¡Ay, Dios mío! Aquí vamos otra vez. El Hospital Calderón Guardia, que ya saben, siempre anda con sorpresas, anunció ayer lunes que a partir de este martes 23 de diciembre, si quieren venir a visitar a algún familiar internado, tienen que portar mascarilla. Sí, así como lo leen, mascarilla obligatoria. Parece que el bichito sigue rondando, aunque algunos anden por ahí diciendo que todo está controlado... ¡Qué vaina!
La verdad, yo creo que no hay mucho de qué hablar. Con lo que hemos vivido estos últimos años, uno aprende rápido a tener precaución. Este anuncio viene justo en medio de un repunte en casos respiratorios, y el hospital dice que lo hacen para proteger tanto a los pacientes como a los visitantes. Lo entendemos, ¿quién quiere meterse en un brete ahora que estamos casi llegando a Navidad?
Pero pa’ que no se choquen, también nos comentan que el Servicio de Emergencias está que arde. ¡Al 130%! Imagínate la fila, mae. Parece que todos se han enfermado de golpe. Han dicho que la gente está usando las emergencias para cualquier cosita, y eso satura el servicio. Obviamente, los que realmente necesitan ayuda urgente quedan esperando, y eso sí que es un problema serio.
Desde el hospital piden a la gente que use la cabeza, que piensen bien si realmente necesita ir a la emergencia o si puede consultar con su médico de cabecera o buscar alguna otra opción. No vaya a ser que se tiren tres horas en la sala de espera por una gripe común. Pa' eso, mejor tomarse un cafécito y descansar un poco, ¿no?
Ahora, claro, la gran pregunta es: ¿realmente tenemos suficiente personal y recursos para atender a tanta gente enferma? Porque sabemos que el sistema de salud está castigadito desde hace tiempo. Le falta vara, mae. Seamos honestos, los médicos y enfermeros están haciendo un esfuerzo tremendo, trabajando jornadas inhumanas, pero al final, ¿hasta cuándo van a aguantar?
Y ni hablemos del tema de las vacunas. A pesar de que todavía hay quienes andan negándose a vacunarse, es importante recordar que las vacunas siguen siendo la mejor herramienta que tenemos para protegernos contra estas enfermedades. Por favor, si aún no se ha vacunado, infórmese y haga lo correcto. ¡No sean aguafiestas!
Lo bueno es que el hospital asegura que van a evaluar constantemente la situación epidemiológica y suspenderán la medida de las mascarillas tan pronto como sea seguro. Pero mientras tanto, ¡a ponerle máscara y lavarse las manos! Un poquito de cuidado nunca está de más. Además, así evitamos contagiar a nuestros abuelitos y a los demás.
En fin, parece que la pandemia todavía no nos deja tranquilos. Con el aumento de casos, el servicio de emergencias colapsado y las medidas restrictivas volviendo a implementarse, uno se pregunta: ¿Cómo enfrentaremos el próximo año? ¿Estamos realmente preparados para afrontar nuevas olas de contagios y asegurar que todos tengan acceso a una atención médica digna?
La verdad, yo creo que no hay mucho de qué hablar. Con lo que hemos vivido estos últimos años, uno aprende rápido a tener precaución. Este anuncio viene justo en medio de un repunte en casos respiratorios, y el hospital dice que lo hacen para proteger tanto a los pacientes como a los visitantes. Lo entendemos, ¿quién quiere meterse en un brete ahora que estamos casi llegando a Navidad?
Pero pa’ que no se choquen, también nos comentan que el Servicio de Emergencias está que arde. ¡Al 130%! Imagínate la fila, mae. Parece que todos se han enfermado de golpe. Han dicho que la gente está usando las emergencias para cualquier cosita, y eso satura el servicio. Obviamente, los que realmente necesitan ayuda urgente quedan esperando, y eso sí que es un problema serio.
Desde el hospital piden a la gente que use la cabeza, que piensen bien si realmente necesita ir a la emergencia o si puede consultar con su médico de cabecera o buscar alguna otra opción. No vaya a ser que se tiren tres horas en la sala de espera por una gripe común. Pa' eso, mejor tomarse un cafécito y descansar un poco, ¿no?
Ahora, claro, la gran pregunta es: ¿realmente tenemos suficiente personal y recursos para atender a tanta gente enferma? Porque sabemos que el sistema de salud está castigadito desde hace tiempo. Le falta vara, mae. Seamos honestos, los médicos y enfermeros están haciendo un esfuerzo tremendo, trabajando jornadas inhumanas, pero al final, ¿hasta cuándo van a aguantar?
Y ni hablemos del tema de las vacunas. A pesar de que todavía hay quienes andan negándose a vacunarse, es importante recordar que las vacunas siguen siendo la mejor herramienta que tenemos para protegernos contra estas enfermedades. Por favor, si aún no se ha vacunado, infórmese y haga lo correcto. ¡No sean aguafiestas!
Lo bueno es que el hospital asegura que van a evaluar constantemente la situación epidemiológica y suspenderán la medida de las mascarillas tan pronto como sea seguro. Pero mientras tanto, ¡a ponerle máscara y lavarse las manos! Un poquito de cuidado nunca está de más. Además, así evitamos contagiar a nuestros abuelitos y a los demás.
En fin, parece que la pandemia todavía no nos deja tranquilos. Con el aumento de casos, el servicio de emergencias colapsado y las medidas restrictivas volviendo a implementarse, uno se pregunta: ¿Cómo enfrentaremos el próximo año? ¿Estamos realmente preparados para afrontar nuevas olas de contagios y asegurar que todos tengan acceso a una atención médica digna?
