¡Agarrénse los chunches, pura vida! Parece que nuestros vecinos del norte, los brasileños, andan buscando apoderarse del mundo con sus jueguetes ecológicos para la agricultura. Resulta que, después de analizar toda la movida, Brasil quiere ser el líder mundial en bioinsumos, esas cositas naturales que le dan un empujón a las plantitas sin tanto químico. ¡Dicen que tienen la receta secreta!
Y ojo, no es que estén inventando de la nada. Brasil siempre ha sido crack en meterle baza al asunto de la agricultura tropical. Con su biodiversidad descomunal, sus científicos listos y campesinos que saben cómo hacer magia con la tierra, han ido desarrollando estos productos de manera paulatina. Ahora quieren llevarlo a otro nivel, y eso nos pone a pensar a nosotros, los cabros de acá.
Según los expertos, Brasil ya está sacando pecho porque usa estos bioinsumos en un montón de cosas, desde granos hasta frutales. Dicen que les ayudan a producir más, combatir plagas sin tanto veneno y hasta ahorrarles unos buenos billetes en fertilizantes. La cifra que manejan es impresionante: un 22% de aumento en el uso de estos productos en los últimos tres años, ¡cuatro veces más rápido que el resto del planeta! A esto súmale que ya tienen más de 170 empresas fabricando bioinsumos y miles de productos diferentes. Una verdadera barraquinha.
Lo que hace diferente a Brasil, explican, es que le metieron mano a las fórmulas para que aguanten las condiciones climáticas extremas que tenemos por acá en Centroamérica y Sudamérica. Piénsenlo: calorazo, lluvia impredecible, suelos que parecen arena… ¡Un brete! Pero ellos lograron crear productos que funcionan a pesar de todo eso. Además, dicen que están usando tecnología punta para mejorar aún más el rendimiento de los bioinsumos.
Pero, ¿qué significa todo esto para Costa Rica, mi gente? Pues, resulta que somos un país que también apuesta por la sostenibilidad y la agricultura ecológica. Tenemos productores que están utilizando bioinsumos y buscando formas de hacer una agricultura más amigable con el medio ambiente. Pero si Brasil llega a dominar el mercado, podríamos tener dificultades para competir en precio y calidad. Tendríamos que ponernos las pilas, ¡y qué! Ya sabemos que somos mañosos y podemos salir adelante.
Para impulsar este plan, los brasileños crearon un proyecto llamado “Bioinsumos de Brasil”, con casi un millón de dólares de inversión. Están enfocándose primero en Latinoamérica, donde estamos nosotros, para mostrarle a todos lo bien que funciona su sistema. Luego van a ir por Europa y Norteamérica, buscando expandirse a otros mercados. No queremos que nos hagan sombra, ¿verdad?
Y hablando de innovación, allá están aprovechando al máximo a sus universidades y centros de investigación, como Embrapa, para seguir creando nuevas soluciones. Se metieron de lleno en temas como la bioinformática y la biotecnología, aplicando esos conocimientos a la agricultura tropical. ¡Eso sí que es romperla! A nosotros también nos tocaría invertir más en ciencia y tecnología si no queremos quedarnos atrás en esta carrera. Eso sí que sería una mala vara.
Entonces, me pregunto, ¿deberíamos estar preocupados por el avance de Brasil en el mercado de bioinsumos? ¿O deberíamos ver esto como una oportunidad para colaborar con ellos y aprender de su experiencia? ¿Creen que Costa Rica puede mantener su posición como líder en agricultura sostenible, o nos vamos a ir al traste viendo cómo ellos se llevan toda la atención? ¡Demos nuestro punto de vista en el foro!
Y ojo, no es que estén inventando de la nada. Brasil siempre ha sido crack en meterle baza al asunto de la agricultura tropical. Con su biodiversidad descomunal, sus científicos listos y campesinos que saben cómo hacer magia con la tierra, han ido desarrollando estos productos de manera paulatina. Ahora quieren llevarlo a otro nivel, y eso nos pone a pensar a nosotros, los cabros de acá.
Según los expertos, Brasil ya está sacando pecho porque usa estos bioinsumos en un montón de cosas, desde granos hasta frutales. Dicen que les ayudan a producir más, combatir plagas sin tanto veneno y hasta ahorrarles unos buenos billetes en fertilizantes. La cifra que manejan es impresionante: un 22% de aumento en el uso de estos productos en los últimos tres años, ¡cuatro veces más rápido que el resto del planeta! A esto súmale que ya tienen más de 170 empresas fabricando bioinsumos y miles de productos diferentes. Una verdadera barraquinha.
Lo que hace diferente a Brasil, explican, es que le metieron mano a las fórmulas para que aguanten las condiciones climáticas extremas que tenemos por acá en Centroamérica y Sudamérica. Piénsenlo: calorazo, lluvia impredecible, suelos que parecen arena… ¡Un brete! Pero ellos lograron crear productos que funcionan a pesar de todo eso. Además, dicen que están usando tecnología punta para mejorar aún más el rendimiento de los bioinsumos.
Pero, ¿qué significa todo esto para Costa Rica, mi gente? Pues, resulta que somos un país que también apuesta por la sostenibilidad y la agricultura ecológica. Tenemos productores que están utilizando bioinsumos y buscando formas de hacer una agricultura más amigable con el medio ambiente. Pero si Brasil llega a dominar el mercado, podríamos tener dificultades para competir en precio y calidad. Tendríamos que ponernos las pilas, ¡y qué! Ya sabemos que somos mañosos y podemos salir adelante.
Para impulsar este plan, los brasileños crearon un proyecto llamado “Bioinsumos de Brasil”, con casi un millón de dólares de inversión. Están enfocándose primero en Latinoamérica, donde estamos nosotros, para mostrarle a todos lo bien que funciona su sistema. Luego van a ir por Europa y Norteamérica, buscando expandirse a otros mercados. No queremos que nos hagan sombra, ¿verdad?
Y hablando de innovación, allá están aprovechando al máximo a sus universidades y centros de investigación, como Embrapa, para seguir creando nuevas soluciones. Se metieron de lleno en temas como la bioinformática y la biotecnología, aplicando esos conocimientos a la agricultura tropical. ¡Eso sí que es romperla! A nosotros también nos tocaría invertir más en ciencia y tecnología si no queremos quedarnos atrás en esta carrera. Eso sí que sería una mala vara.
Entonces, me pregunto, ¿deberíamos estar preocupados por el avance de Brasil en el mercado de bioinsumos? ¿O deberíamos ver esto como una oportunidad para colaborar con ellos y aprender de su experiencia? ¿Creen que Costa Rica puede mantener su posición como líder en agricultura sostenible, o nos vamos a ir al traste viendo cómo ellos se llevan toda la atención? ¡Demos nuestro punto de vista en el foro!
