¡Ay, Dios mío! ¿Se imaginan el bronca que se armó en la Asamblea? Resulta que, justo al cerrar el año legislativo, Don Rodolfo (el Presidente, pa’ que se entiendan) parece que decidió quién anda jugando en la cancha y quién se queda viendo el partido desde la grada. Se trata de impulsar proyectos de esos diputados que, modestamente, le dieron la espalda al intento de quitarle el fuero. Una movida que ya está generando más ruido que gallina apagando fogata.
La jugada es así: Desde noviembre hasta enero, la Presidencia tiene el control total de la agenda. Lo que quiere decir que decide qué leyes se hablan, cuáles se votan y cuáles terminan olvidados en un cajón. Según los decretos que han salido, parece que algunos diputados sí recibieron el regalo de Navidad anticipado: ver sus proyectos avanzando sin problemas. Pero ojo, porque eso ha hecho que otros se sientan un poquito… eh… dejados de lado, digamos.
Y no estamos hablando de cualquier cosita. Tenemos gente de Nueva República, bloques significativos del PUSC, e incluso un diputado independiente que, a pesar de ser independiente, se alinea con el Gobierno. Todos ellos, recuerden, votaron en contra de levantarle el fuero al Presidente en el caso BCIE – Cariñitos y en otra ocasión que pidió el TSE. Parece que “estar del mismo lado” tiene sus recompensas, ¿verdad?
Como dicen por ahí, “más vale pájaro en mano que cien volando”. Entre el primero de noviembre y el treinta y uno de enero, la planilla está totalmente en manos del Ejecutivo. Eso significa que puede decidir qué proyectos tienen oportunidad de pasar, y cuáles se quedan prendidos fuego en la estufa. Estamos hablando de poder absoluto sobre el Plenario y las comisiones, pura plata maestra.
Cuatro de los últimos cinco decretos de convocatoria se ven con una clara inclinación hacia los proyectos de aquellos diputados que mostraron lealtad a Don Rodolfo en el tema del fuero. Firmados por el mismísimo Presidente y el Ministro de Presidencia, estos decretos fueron comunicados oficialmente a la Asamblea, dejando claro quién manda en la casa. Es como decir, 'si estás conmigo, te doy la bola'.
Pero la historia no empieza ahora. Hay que recordar esas dos votaciones claves donde el Congreso no logró reunir los 38 votos necesarios para quitarle el fuero a Chaves. La primera terminó con 34 a favor y 21 en contra, y la segunda con 35 a favor y 21 en contra. Ahí quedó claro quiénes estaban dispuestos a defenderlo, y parecen estar cobrando la apuesta ahora. Los diputados que se opusieron al desafuero en esas sesiones siguen disfrutando de esta nueva atención.
Y la cosa no pinta bien para todos. Fracciones como el PLN, el Frente Amplio y diputaciones independientes han echado humo, denunciando públicamente que sus proyectos simplemente desaparecieron de la agenda del Ejecutivo. Hasta dentro del PUSC hay criticas. La diputada Daniela Rojas, por ejemplo, contó en el Plenario que, después de darle el visto bueno al levantamiento del fuero en la primera solicitud, sus proyectos dejaron de aparecer en la agenda. ¡Un brete, diay!
Ahora, mi pana, me pregunto: ¿Hasta dónde llegará este juego de influencias y favores en la Asamblea? ¿Es legítimo que el Ejecutivo utilice las sesiones extraordinarias para premiar la lealtad política, o estamos frente a una distorsión del proceso democrático? ¿Ustedes creen que esto afectará la confianza de la ciudadanía en nuestras instituciones? Déjenme saber qué piensan en los comentarios!
La jugada es así: Desde noviembre hasta enero, la Presidencia tiene el control total de la agenda. Lo que quiere decir que decide qué leyes se hablan, cuáles se votan y cuáles terminan olvidados en un cajón. Según los decretos que han salido, parece que algunos diputados sí recibieron el regalo de Navidad anticipado: ver sus proyectos avanzando sin problemas. Pero ojo, porque eso ha hecho que otros se sientan un poquito… eh… dejados de lado, digamos.
Y no estamos hablando de cualquier cosita. Tenemos gente de Nueva República, bloques significativos del PUSC, e incluso un diputado independiente que, a pesar de ser independiente, se alinea con el Gobierno. Todos ellos, recuerden, votaron en contra de levantarle el fuero al Presidente en el caso BCIE – Cariñitos y en otra ocasión que pidió el TSE. Parece que “estar del mismo lado” tiene sus recompensas, ¿verdad?
Como dicen por ahí, “más vale pájaro en mano que cien volando”. Entre el primero de noviembre y el treinta y uno de enero, la planilla está totalmente en manos del Ejecutivo. Eso significa que puede decidir qué proyectos tienen oportunidad de pasar, y cuáles se quedan prendidos fuego en la estufa. Estamos hablando de poder absoluto sobre el Plenario y las comisiones, pura plata maestra.
Cuatro de los últimos cinco decretos de convocatoria se ven con una clara inclinación hacia los proyectos de aquellos diputados que mostraron lealtad a Don Rodolfo en el tema del fuero. Firmados por el mismísimo Presidente y el Ministro de Presidencia, estos decretos fueron comunicados oficialmente a la Asamblea, dejando claro quién manda en la casa. Es como decir, 'si estás conmigo, te doy la bola'.
Pero la historia no empieza ahora. Hay que recordar esas dos votaciones claves donde el Congreso no logró reunir los 38 votos necesarios para quitarle el fuero a Chaves. La primera terminó con 34 a favor y 21 en contra, y la segunda con 35 a favor y 21 en contra. Ahí quedó claro quiénes estaban dispuestos a defenderlo, y parecen estar cobrando la apuesta ahora. Los diputados que se opusieron al desafuero en esas sesiones siguen disfrutando de esta nueva atención.
Y la cosa no pinta bien para todos. Fracciones como el PLN, el Frente Amplio y diputaciones independientes han echado humo, denunciando públicamente que sus proyectos simplemente desaparecieron de la agenda del Ejecutivo. Hasta dentro del PUSC hay criticas. La diputada Daniela Rojas, por ejemplo, contó en el Plenario que, después de darle el visto bueno al levantamiento del fuero en la primera solicitud, sus proyectos dejaron de aparecer en la agenda. ¡Un brete, diay!
Ahora, mi pana, me pregunto: ¿Hasta dónde llegará este juego de influencias y favores en la Asamblea? ¿Es legítimo que el Ejecutivo utilice las sesiones extraordinarias para premiar la lealtad política, o estamos frente a una distorsión del proceso democrático? ¿Ustedes creen que esto afectará la confianza de la ciudadanía en nuestras instituciones? Déjenme saber qué piensan en los comentarios!