¡Ay, Dios mío, qué sorpresa nos llevamos! Resulta que esos cuervos, esos pajaritos que andan por ahí picoteando y haciendo lío, ¡son unos cerebritos de manual! Por años, creímos que entender las figuras geométricas era un don exclusivo de los humanos, que eso era pura cosa de académicos y gente que le gusta complicarse la vida. Pero pa' qué tanto rollo, porque ahora la ciencia nos dice otra cosa... ¡y es tremenda!
Unos investigadores alemanes, de la Universidad de Tubinga, hicieron unas pruebas súper interesantes con estos cuervos y descubrieron que tienen una intuición geométrica impresionante. Imagínate, ¡sin necesidad de ir a la universidad ni leer libros! Con solo ver las figuras, lograban identificar cuál no encajaba en el grupo. ¡Eso sí es diay! Parece que esos cuervos tienen mejores habilidades matemáticas que algunos diputados que conozco, para darles honores.
El experimento consistió en mostrarles diferentes figuras, algunas parecidas, otras no tanto. Al principio, eran figuras raras, no cuadradas ni redondas. Pero cuando les pusieron cuadrados, rombos y trapacios, ¡el resultado fue aún más sorprendente! Lograban distinguir cuál era el bicho raro, aunque fuera un poquito torcido o tuviera un ángulo medio chuequito. ¡Se nota que no les importa la perfección, eh!
Y lo más increíble es que superaron a unos monos, ¡sí, a los primates! Ahí quedó claro que los cuervos tienen un tipo de visión espacial que nosotros, los humanos, tal vez estamos subestimando. Uno de los cuervos acertó casi el 50% de las veces, ¡eso ya no es casualidad, chunches! Demuestra que esta habilidad no se aprendió ahí mismo, sino que viene de fábrica, como el gusto por el café chorrado.
¿Pero cómo hacen esto, bretes? Los científicos creen que está relacionado con la forma en que los cuervos se orientan en el mundo. Cuando vuelan buscando comida o refugio, necesitan reconocer patrones y estructuras para moverse rápido y seguro. Entonces, parece que la geometría es una herramienta de supervivencia, una vara importante para vivir bien. ¡Quién iba a decir que un simple vuelo podía requerir tanta matemática!
Ahora, claro, no todas las figuras son iguales para ellos. Les cuestan más las formas complicadas, las que parecen dibujadas por un niño de kínder. Prefieren las cosas simples, con ángulos rectos y líneas paralelas, esas que te dejan la mente tranquila. Como un plato de gallo pinto bien servido, sin complicaciones, directo al grano. Ese es el secreto, mi pana: simplicidad y eficacia.
Este descubrimiento nos hace pensar en muchas cosas. ¿Será que la inteligencia no es solo cosa de humanos? ¿Podríamos estar juzgando a los animales por nuestros propios estándares, olvidándonos de que ellos ven el mundo de manera diferente? Tal vez deberíamos aprender de estos cuervos, valorar la intuición y dejar de lado tanto formalismo. A fin de cuentas, el mundo es mucho más complejo de lo que imaginamos, y hay mucha sabiduría escondida en los lugares más inesperados, como en el pico de un cuervo.
Así que ahí lo tienen, mis queridos lectores: los cuervos han dado la estopa. Han demostrado que tienen más cerebro del que pensábamos, y nos han puesto a reflexionar sobre la naturaleza de la inteligencia. Ahora me pregunto, ¿deberíamos empezar a enseñar geometría en las escuelas de primaria a los cuervos antes que a los niños?
Unos investigadores alemanes, de la Universidad de Tubinga, hicieron unas pruebas súper interesantes con estos cuervos y descubrieron que tienen una intuición geométrica impresionante. Imagínate, ¡sin necesidad de ir a la universidad ni leer libros! Con solo ver las figuras, lograban identificar cuál no encajaba en el grupo. ¡Eso sí es diay! Parece que esos cuervos tienen mejores habilidades matemáticas que algunos diputados que conozco, para darles honores.
El experimento consistió en mostrarles diferentes figuras, algunas parecidas, otras no tanto. Al principio, eran figuras raras, no cuadradas ni redondas. Pero cuando les pusieron cuadrados, rombos y trapacios, ¡el resultado fue aún más sorprendente! Lograban distinguir cuál era el bicho raro, aunque fuera un poquito torcido o tuviera un ángulo medio chuequito. ¡Se nota que no les importa la perfección, eh!
Y lo más increíble es que superaron a unos monos, ¡sí, a los primates! Ahí quedó claro que los cuervos tienen un tipo de visión espacial que nosotros, los humanos, tal vez estamos subestimando. Uno de los cuervos acertó casi el 50% de las veces, ¡eso ya no es casualidad, chunches! Demuestra que esta habilidad no se aprendió ahí mismo, sino que viene de fábrica, como el gusto por el café chorrado.
¿Pero cómo hacen esto, bretes? Los científicos creen que está relacionado con la forma en que los cuervos se orientan en el mundo. Cuando vuelan buscando comida o refugio, necesitan reconocer patrones y estructuras para moverse rápido y seguro. Entonces, parece que la geometría es una herramienta de supervivencia, una vara importante para vivir bien. ¡Quién iba a decir que un simple vuelo podía requerir tanta matemática!
Ahora, claro, no todas las figuras son iguales para ellos. Les cuestan más las formas complicadas, las que parecen dibujadas por un niño de kínder. Prefieren las cosas simples, con ángulos rectos y líneas paralelas, esas que te dejan la mente tranquila. Como un plato de gallo pinto bien servido, sin complicaciones, directo al grano. Ese es el secreto, mi pana: simplicidad y eficacia.
Este descubrimiento nos hace pensar en muchas cosas. ¿Será que la inteligencia no es solo cosa de humanos? ¿Podríamos estar juzgando a los animales por nuestros propios estándares, olvidándonos de que ellos ven el mundo de manera diferente? Tal vez deberíamos aprender de estos cuervos, valorar la intuición y dejar de lado tanto formalismo. A fin de cuentas, el mundo es mucho más complejo de lo que imaginamos, y hay mucha sabiduría escondida en los lugares más inesperados, como en el pico de un cuervo.
Así que ahí lo tienen, mis queridos lectores: los cuervos han dado la estopa. Han demostrado que tienen más cerebro del que pensábamos, y nos han puesto a reflexionar sobre la naturaleza de la inteligencia. Ahora me pregunto, ¿deberíamos empezar a enseñar geometría en las escuelas de primaria a los cuervos antes que a los niños?