¡Ay, Dios mío! ¿Quién no se ha levantado alguna vez sintiéndose como si hubiera corrido una maratón en sueños? Dormiste tus ocho horitas, te sientes como que descansasote, pero abres los ojos y... ¡boom!, te sientes más vacío que cartera de estudiante universitario. Pues resulta que, según la doctora Leyla Morillo, este fenómeno no siempre es simplemente ‘mala onda’ o cansancio acumulado, puede ser una señal de alerta que nuestro cuerpo nos está mandando.
La especialista, en entrevista exclusiva para este Foro, aclara que este agotamiento matutino, a pesar de haber tenido un buen descanso, es bastante común y puede estar vinculado a desórdenes mentales que a menudo pasamos por alto. No es cuestión de achacarle la culpa a la almohada, pues el problema reside en factores mucho más profundos y personales. Imaginen, compas, que su cuerpo les está gritando, pero nosotros seguimos pensando que solo necesitamos otro café.
Morillo acuñó el término 'fatiga emocional' para describir esta condición. Explica que no se trata de un cansancio físico que se soluciona con más horas de sueño, sino de una acumulación de presiones psicológicas, responsabilidades y preocupaciones que se van sumando día tras día. Como decir, llevar encima el mundo entero… ¡y todavía tener que ir a brete!
Y es que, siendo honestos, vivimos en un país donde hay trabajo pa’ to’ lao. Entre el pito y la astilla, trabajamos, cuidamos a la familia, pagamos facturas, intentamos mantenernos al día con el cyberespacio… ¡uf! Que agobio. Esta combinación de factores puede saturar nuestra mente y manifestarse físicamente en forma de agotamiento matutino. Se nos va todo al traste sin darnos cuenta.
“Si tu cuerpo te está hablando, escúchalo”, enfatiza la doctora Morillo. Muchas veces tendemos a ignorar estas señales, a normalizarlas, pensando que es solo un malestar pasajero. Pero ignorarlas puede ser como tapar un volcán: eventualmente, estalla. No le demos más lana al gato, compas. Prestarle atención a estos síntomas es crucial para evitar que afecten nuestra calidad de vida e incluso desencadenen problemas mayores.
En Costa Rica somos expertos en esconder cómo nos sentimos, en aparentar que todo está bien cuando realmente vamos arrastrando una carga pesadísima. Nos creemos fuertes, inquebrantables, pero hasta Superman necesita recargar sus pilas. Reconocer nuestras limitaciones, pedir ayuda si la necesitamos y priorizar nuestra salud mental no es signo de debilidad, sino de inteligencia. Es poner freno a esa ‘torta’ que llevamos dentro.
Ahora bien, ¿qué hacer ante esta situación? La doctora recomienda enfocarse en ser conscientes de nuestros pensamientos, emociones y hábitos. Evaluar qué rutinas nos están perjudicando, identificar cuáles son esas responsabilidades que nos están consumiendo y buscar estrategias para gestionarlas de manera más saludable. Caminar por la selva central, tomarse un chorroloca en Playa Hermosa o, simplemente, dedicarle unos minutos al día a relajarnos y desconectarnos del bullicio cotidiano. ¡Pequeñas cosas pueden hacer la diferencia!
Así que, la próxima vez que te despiertes sintiéndote como si hubieras corrido cien metros bajo un sol abrasador, pregúntate: ¿Es solo cansancio o mi cuerpo me está avisando que necesito cambiar algo? ¿Ustedes, compas del foro, han experimentado este agotamiento matutino? ¿Qué estrategias utilizan para manejarlo y recuperar energías?
La especialista, en entrevista exclusiva para este Foro, aclara que este agotamiento matutino, a pesar de haber tenido un buen descanso, es bastante común y puede estar vinculado a desórdenes mentales que a menudo pasamos por alto. No es cuestión de achacarle la culpa a la almohada, pues el problema reside en factores mucho más profundos y personales. Imaginen, compas, que su cuerpo les está gritando, pero nosotros seguimos pensando que solo necesitamos otro café.
Morillo acuñó el término 'fatiga emocional' para describir esta condición. Explica que no se trata de un cansancio físico que se soluciona con más horas de sueño, sino de una acumulación de presiones psicológicas, responsabilidades y preocupaciones que se van sumando día tras día. Como decir, llevar encima el mundo entero… ¡y todavía tener que ir a brete!
Y es que, siendo honestos, vivimos en un país donde hay trabajo pa’ to’ lao. Entre el pito y la astilla, trabajamos, cuidamos a la familia, pagamos facturas, intentamos mantenernos al día con el cyberespacio… ¡uf! Que agobio. Esta combinación de factores puede saturar nuestra mente y manifestarse físicamente en forma de agotamiento matutino. Se nos va todo al traste sin darnos cuenta.
“Si tu cuerpo te está hablando, escúchalo”, enfatiza la doctora Morillo. Muchas veces tendemos a ignorar estas señales, a normalizarlas, pensando que es solo un malestar pasajero. Pero ignorarlas puede ser como tapar un volcán: eventualmente, estalla. No le demos más lana al gato, compas. Prestarle atención a estos síntomas es crucial para evitar que afecten nuestra calidad de vida e incluso desencadenen problemas mayores.
En Costa Rica somos expertos en esconder cómo nos sentimos, en aparentar que todo está bien cuando realmente vamos arrastrando una carga pesadísima. Nos creemos fuertes, inquebrantables, pero hasta Superman necesita recargar sus pilas. Reconocer nuestras limitaciones, pedir ayuda si la necesitamos y priorizar nuestra salud mental no es signo de debilidad, sino de inteligencia. Es poner freno a esa ‘torta’ que llevamos dentro.
Ahora bien, ¿qué hacer ante esta situación? La doctora recomienda enfocarse en ser conscientes de nuestros pensamientos, emociones y hábitos. Evaluar qué rutinas nos están perjudicando, identificar cuáles son esas responsabilidades que nos están consumiendo y buscar estrategias para gestionarlas de manera más saludable. Caminar por la selva central, tomarse un chorroloca en Playa Hermosa o, simplemente, dedicarle unos minutos al día a relajarnos y desconectarnos del bullicio cotidiano. ¡Pequeñas cosas pueden hacer la diferencia!
Así que, la próxima vez que te despiertes sintiéndote como si hubieras corrido cien metros bajo un sol abrasador, pregúntate: ¿Es solo cansancio o mi cuerpo me está avisando que necesito cambiar algo? ¿Ustedes, compas del foro, han experimentado este agotamiento matutino? ¿Qué estrategias utilizan para manejarlo y recuperar energías?