¡Ay, pata! Aquí seguimos viendo cómo las cosas se van dando en este país. Resulta que Fernando Castillo, ese magistrado que lleva tanto tiempo en la Sala Constitucional, se aseguró quedarse ahí por otros ocho años. Sí, correctito, ¡ocho añitos más!
Para ponerlos en el contexto, Castillo ya lleva una década en la Sala, nombrándose allá por el 2009 y siendo reelegido en el 2017. Esto significa que ahora, con esta nueva aprobación, seguirá hasta el 2033. ¡Una trayectoria considerable, eh! Pero esta vez la cosa se puso bien movida, porque la reelección no ha estado exenta de controversias y criticas.
Todo comenzó con la polémica alrededor de su falta de asistencia a la Asamblea Legislativa durante sus entrevistas. Las autoridades de dicho ente necesitaban evaluar la idoneidad del magistrado para continuar en el cargo, pero él se excusó alegando problemas médicos derivados de una cirugía reciente. ¡Un brete para los diputados, vaya!
La Comisión de Nombramientos, después de bastante jaleo y discusiones, finalmente envió el expediente al Plenario, sabiendo que si no se tomaba una decisión antes del 16 de noviembre, Castillo sería reelecto automáticamente. Un plazo apretado y mucha presión, imagínate la vara que tenían los legisladores.
En la votación final, resultaron 24 votos a favor y 20 en contra. Una diferencia estrecha que demuestra la división dentro del Congreso. Votaron a favor diputados de PLN, PUSC, Nueva República e incluso algunos independientes, mientras que en contra se opusieron miembros del Frente Amplio, Oficialismo y también algunos diputados del PLN y PUSC. ¡Parece que la casa estaba dividida, mi pana!
Algunos diputados, como Alejandra Larios y Pilar Cisneros, habían insistido en la importancia de que Castillo compareciera a la entrevista, argumentando que era fundamental para evaluar su desempeño. Pero la recuperación médica del magistrado y la falta de tiempo hicieron imposible reagendarla. Ante esta situación, se planteó la posibilidad de entrevistarlo directamente en el Plenario, pero el Departamento de Servicios Técnicos del Congreso aclaró que eso iba en contra de la Constitución. ¡Una salada situación!
Finalmente, gracias a esos 24 votos a favor, Castillo seguirá en el poder. Su permanencia en la Sala Constitucional reafirma su posición como uno de los magistrados más longevos y controvertidos de la historia judicial costarricense. Se le recuerda que anteriormente ocupó este cargo por casi una década, lo cual marca un precedente importante en la política nacional.
Con esto, la Sala Constitucional sigue teniendo a Castillo como parte integral de su funcionamiento por los próximos ocho años. ¿Crees que la ausencia de Castillo en la entrevista afectó la transparencia del proceso de reelección? ¿Debería haber alguna reforma para evitar que situaciones como esta se repitan en el futuro?
Para ponerlos en el contexto, Castillo ya lleva una década en la Sala, nombrándose allá por el 2009 y siendo reelegido en el 2017. Esto significa que ahora, con esta nueva aprobación, seguirá hasta el 2033. ¡Una trayectoria considerable, eh! Pero esta vez la cosa se puso bien movida, porque la reelección no ha estado exenta de controversias y criticas.
Todo comenzó con la polémica alrededor de su falta de asistencia a la Asamblea Legislativa durante sus entrevistas. Las autoridades de dicho ente necesitaban evaluar la idoneidad del magistrado para continuar en el cargo, pero él se excusó alegando problemas médicos derivados de una cirugía reciente. ¡Un brete para los diputados, vaya!
La Comisión de Nombramientos, después de bastante jaleo y discusiones, finalmente envió el expediente al Plenario, sabiendo que si no se tomaba una decisión antes del 16 de noviembre, Castillo sería reelecto automáticamente. Un plazo apretado y mucha presión, imagínate la vara que tenían los legisladores.
En la votación final, resultaron 24 votos a favor y 20 en contra. Una diferencia estrecha que demuestra la división dentro del Congreso. Votaron a favor diputados de PLN, PUSC, Nueva República e incluso algunos independientes, mientras que en contra se opusieron miembros del Frente Amplio, Oficialismo y también algunos diputados del PLN y PUSC. ¡Parece que la casa estaba dividida, mi pana!
Algunos diputados, como Alejandra Larios y Pilar Cisneros, habían insistido en la importancia de que Castillo compareciera a la entrevista, argumentando que era fundamental para evaluar su desempeño. Pero la recuperación médica del magistrado y la falta de tiempo hicieron imposible reagendarla. Ante esta situación, se planteó la posibilidad de entrevistarlo directamente en el Plenario, pero el Departamento de Servicios Técnicos del Congreso aclaró que eso iba en contra de la Constitución. ¡Una salada situación!
Finalmente, gracias a esos 24 votos a favor, Castillo seguirá en el poder. Su permanencia en la Sala Constitucional reafirma su posición como uno de los magistrados más longevos y controvertidos de la historia judicial costarricense. Se le recuerda que anteriormente ocupó este cargo por casi una década, lo cual marca un precedente importante en la política nacional.
Con esto, la Sala Constitucional sigue teniendo a Castillo como parte integral de su funcionamiento por los próximos ocho años. ¿Crees que la ausencia de Castillo en la entrevista afectó la transparencia del proceso de reelección? ¿Debería haber alguna reforma para evitar que situaciones como esta se repitan en el futuro?
