¡Ay, Dios mío! Quién lo diría, ¿verdad? El cáncer de tiroides, que antes era como hablar de alguien lejano, ahora está dando vueltas en todos lados. Las malas noticias siempre llegan, pero esto está picando más de lo normal. Los médicos andan preocupadísimos porque, aparentemente, los números están subiendo como espuma en todo el mundo. Ya no es un problema que solo tenga los países ricos con sus aparatitos modernos; hasta donde hay puestecitos pequeños de centros de salud, los doctores están viendo más gente con este problemón.
Por años, nos dijeron que esto era culpa de que ahora detectamos cositas chiquititas que antes ni veíamos, gracias a los ultrasonidos y los exámenes más avanzados. Pero parece que eso no es toda la historia. Ahora resulta que los tumores más grandes, los que ya te complican la vida, también están creciendo, y eso sí que da qué pensar. Como si fuera una broma pesada, ¡pero no tan graciosa!
Un estudio gordo que hicieron allá en Estados Unidos –con más de 69 mil personas, ¡imagínate!– mostró que no solo aumentaron los casos, sino que también la gente está muriendo más por esto. No se mantiene estable la cosa, va pa’ arriba. Eso les dio un susto tremendo a los especialistas, porque ya no basta con decir 'ahora vemos más cosas'. Hay algo más ahí, cómplice en este asunto.
Y hablando de cómplices, la radiación siempre está presente en estas conversaciones. Recordamos lo que pasó en Chernóbil y en Japón, cuando a los nenes les dio cáncer a montón después de las bombas. Aunque acá no estamos pasando por esas situaciones extremas, la idea de que estar exponiéndonos a rayos X en cualquier examen médico podría estar jugando un papelito, pues… bueno, da escalofríos, ¿no?
Pero no solo la radiación anda tramando. Parece que la gordura también tiene la mano en el asunto. ¡Qué fastidio! Estudios dicen que la gente con sobrepeso o obesa tiene como un 50 por ciento más de posibilidades de agarrarse este cáncer. Dicen que es por la inflamación, porque el cuerpo se rebella contra tanta comida procesada y grasosa. Uno se queda pensando, ¿será que nuestras dietas nos están echando encima este problema?
Además, los químicos de por todos lados tampoco ayudan. Ahí tenemos esos PFOA y PFOS, que están en las ollas antiadherentes, en los empaques de comida, hasta en algunas cremas y ropa. Estos químicos, los llaman ‘disruptores endocrinos’, cambian las hormonas del cuerpo y eso, mijo, no es precisamente buena señal. Todavía no tienen pruebas sólidas, pero los científicos andan investigando a full, y eso ya debería hacernos reflexionar.
Y aquí en Costa Rica, la cosa no es diferente. Tenemos acceso a buenos médicos y hospitales, pero igual tenemos que estar alertas. La educación en salud es clave, así que ojo con los síntomas: ronquera, bultos en el cuello, dificultad para tragar... si sientes algo raro, ¡corre al médico!, no esperes a que se vaya al traste. La atención primaria es importantísima para detectar las cosillas a tiempo y poder hacerle frente.
En fin, este aumento del cáncer de tiroides es un verdadero brete para la comunidad científica y para nosotros, los mortales. Hay muchísimas variables involucradas, desde nuestra alimentación hasta la contaminación ambiental. Entonces, dime tú, ¿crees que deberíamos empezar a darle más importancia a lo que comemos y a reducir la exposición a químicos tóxicos, o será que ya estamos pagando por un estilo de vida desenfrenado? ¡Déjame tu opinión en los comentarios!
Por años, nos dijeron que esto era culpa de que ahora detectamos cositas chiquititas que antes ni veíamos, gracias a los ultrasonidos y los exámenes más avanzados. Pero parece que eso no es toda la historia. Ahora resulta que los tumores más grandes, los que ya te complican la vida, también están creciendo, y eso sí que da qué pensar. Como si fuera una broma pesada, ¡pero no tan graciosa!
Un estudio gordo que hicieron allá en Estados Unidos –con más de 69 mil personas, ¡imagínate!– mostró que no solo aumentaron los casos, sino que también la gente está muriendo más por esto. No se mantiene estable la cosa, va pa’ arriba. Eso les dio un susto tremendo a los especialistas, porque ya no basta con decir 'ahora vemos más cosas'. Hay algo más ahí, cómplice en este asunto.
Y hablando de cómplices, la radiación siempre está presente en estas conversaciones. Recordamos lo que pasó en Chernóbil y en Japón, cuando a los nenes les dio cáncer a montón después de las bombas. Aunque acá no estamos pasando por esas situaciones extremas, la idea de que estar exponiéndonos a rayos X en cualquier examen médico podría estar jugando un papelito, pues… bueno, da escalofríos, ¿no?
Pero no solo la radiación anda tramando. Parece que la gordura también tiene la mano en el asunto. ¡Qué fastidio! Estudios dicen que la gente con sobrepeso o obesa tiene como un 50 por ciento más de posibilidades de agarrarse este cáncer. Dicen que es por la inflamación, porque el cuerpo se rebella contra tanta comida procesada y grasosa. Uno se queda pensando, ¿será que nuestras dietas nos están echando encima este problema?
Además, los químicos de por todos lados tampoco ayudan. Ahí tenemos esos PFOA y PFOS, que están en las ollas antiadherentes, en los empaques de comida, hasta en algunas cremas y ropa. Estos químicos, los llaman ‘disruptores endocrinos’, cambian las hormonas del cuerpo y eso, mijo, no es precisamente buena señal. Todavía no tienen pruebas sólidas, pero los científicos andan investigando a full, y eso ya debería hacernos reflexionar.
Y aquí en Costa Rica, la cosa no es diferente. Tenemos acceso a buenos médicos y hospitales, pero igual tenemos que estar alertas. La educación en salud es clave, así que ojo con los síntomas: ronquera, bultos en el cuello, dificultad para tragar... si sientes algo raro, ¡corre al médico!, no esperes a que se vaya al traste. La atención primaria es importantísima para detectar las cosillas a tiempo y poder hacerle frente.
En fin, este aumento del cáncer de tiroides es un verdadero brete para la comunidad científica y para nosotros, los mortales. Hay muchísimas variables involucradas, desde nuestra alimentación hasta la contaminación ambiental. Entonces, dime tú, ¿crees que deberíamos empezar a darle más importancia a lo que comemos y a reducir la exposición a químicos tóxicos, o será que ya estamos pagando por un estilo de vida desenfrenado? ¡Déjame tu opinión en los comentarios!