¡Aguante! Parece mentira, pero al final de 2025 la confianza de los consumidores andaba regalada, según el estudio más reciente de la UCR. Sí, así como lo leyeron. Después de tanto rollo económico, la gente empezó a sentirse un poquito más tranquila, aunque todavía hay quien anda preocupao'. Esto salió a relucir en el Índice de Confianza del Consumidor (ICC), que midió un aumento notable, especialmente entre aquellos que menos tienen.
El estudio nos cuenta que noviembre fue clave, porque ahí se vio el primer rayito de esperanza en casi un año entero. Al parecer, la cosa cambió para los hogares de menores ingresos y con menos estudios. No vaya a ser que le estemos tomando mucho pelo, pero parece que hasta los que arrastran gotera empezaron a ver la vida con otros ojos, ¿no?
Para ponerle números a la cosa, el ICC llegó a 55.4 puntos en noviembre. No es un número que te haga saltar del sillón, claro, pero sí representa un aumento de 3.1 puntos con respecto a mediciones anteriores. Según los expertos, esto significa que la gente tiene una opinión más bien neutral sobre cómo va la economía, pero bueno, ya saben, siempre hay espacio para mejorar. Es como decir 'andas pa' la casa', ¿eh?
Y ojo, porque este tipo de aumento es bastante común hacia finales de año, gracias a esos descuentos que empiezan a caer y a la llegada del aguinaldo, que siempre viene de perlas para hacer unos arreglitos en la casa o comprarle un chunche a los niños. Pero esta vez, hubo un factor extra que ayudó a levantar el ánimo: ¡las elecciones! La posibilidad de un cambio en el gobierno, aparentemente, dio un empujoncito al optimismo general.
Desde febrero de 2024, el índice ha mantenido niveles decentes, por encima de los 50 puntos, pero este aumento en noviembre es el primero que se veía desde agosto del mismo año. Hay que darle crédito a la resiliencia del pueblo tico, que siempre encuentra la forma de echar pal’ante a pesar de todo. Nos hemos acostumbrado a batallar, y eso nos hace fuertes, diay.
Si nos metemos en los detalles, el porcentaje de consumidores optimistas subió a un 37.5%, lo cual es un buen dato. Por otro lado, los pesimistas siguen representando un 13.5% del total, y la mayoría (49%) se queda en un punto medio, ni muy contentos ni muy tristes. Es como cuando vas a un partido de fútbol y esperas que gane tu equipo, pero tampoco te emocionas demasiado si empatan, ¿verdad?
Pero lo más interesante es quiénes están impulsando este optimismo. Las mujeres lideran la ola, con un aumento de 6.5 puntos en su confianza. Le siguen los jóvenes menores de 35 años (4.4 puntos), las personas con menor nivel educativo (4.7 puntos) y los hogares con ingresos inferiores a 500 mil colones (3.4 puntos). Claramente, estos sectores son los que más necesitan ver mejoras en su calidad de vida, y quizás por eso se sienten más animados ante la perspectiva de un futuro mejor. Aunque claro, hay que tomarlo con pinzas, porque el optimismo puede evaporarse rápido si las cosas no salen como se espera.
Y para rematar, el 63.1% de los encuestados espera que sus ingresos suban en los próximos 12 meses. ¡Eso sí que es un dato alentador! Además, cada vez más personas creen que su poder adquisitivo no disminuirá, y menos gente teme tener que apretarse el cinturón. Vamos, que la cosa pinta medio decente, aunque todavía hay que remar. ¿Cree usted que este aumento en la confianza se traducirá realmente en mejores condiciones de vida para todos los costarricenses, o es solo un espejismo temporal? ¡Déjenos sus opiniones en los comentarios!
El estudio nos cuenta que noviembre fue clave, porque ahí se vio el primer rayito de esperanza en casi un año entero. Al parecer, la cosa cambió para los hogares de menores ingresos y con menos estudios. No vaya a ser que le estemos tomando mucho pelo, pero parece que hasta los que arrastran gotera empezaron a ver la vida con otros ojos, ¿no?
Para ponerle números a la cosa, el ICC llegó a 55.4 puntos en noviembre. No es un número que te haga saltar del sillón, claro, pero sí representa un aumento de 3.1 puntos con respecto a mediciones anteriores. Según los expertos, esto significa que la gente tiene una opinión más bien neutral sobre cómo va la economía, pero bueno, ya saben, siempre hay espacio para mejorar. Es como decir 'andas pa' la casa', ¿eh?
Y ojo, porque este tipo de aumento es bastante común hacia finales de año, gracias a esos descuentos que empiezan a caer y a la llegada del aguinaldo, que siempre viene de perlas para hacer unos arreglitos en la casa o comprarle un chunche a los niños. Pero esta vez, hubo un factor extra que ayudó a levantar el ánimo: ¡las elecciones! La posibilidad de un cambio en el gobierno, aparentemente, dio un empujoncito al optimismo general.
Desde febrero de 2024, el índice ha mantenido niveles decentes, por encima de los 50 puntos, pero este aumento en noviembre es el primero que se veía desde agosto del mismo año. Hay que darle crédito a la resiliencia del pueblo tico, que siempre encuentra la forma de echar pal’ante a pesar de todo. Nos hemos acostumbrado a batallar, y eso nos hace fuertes, diay.
Si nos metemos en los detalles, el porcentaje de consumidores optimistas subió a un 37.5%, lo cual es un buen dato. Por otro lado, los pesimistas siguen representando un 13.5% del total, y la mayoría (49%) se queda en un punto medio, ni muy contentos ni muy tristes. Es como cuando vas a un partido de fútbol y esperas que gane tu equipo, pero tampoco te emocionas demasiado si empatan, ¿verdad?
Pero lo más interesante es quiénes están impulsando este optimismo. Las mujeres lideran la ola, con un aumento de 6.5 puntos en su confianza. Le siguen los jóvenes menores de 35 años (4.4 puntos), las personas con menor nivel educativo (4.7 puntos) y los hogares con ingresos inferiores a 500 mil colones (3.4 puntos). Claramente, estos sectores son los que más necesitan ver mejoras en su calidad de vida, y quizás por eso se sienten más animados ante la perspectiva de un futuro mejor. Aunque claro, hay que tomarlo con pinzas, porque el optimismo puede evaporarse rápido si las cosas no salen como se espera.
Y para rematar, el 63.1% de los encuestados espera que sus ingresos suban en los próximos 12 meses. ¡Eso sí que es un dato alentador! Además, cada vez más personas creen que su poder adquisitivo no disminuirá, y menos gente teme tener que apretarse el cinturón. Vamos, que la cosa pinta medio decente, aunque todavía hay que remar. ¿Cree usted que este aumento en la confianza se traducirá realmente en mejores condiciones de vida para todos los costarricenses, o es solo un espejismo temporal? ¡Déjenos sus opiniones en los comentarios!