de pagar el marchamo, pero si se meten en un accidente, el seguro, aunque no lo hayan pagado, entra a cubrir los gastos médicos. ¡Imagínate la bronca!
Lo que me preocupa a mí, y seguramente a muchos otros, es cómo todo esto afecta la seguridad vial. Ya saben, esas bicimotos que van zigzagueando entre los carros, sin luces, sin casco... ¡Un peligro!. El Cosevi está más que preocupado, dicen, y tratando de ponerle solución a este problema. Pero parece que la burocracia es más rápida que una bala, y el tema sigue arrastrándose. Lo peor es que recuerden que hace unos años el ministro Amador, en su momento, las calificó directamente como “un peligro”, pidiendo un estudio para ver cómo hacerlo más seguro; cosas que ahora parecen un sueño lejano.
Y hablando de estudios, el informe técnico del Cosevi, ese que ya lleva casi un año esperando aprobación, tampoco parece que vaya a salir pronto. Dicen que la Junta Directiva anda con otras prioridades, como si la seguridad de los ciudadanos fuera un chunche que se puede dejar aparcado. En fin, un panorama bastante desalentador, si me preguntan. Uno esperaría que las autoridades agilizaran el proceso y tomaran medidas urgentes para proteger a todos los usuarios de las vías públicas. ¿Será mucho pedir?
Ahora, profundizando un poquito más, recordemos que las bicimotos, según el criterio jurídico del Cosevi, deberían tener licencia A1, matrícula, marchamo y revisión técnica, ¡la onda completa! Pero las bicicletas con motor, si tienen pedales funcionales, se quedan exentas de todo ese papeleo. Eso sí, obligatorios casco, ropa reflectante y luces al circular de noche. Al final, parece que hay dos pesos y dos medidas, y eso no es justo para nadie.
Gabriela Chacón, la presidenta del INS, ha dicho que están trabajando en proyectos de ley junto con el Cosevi para tratar de solucionar este brete. Pero no dio detalles sobre cuándo podrían presentarse las propuestas ni cuál sería su alcance. Tampoco niega que la proliferación de bicimotos “altera un poco la siniestralidad en los vehículos”, lo cual es obvio. Uno piensa, ¿será que realmente quieren resolver el problema o solo están buscando quedar bien políticamente?, porque hasta ahora, todo esto se siente más a relajo que a solución concreta.
Es importante recordar que, aunque no haya cifras oficiales sobre la cantidad de accidentes en los que están involucradas las bicimotas, la siniestralidad en motocicletas es alarmantemente alta. En 2023, ¡casi la mitad de los fallecidos en carretera eran motociclistas! Y eso, señores, es una cifra que debería encender todas las alarmas. A eso súmale que muchas bicimotas carecen de elementos básicos de seguridad, como luces y cascos, y tienes una bomba de tiempo lista para explotar. ¡Me da escalofríos solamente de pensarlo!
Así que díganme, compas: ¿crees que es hora de implementar el marchamo para las bicimotas, o prefieres que siga siendo como está, a gata floja y con riesgo de accidentes?. ¿Cuál crees que sería la mejor medida para garantizar la seguridad de todos en nuestras carreteras?