¡Ay, Dios mío! Qué pena ajena y qué barbaridad ocurrió ayer en Linda Vista, allá por La Unión de Cartago. Un pleito por una propiedad terminó de la peor forma posible: con una señora, doña Legaspi, perdiendo la vida por unas balas. La calma de ese barrio, que siempre había sido tranqui, se fue al traste con este hecho tan lamentable.
Según nos cuentan los vecinos, la maraña de este asunto arrastra tiempo atrás. Doña Legaspi, una señora de unos 50 años, llevaba años peleándose por esa tierra con algunas personas que la estaban ocupando ilegalmente. Supuestamente, ella tenía los papeles, pero esos tipos parecían no querer soltarla. Imagínate el brete que se armó ahí... un verdadero chinchorreo legal.
Pues resulta que ayer, la señora decidió ir a hablar con ellos para tratar de arreglar la cosa, pero parece que no fue así como esperaba. De repente, dicen que se escucharon varios disparos que hicieron temblar todo el barrio. ¡Qué susto se llevaron los comadres que estaban echando el hamaquero! Al parecer, la discusión se encendió como pólvora y alguien, con mucha sal, decidió sacar un arma y apuntarle a doña Legaspi.
Los judiciales llegaron rapidísimo, pero ya era tarde. La encontraron tirada en el suelo, con varias heridas graves. La tuvieron que llevar correteando al hospital San Juan de Dios, pero a pesar de todos los esfuerzos, la doctora le dijo que no había mucho más que hacer. La pobre señora expiró pasada las diez de la noche, dejando a toda su familia destrozada. ¡Qué tremenda pérdida!
Ahora, el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) está tratando de juntar las piezas de este rompecabezas. Están entrevistando a los vecinos, recogiendo evidencia y buscando al responsable de este acto cobarde. Dicen que ya tienen algunos sospechosos, pero todavía no quieren dar muchos detalles para no estorbar la investigación. Hay que darle bola al OIJ, porque estos casos dan mucho que pensar.
Lo que más me sorprende de todo esto es la facilidad con la que se manejan las armas por acá. Parece que cualquiera puede conseguirse una, y luego pasan estas tragedias. ¿No será hora de que el gobierno haga algo al respecto? Porque así vamos pariendo mosquitas en un ambiente donde la ley debería mandar. Este tipo de cosas te dejan pensando, diay… realmente da tristeza ver cómo la violencia sigue apoderándose de nuestro país.
Este incidente ha dejado a todo el vecindario conmocionado. Todos hablan de doña Legaspi como una señora buena y trabajadora, que siempre estaba dispuesta a echarle una mano a quien lo necesitaba. Ahora, además del dolor por su muerte, hay miedo. La gente dice que nunca habían visto algo así en Linda Vista y sienten que su tranquilidad se ha ido para otro lado. Que se agarren los churriños y esperen a que las autoridades investiguen bien esto para que no pase otra cosita así.
Es una vara muy dura que haya terminado así, con una vida truncada por un problema de tierras. Me pregunto, ¿hasta cuándo tendremos que seguir viendo conflictos de este tipo escalar hasta límites tan extremos? ¿Creen ustedes que es suficiente con aumentar la vigilancia policial en la zona o necesitamos abordar las causas profundas de la conflictividad territorial en Costa Rica?
Según nos cuentan los vecinos, la maraña de este asunto arrastra tiempo atrás. Doña Legaspi, una señora de unos 50 años, llevaba años peleándose por esa tierra con algunas personas que la estaban ocupando ilegalmente. Supuestamente, ella tenía los papeles, pero esos tipos parecían no querer soltarla. Imagínate el brete que se armó ahí... un verdadero chinchorreo legal.
Pues resulta que ayer, la señora decidió ir a hablar con ellos para tratar de arreglar la cosa, pero parece que no fue así como esperaba. De repente, dicen que se escucharon varios disparos que hicieron temblar todo el barrio. ¡Qué susto se llevaron los comadres que estaban echando el hamaquero! Al parecer, la discusión se encendió como pólvora y alguien, con mucha sal, decidió sacar un arma y apuntarle a doña Legaspi.
Los judiciales llegaron rapidísimo, pero ya era tarde. La encontraron tirada en el suelo, con varias heridas graves. La tuvieron que llevar correteando al hospital San Juan de Dios, pero a pesar de todos los esfuerzos, la doctora le dijo que no había mucho más que hacer. La pobre señora expiró pasada las diez de la noche, dejando a toda su familia destrozada. ¡Qué tremenda pérdida!
Ahora, el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) está tratando de juntar las piezas de este rompecabezas. Están entrevistando a los vecinos, recogiendo evidencia y buscando al responsable de este acto cobarde. Dicen que ya tienen algunos sospechosos, pero todavía no quieren dar muchos detalles para no estorbar la investigación. Hay que darle bola al OIJ, porque estos casos dan mucho que pensar.
Lo que más me sorprende de todo esto es la facilidad con la que se manejan las armas por acá. Parece que cualquiera puede conseguirse una, y luego pasan estas tragedias. ¿No será hora de que el gobierno haga algo al respecto? Porque así vamos pariendo mosquitas en un ambiente donde la ley debería mandar. Este tipo de cosas te dejan pensando, diay… realmente da tristeza ver cómo la violencia sigue apoderándose de nuestro país.
Este incidente ha dejado a todo el vecindario conmocionado. Todos hablan de doña Legaspi como una señora buena y trabajadora, que siempre estaba dispuesta a echarle una mano a quien lo necesitaba. Ahora, además del dolor por su muerte, hay miedo. La gente dice que nunca habían visto algo así en Linda Vista y sienten que su tranquilidad se ha ido para otro lado. Que se agarren los churriños y esperen a que las autoridades investiguen bien esto para que no pase otra cosita así.
Es una vara muy dura que haya terminado así, con una vida truncada por un problema de tierras. Me pregunto, ¿hasta cuándo tendremos que seguir viendo conflictos de este tipo escalar hasta límites tan extremos? ¿Creen ustedes que es suficiente con aumentar la vigilancia policial en la zona o necesitamos abordar las causas profundas de la conflictividad territorial en Costa Rica?