¡Ay, patojo! ¿Se imaginan? Laura Fernández, la abanderada de Pueblo Soberano, anda metida en un buen brete. Después de las polémicas que ha generado, ahora la increpan por participar en actos del gobierno de Rodrigo Chaves. La cosa pinta fea, pero Fernández parece tomárselo con calma... o al menos así lo aparenta. ¡Una torta de situación!
Todo se remonta a la sesión del Consejo de Gobierno en Puntarenas, donde precisamente recibió la lluvia de críticas de Rocío Ramírez, representante de Mujeres en Lucha Social. Ramírez, con toda la razón del mundo según muchos, le recriminó a Fernández estar usando recursos públicos para hacerle campaña al Presidente Chaves. Un agarrón político digno de ver. Ramírez no se anduvo con rodeos: '¿Usted sabe que eso es beligerancia política?' le soltó a la candidata, y vaya si puso el dedo en la llaga.
Y es que no es la primera vez que vemos a Fernández presente en eventos organizados por el Poder Ejecutivo. Desde julio, cuando se definió a Pueblo Soberano como el partido aliado del gobierno, la hemos visto en varios actos oficiales. Vamos, que desde entonces se pegó al carro, pero ahora esto le está saliendo caro. Recuerdo haberla visto en la inauguración de la piscina semiolímpica en Esparza, y luego en la entrega de viviendas en Naranjo. ¡Un calendario apretadísimo, mae!
La propia prensa de Fernández salió a defenderla, destacando que el Presidente Chaves la saludó con “alegría y esperanza”. Pero eso no sirvió de mucho para calmar las aguas. Parece que la gente ya está harta de tanta cercanía entre el poder ejecutivo y los aspirantes a cargos públicos. Una cosita es apoyar a un gobierno, y otra muy distinta es lucirse en cada evento como si fuera parte del gabinete, ¿me entienden?
La reacción de Fernández, para colmo, no ayudó mucho a mejorar la imagen. Le respondió a Ramírez con un simple: “¿Me va a poner una mordaza a mí también? Dios la bendiga.” ¡Diosa, qué respuesta! Más que disculpa, parecía una justificación vacía. Demostró poca empatía hacia la preocupación de Ramírez y la gente que piensa igual. Se fue al traste la oportunidad de demostrar madurez política, y eso a nadie le gusta verlo.
Además, no podemos olvidar que esto ocurre en un contexto de creciente desconfianza hacia la clase política. La gente está cansada de promesas incumplidas y escándalos de corrupción. Y ver a una candidata tan cercana al gobierno actual, especialmente en momentos difíciles, no precisamente ayuda a recuperar la confianza perdida. La vara está alta, señores, muy alta. Hay que demostrar que somos diferentes, que estamos dispuestos a trabajar honestamente por el pueblo, y no a aprovechar nuestra posición para beneficio propio.
Vale la pena recordar que antes de lanzar su candidatura, Fernández estuvo en diversos actos junto a Chaves, desde la rendición de cuentas al sector pesquero en Playas del Coco hasta la feria “IMAS Impulsa” en San José. Incluso estuvieron juntitos en el Grand Gala Parade de Limón, regalándose un abrazote. Todo indica que la relación entre ambos es bastante estrecha, y que Fernández no se avergüenza de mostrarlo abiertamente. ¿Será estrategia política o simplemente amistad sincera? Eso es lo que tendremos que averiguar.
En fin, la polémica alrededor de Laura Fernández nos deja pensando: ¿Hasta dónde puede llegar la participación de los aspirantes a cargos públicos en actos del gobierno? ¿Es legítimo que usen estos espacios para promocionar sus campañas? Y lo más importante, ¿cómo podemos exigir a nuestros políticos mayor transparencia y responsabilidad? ¡Den su opinión en el foro, necesito saber qué piensan ustedes sobre este lío!
Todo se remonta a la sesión del Consejo de Gobierno en Puntarenas, donde precisamente recibió la lluvia de críticas de Rocío Ramírez, representante de Mujeres en Lucha Social. Ramírez, con toda la razón del mundo según muchos, le recriminó a Fernández estar usando recursos públicos para hacerle campaña al Presidente Chaves. Un agarrón político digno de ver. Ramírez no se anduvo con rodeos: '¿Usted sabe que eso es beligerancia política?' le soltó a la candidata, y vaya si puso el dedo en la llaga.
Y es que no es la primera vez que vemos a Fernández presente en eventos organizados por el Poder Ejecutivo. Desde julio, cuando se definió a Pueblo Soberano como el partido aliado del gobierno, la hemos visto en varios actos oficiales. Vamos, que desde entonces se pegó al carro, pero ahora esto le está saliendo caro. Recuerdo haberla visto en la inauguración de la piscina semiolímpica en Esparza, y luego en la entrega de viviendas en Naranjo. ¡Un calendario apretadísimo, mae!
La propia prensa de Fernández salió a defenderla, destacando que el Presidente Chaves la saludó con “alegría y esperanza”. Pero eso no sirvió de mucho para calmar las aguas. Parece que la gente ya está harta de tanta cercanía entre el poder ejecutivo y los aspirantes a cargos públicos. Una cosita es apoyar a un gobierno, y otra muy distinta es lucirse en cada evento como si fuera parte del gabinete, ¿me entienden?
La reacción de Fernández, para colmo, no ayudó mucho a mejorar la imagen. Le respondió a Ramírez con un simple: “¿Me va a poner una mordaza a mí también? Dios la bendiga.” ¡Diosa, qué respuesta! Más que disculpa, parecía una justificación vacía. Demostró poca empatía hacia la preocupación de Ramírez y la gente que piensa igual. Se fue al traste la oportunidad de demostrar madurez política, y eso a nadie le gusta verlo.
Además, no podemos olvidar que esto ocurre en un contexto de creciente desconfianza hacia la clase política. La gente está cansada de promesas incumplidas y escándalos de corrupción. Y ver a una candidata tan cercana al gobierno actual, especialmente en momentos difíciles, no precisamente ayuda a recuperar la confianza perdida. La vara está alta, señores, muy alta. Hay que demostrar que somos diferentes, que estamos dispuestos a trabajar honestamente por el pueblo, y no a aprovechar nuestra posición para beneficio propio.
Vale la pena recordar que antes de lanzar su candidatura, Fernández estuvo en diversos actos junto a Chaves, desde la rendición de cuentas al sector pesquero en Playas del Coco hasta la feria “IMAS Impulsa” en San José. Incluso estuvieron juntitos en el Grand Gala Parade de Limón, regalándose un abrazote. Todo indica que la relación entre ambos es bastante estrecha, y que Fernández no se avergüenza de mostrarlo abiertamente. ¿Será estrategia política o simplemente amistad sincera? Eso es lo que tendremos que averiguar.
En fin, la polémica alrededor de Laura Fernández nos deja pensando: ¿Hasta dónde puede llegar la participación de los aspirantes a cargos públicos en actos del gobierno? ¿Es legítimo que usen estos espacios para promocionar sus campañas? Y lo más importante, ¿cómo podemos exigir a nuestros políticos mayor transparencia y responsabilidad? ¡Den su opinión en el foro, necesito saber qué piensan ustedes sobre este lío!