¡Ay, Dios mío! La búsqueda por Leandro, el nene de cinco añitos que se cayó en una alcantarilla hace unos días, sigue dando vueltas y vueltas. Después del susto tremendo en Purral de Goicoechea, ahora la Cruz Roja está echándole ganas buscando en La Uruca, cerca del Hospital México. Uno se pone a pensar qué estará sintiendo la familia, ¡qué harta!
Todo empezó el viernes pasado, como seis de la tarde, cuando el pobre chamaco resbaló y cayó a una alcantarilla que no tenía tapa – ¡una verdadera irresponsabilidad! Un familiar encontró su capota en el río cerca, y ahí empezó la movilización. Desde entonces, todos los cuerpos de rescate han estado trabajando sin parar, tratando de darle una solución a este brete tan complicado.
Ahora, la tarea no es fácil, ¿eh? Resulta que los drones, que podrían ayudar mucho a buscar desde arriba, no pueden volar por la zona debido a las restricciones del aeropuerto Tobias Bolaños. ¡Imagínate la bronca! Así que tienen que hacer todo el trabajo a pie, revisando cada rincón, cada grieta, cada lugar donde pudiera estar escondiéndose el pequeño. Además, toca meterse en la Quebrada Los Negritos, y eso ya es otra cosa, porque es medio peludo andar por ahí.
La Cruz Roja ha puesto todo su empeño en estas labores de búsqueda. Están aprovechando la mañana, que todavía hay algo de sol, para cubrir la mayor área posible. Han movilizado equipos especializados, gente de la comunidad voluntaria, y hasta expertos en rios y quebradas. Se nota que le están metiendo todo corazón, aunque el tiempo apremia, diay.
Pero la cosa se complica aún más. Según el Instituto Meteorológico Nacional (IMN), se esperan aguaceros intensos para la tarde y noche. ¡Qué sal! Justo cuando más necesitan poder trabajar a cielo abierto, se les viene encima la lluvia. Esperemos que esto no dificulte demasiado las cosas y que puedan continuar con la búsqueda.
Las autoridades están haciendo un llamado a la población para que, si alguien ve algo raro o sospechoso en la zona, avise inmediatamente a las autoridades competentes. Cada detalle puede ser importante. La solidaridad de la gente ha sido impresionante; vecinos, amigos, e incluso extraños se han unido para apoyar a la familia del pequeño. Es un ejemplo de cómo nos movemos los ticos cuando hay que echarle mano a alguien.
Este caso ha reavivado la discusión sobre la seguridad de las alcantarillas en nuestras comunidades. Muchas de ellas carecen de tapas o están en mal estado, lo que representa un peligro constante para nuestros niños. Se necesita una revisión exhaustiva de toda la infraestructura subterránea, especialmente en zonas concurridas y cerca de escuelas y parques infantiles. Esto no puede seguir siendo una vara floja, porque vidas están en juego. Ya pasó con Leandro, y no queremos que pase con nadie más.
Con la esperanza de que Leandro aparezca sano y salvo, mientras tanto, ¿ustedes creen que las municipalidades deberían poner más atención en la mantención y seguridad de las alcantarillas en sus distritos, o piensan que la responsabilidad recae principalmente en los padres?
Todo empezó el viernes pasado, como seis de la tarde, cuando el pobre chamaco resbaló y cayó a una alcantarilla que no tenía tapa – ¡una verdadera irresponsabilidad! Un familiar encontró su capota en el río cerca, y ahí empezó la movilización. Desde entonces, todos los cuerpos de rescate han estado trabajando sin parar, tratando de darle una solución a este brete tan complicado.
Ahora, la tarea no es fácil, ¿eh? Resulta que los drones, que podrían ayudar mucho a buscar desde arriba, no pueden volar por la zona debido a las restricciones del aeropuerto Tobias Bolaños. ¡Imagínate la bronca! Así que tienen que hacer todo el trabajo a pie, revisando cada rincón, cada grieta, cada lugar donde pudiera estar escondiéndose el pequeño. Además, toca meterse en la Quebrada Los Negritos, y eso ya es otra cosa, porque es medio peludo andar por ahí.
La Cruz Roja ha puesto todo su empeño en estas labores de búsqueda. Están aprovechando la mañana, que todavía hay algo de sol, para cubrir la mayor área posible. Han movilizado equipos especializados, gente de la comunidad voluntaria, y hasta expertos en rios y quebradas. Se nota que le están metiendo todo corazón, aunque el tiempo apremia, diay.
Pero la cosa se complica aún más. Según el Instituto Meteorológico Nacional (IMN), se esperan aguaceros intensos para la tarde y noche. ¡Qué sal! Justo cuando más necesitan poder trabajar a cielo abierto, se les viene encima la lluvia. Esperemos que esto no dificulte demasiado las cosas y que puedan continuar con la búsqueda.
Las autoridades están haciendo un llamado a la población para que, si alguien ve algo raro o sospechoso en la zona, avise inmediatamente a las autoridades competentes. Cada detalle puede ser importante. La solidaridad de la gente ha sido impresionante; vecinos, amigos, e incluso extraños se han unido para apoyar a la familia del pequeño. Es un ejemplo de cómo nos movemos los ticos cuando hay que echarle mano a alguien.
Este caso ha reavivado la discusión sobre la seguridad de las alcantarillas en nuestras comunidades. Muchas de ellas carecen de tapas o están en mal estado, lo que representa un peligro constante para nuestros niños. Se necesita una revisión exhaustiva de toda la infraestructura subterránea, especialmente en zonas concurridas y cerca de escuelas y parques infantiles. Esto no puede seguir siendo una vara floja, porque vidas están en juego. Ya pasó con Leandro, y no queremos que pase con nadie más.
Con la esperanza de que Leandro aparezca sano y salvo, mientras tanto, ¿ustedes creen que las municipalidades deberían poner más atención en la mantención y seguridad de las alcantarillas en sus distritos, o piensan que la responsabilidad recae principalmente en los padres?
