¡Ay, Dios mío! Qué brete se armó ayer en el país. El Presidente Chaves, con toda la energía, soltó un discurso que dejó a más de uno con la boca abierta. Entre acusaciones directas y expresiones que recordaríamos de nuestros abuelos regañándonos, el mandatario reafirmó su postura y arremetió contra sus detractores, demostrando que no piensa ceder terreno tan fácilmente.
El discurso, dado en un acto partidario, pretendía demostrar una supuesta unidad nacional frente a lo que él considera “valores ajenos”. Citó encuestas –las cuales, pa’ qué decir, siempre salen a su favor– donde asegura tener un respaldo popular del 75%. Un número que, claro, nadie ha podido verificar de manera independiente, pero que sirve para echarle gasolina al fuego. Como dicen por ahí, ‘pa’ presumir, hay que inventar’…aunque eso sería muy poco presidencial, ¿verdad?
Pero no todo quedó ahí, porque Chaves también puso la mira en el sector ambientalista. Con una frase que algunos consideran bastante irrespetuosa, apuntó directamente a Edgardo Araya, ex diputado y conocido defensor del medio ambiente. Lo acusó de “destruir el ambiente” y de buscar la atención mediática a través de falsas denuncias sobre la destrucción de ecosistemas. Ay, que parece que ahora criticar la tala indiscriminada es malo, diay.
La reacción no se hizo esperar. Desde varios sectores se criticó la agresividad del Presidente, argumentando que sus declaraciones fomentan la polarización y atacan la libertad de expresión. Algunos recordaron que Costa Rica ha sido reconocido internacionalmente por sus políticas ambientales, y que atacar a quienes señalan problemas es contraproducente. Como dice el dicho, 'la gallina agachada pone huevos', y parece que a algunos les da miedo enfrentar las verdades incómodas.
En cuanto a las cifras que mencionó sobre la supuesta aprobación ciudadana, expertos han señalado que estas carecen de rigor metodológico. “Esas encuestas parecen hechas a medida para darle un espaldarazo al gobierno, pero no reflejan la realidad del sentir popular”, comentó Ana María López, analista política de la UCR. Parece que, como decimos aquí, 'quien mucho vale, anda poco', y Chaves se aferra a cualquier dato que le sirva para justificar sus acciones.
Y hablando de reacciones, Amador, líder de la oposición, no tardó en responder. En un comunicado, tildó a Laura Fernández, diputada cercana a Chaves, de ser “solo un títere” del Presidente. Las cosas se pusieron bien candentes, y ya algunos pronostican que esto será un preludio de una escalada aún mayor en la disputa política. Se avecinan tiempos movidos, chunches.
Ahora bien, dejando de lado las polémicas y enfocándonos en el futuro, el Presidente prometió respetar las próximas elecciones de 2026, aunque entre risas y con esa peculiar forma de hablar que lo caracteriza. Dijo, citando a su madre, que entregará el poder. A ver si esta vez sí cumple, porque ya hemos escuchado promesas similares que se fueron al traste. ¿Será que finalmente aprendió la lección o seguirá buscando salidas fáciles para evadir responsabilidades?
Entonces, colegas del Foro, después de tanto parloteo, me pregunto: ¿Creen que las declaraciones del Presidente Chaves representan una estrategia deliberada para distraer la atención de otros temas urgentes, o simplemente es producto de su estilo de comunicación impulsivo? ¿Y qué impacto tendrá este tipo de retórica en el clima político del país?
El discurso, dado en un acto partidario, pretendía demostrar una supuesta unidad nacional frente a lo que él considera “valores ajenos”. Citó encuestas –las cuales, pa’ qué decir, siempre salen a su favor– donde asegura tener un respaldo popular del 75%. Un número que, claro, nadie ha podido verificar de manera independiente, pero que sirve para echarle gasolina al fuego. Como dicen por ahí, ‘pa’ presumir, hay que inventar’…aunque eso sería muy poco presidencial, ¿verdad?
Pero no todo quedó ahí, porque Chaves también puso la mira en el sector ambientalista. Con una frase que algunos consideran bastante irrespetuosa, apuntó directamente a Edgardo Araya, ex diputado y conocido defensor del medio ambiente. Lo acusó de “destruir el ambiente” y de buscar la atención mediática a través de falsas denuncias sobre la destrucción de ecosistemas. Ay, que parece que ahora criticar la tala indiscriminada es malo, diay.
La reacción no se hizo esperar. Desde varios sectores se criticó la agresividad del Presidente, argumentando que sus declaraciones fomentan la polarización y atacan la libertad de expresión. Algunos recordaron que Costa Rica ha sido reconocido internacionalmente por sus políticas ambientales, y que atacar a quienes señalan problemas es contraproducente. Como dice el dicho, 'la gallina agachada pone huevos', y parece que a algunos les da miedo enfrentar las verdades incómodas.
En cuanto a las cifras que mencionó sobre la supuesta aprobación ciudadana, expertos han señalado que estas carecen de rigor metodológico. “Esas encuestas parecen hechas a medida para darle un espaldarazo al gobierno, pero no reflejan la realidad del sentir popular”, comentó Ana María López, analista política de la UCR. Parece que, como decimos aquí, 'quien mucho vale, anda poco', y Chaves se aferra a cualquier dato que le sirva para justificar sus acciones.
Y hablando de reacciones, Amador, líder de la oposición, no tardó en responder. En un comunicado, tildó a Laura Fernández, diputada cercana a Chaves, de ser “solo un títere” del Presidente. Las cosas se pusieron bien candentes, y ya algunos pronostican que esto será un preludio de una escalada aún mayor en la disputa política. Se avecinan tiempos movidos, chunches.
Ahora bien, dejando de lado las polémicas y enfocándonos en el futuro, el Presidente prometió respetar las próximas elecciones de 2026, aunque entre risas y con esa peculiar forma de hablar que lo caracteriza. Dijo, citando a su madre, que entregará el poder. A ver si esta vez sí cumple, porque ya hemos escuchado promesas similares que se fueron al traste. ¿Será que finalmente aprendió la lección o seguirá buscando salidas fáciles para evadir responsabilidades?
Entonces, colegas del Foro, después de tanto parloteo, me pregunto: ¿Creen que las declaraciones del Presidente Chaves representan una estrategia deliberada para distraer la atención de otros temas urgentes, o simplemente es producto de su estilo de comunicación impulsivo? ¿Y qué impacto tendrá este tipo de retórica en el clima político del país?
