¡Pero qué vaina, raza! Aquí estamos viendo cómo el gobierno del Presidente Chaves le prende fuego al gallito al Tribunal Supremos de Elecciones (TSE). Desde este martes, todas las instituciones estatales tienen que poner la misma imagencita en sus redes sociales, con el mensajito “Cayó la mordaza”. Y sí, esto viene después de que el TSE puso algunos controles para evitar que el poder ejecutivo se aproveche de las campañas electorales. ¿Se imaginan la bronca?
Según nos dicen desde El Observador – porque ahí siempre andan sacando información jugosa – la directriz salió directamente de Casa Presidencial. Esto pasa justo después de que se declararon oficialmente abiertas las precampañas para las elecciones de febrero de 2026. El TSE quiere evitar que el gobierno use los recursos del estado para promocionarse durante el proceso electoral. O sea, que no usen los dineros nuestros para hacer propaganda a lo largo de estos dos años.
Entre los cambios que trae esta convocatoria electoral está, precisamente, que la Fuerza Pública pasa a estar bajo el mando del TSE. Además, prohíben al Poder Ejecutivo que haga publicidad pagada destacando sus logros. Ya saben, esas propagandas bonitas que salen en la tele y en internet. Pero ojo, el TSE aclaró que las conferencias de prensa del Presidente siguen siendo válidas... siempre y cuando no se transmitan por los canales oficiales del gobierno, ni tampoco se publiquen en las páginas web de las instituciones públicas.
Rodrigo Chaves, como buen líder, no tardó en echarle dureza al asunto. Lo calificó de “mordaza”, claro, y en su última rueda de prensa (la que él tanto gusta hacer), anunció que ya no iba a seguir dando esas conferencias semanales con las nuevas condiciones impuestas por el TSE. Uff, esas conferencias se habían convertido en un espectáculo, donde el Presidente no perdía la oportunidad de atacar a diestra y siniestra: diputados, magistrados, jueces, hasta la Policía Judicial estaba en la mira. Parece que nadie escapaba de sus descargos verbales.
El Ejecutivo insiste en que el artículo 142 del Código Electoral – la base legal de toda esta movida – solo habla de “información publicitaria”. Dicen que no gastan dinero en sus redes sociales porque todo es “orgánico”, o sea, gracias a las interacciones naturales de la gente. Lo cual, si me preguntan, suena a justificación barata. ¡Pero bueno!, cada quien defiende su brete como puede.
Entonces, ¿qué hizo Casa Presidencial ante esta situación? Le dio un golpe de efecto, eso sí. Ordenó a todas las instituciones del estado que, a partir de la medianoche del 1 de octubre, pusieran esa imagen que anda circulando por todos lados: barras de colores tipo televisión, la cara medio tapada del Presidente y el rótulo bien grande que dice “Cayó la mordaza”. Es como decir: “Nosotros no nos callamos, chiqui!”.
Esto es más que una simple reacción; es una declaración de guerra mediática. Se trata de unir fuerzas contra lo que el gobierno percibe como una restricción injustificada a la libertad de expresión del Estado. El debate sobre hasta dónde puede llegar la comunicación oficial durante una campaña electoral no es nuevo en Costa Rica. El TSE ha tomado medidas parecidas antes, pero nunca habíamos visto una confrontación tan directa con un gobierno como éste. Ahora, tenemos que ver cómo va a evolucionar esta rosca entre el Ejecutivo y el TSE, porque seguro que habrá más capítulos en esta telenovela política. Este rollo promete, ¡diganme!
Considerando todo esto, y con la tensión política a flor de piel, ¿creen que el gobierno realmente está preocupado por la libertad de expresión, o simplemente está buscando una forma de mantener su plataforma comunicacional intacta, a pesar de las reglas del juego? Dejen sus opiniones abajo, ¡queremos saber qué piensan ustedes!
Según nos dicen desde El Observador – porque ahí siempre andan sacando información jugosa – la directriz salió directamente de Casa Presidencial. Esto pasa justo después de que se declararon oficialmente abiertas las precampañas para las elecciones de febrero de 2026. El TSE quiere evitar que el gobierno use los recursos del estado para promocionarse durante el proceso electoral. O sea, que no usen los dineros nuestros para hacer propaganda a lo largo de estos dos años.
Entre los cambios que trae esta convocatoria electoral está, precisamente, que la Fuerza Pública pasa a estar bajo el mando del TSE. Además, prohíben al Poder Ejecutivo que haga publicidad pagada destacando sus logros. Ya saben, esas propagandas bonitas que salen en la tele y en internet. Pero ojo, el TSE aclaró que las conferencias de prensa del Presidente siguen siendo válidas... siempre y cuando no se transmitan por los canales oficiales del gobierno, ni tampoco se publiquen en las páginas web de las instituciones públicas.
Rodrigo Chaves, como buen líder, no tardó en echarle dureza al asunto. Lo calificó de “mordaza”, claro, y en su última rueda de prensa (la que él tanto gusta hacer), anunció que ya no iba a seguir dando esas conferencias semanales con las nuevas condiciones impuestas por el TSE. Uff, esas conferencias se habían convertido en un espectáculo, donde el Presidente no perdía la oportunidad de atacar a diestra y siniestra: diputados, magistrados, jueces, hasta la Policía Judicial estaba en la mira. Parece que nadie escapaba de sus descargos verbales.
El Ejecutivo insiste en que el artículo 142 del Código Electoral – la base legal de toda esta movida – solo habla de “información publicitaria”. Dicen que no gastan dinero en sus redes sociales porque todo es “orgánico”, o sea, gracias a las interacciones naturales de la gente. Lo cual, si me preguntan, suena a justificación barata. ¡Pero bueno!, cada quien defiende su brete como puede.
Entonces, ¿qué hizo Casa Presidencial ante esta situación? Le dio un golpe de efecto, eso sí. Ordenó a todas las instituciones del estado que, a partir de la medianoche del 1 de octubre, pusieran esa imagen que anda circulando por todos lados: barras de colores tipo televisión, la cara medio tapada del Presidente y el rótulo bien grande que dice “Cayó la mordaza”. Es como decir: “Nosotros no nos callamos, chiqui!”.
Esto es más que una simple reacción; es una declaración de guerra mediática. Se trata de unir fuerzas contra lo que el gobierno percibe como una restricción injustificada a la libertad de expresión del Estado. El debate sobre hasta dónde puede llegar la comunicación oficial durante una campaña electoral no es nuevo en Costa Rica. El TSE ha tomado medidas parecidas antes, pero nunca habíamos visto una confrontación tan directa con un gobierno como éste. Ahora, tenemos que ver cómo va a evolucionar esta rosca entre el Ejecutivo y el TSE, porque seguro que habrá más capítulos en esta telenovela política. Este rollo promete, ¡diganme!
Considerando todo esto, y con la tensión política a flor de piel, ¿creen que el gobierno realmente está preocupado por la libertad de expresión, o simplemente está buscando una forma de mantener su plataforma comunicacional intacta, a pesar de las reglas del juego? Dejen sus opiniones abajo, ¡queremos saber qué piensan ustedes!
