¡Ay, Dios mío! Quién lo diría, ¿verdad, maes? Resulta que una señora de Heredia, de esos 60 y pico, se hizo rica gracias a la lotería. No es que compró boletos a pares ni nada por el estilo, sino que agarró unas fracciones que le estaban sobrando al vendedor. ¡Un verdadero golpe de suerte, diay!
La Junta de Protección Social (JPS) confirmó que la señora, cuyo nombre prefieren mantener en reserva por ahora (seguro estará recibiendo visitas de todos los primos lejanos, jeje), fue la feliz ganadora del Primer Sorteo Extraordinario de Consolación. Su número, el 82 con la serie 844, le dio derecho a unos módicos ¢80 millones. ¡Un buen brete pa’ salir de apuros, chunches y vivir tranquilos!
Como les cuento, la señora simplemente aprovechó la oportunidad. Según la JPS, ella estaba buscando algo así como un “chance” y el vendedor tenía esas fracciones que necesitaba deshacerse. Así que, sin pensarlo mucho, se llevó las suyas y ¡zas!, ¡la suerte quiso que fueran las ganadoras! Imagínate la cara del vendedor cuando vio que esas fracciones que creía inútiles le dieron tanto jugo a alguien.
Pero no todo fue suerte ciega, porque también entra la picardía pura. Al parecer, la señora escogió el número al azar, pero quién sabe si en el fondo tenía algún presentimiento bueno, ¿eh? Lo cierto es que se llevó una alegría tremenda y ahora tendrá que lidiar con las consecuencias de tener tanta plata repentinamente. ¡Ya sé que vienen los llamados de desconocidos ofreciendo inversiones milagrosas y promesas vacías!
En cuanto a sus planes con la lana, la señora comentó que quiere guardarla bien cerquita y compartirla con su familia. Un gesto noble, aunque también sospecho que ya habrá empezado a calcular cuántos nietos van a aparecerle súbitamente. ¡Es ley de vida, mae! Pero bueno, mientras haya para todos, nadie se va a quejar, claro. Ya saben cómo dicen: 'El que tiene, da'.
Además, la JPS sigue entregando premios del Segundo Sorteo Extraordinario de Consolación, que se jugó el domingo pasado. Así que todavía hay esperanza para quienes siguen jugando y sueñan con cambiar el brete. Aunque, hablando serio, a veces uno siente que la lotería es como jugar a la ruleta rusa: puedes ganar una fortuna o seguir igual… con la ilusión intacta, pero con la cartera un poquito más flaca.
Y es que en este país, la suerte siempre anda dando vueltas. Uno día estás trabajando duro, sudando la gota gorda, y al otro te enteras de historias como esta de la señora de Heredia. Te das cuenta de que la vida es impredecible y que a veces, lo único que necesitas es estar en el lugar correcto en el momento adecuado. Bueno, y quizás comprar unas fracciones de lotería que le sobren al vendedor, ¡nunca se sabe!
Ahora sí, maes, diganme: ¿Ustedes creen que es justo que una persona se haga millonaria de esta manera, apostando a la suerte? ¿O debería haber otras formas más equitativas de distribuir la riqueza en nuestro país? Dejen sus opiniones abajo, ¡quiero leer qué piensan ustedes sobre este asunto!
La Junta de Protección Social (JPS) confirmó que la señora, cuyo nombre prefieren mantener en reserva por ahora (seguro estará recibiendo visitas de todos los primos lejanos, jeje), fue la feliz ganadora del Primer Sorteo Extraordinario de Consolación. Su número, el 82 con la serie 844, le dio derecho a unos módicos ¢80 millones. ¡Un buen brete pa’ salir de apuros, chunches y vivir tranquilos!
Como les cuento, la señora simplemente aprovechó la oportunidad. Según la JPS, ella estaba buscando algo así como un “chance” y el vendedor tenía esas fracciones que necesitaba deshacerse. Así que, sin pensarlo mucho, se llevó las suyas y ¡zas!, ¡la suerte quiso que fueran las ganadoras! Imagínate la cara del vendedor cuando vio que esas fracciones que creía inútiles le dieron tanto jugo a alguien.
Pero no todo fue suerte ciega, porque también entra la picardía pura. Al parecer, la señora escogió el número al azar, pero quién sabe si en el fondo tenía algún presentimiento bueno, ¿eh? Lo cierto es que se llevó una alegría tremenda y ahora tendrá que lidiar con las consecuencias de tener tanta plata repentinamente. ¡Ya sé que vienen los llamados de desconocidos ofreciendo inversiones milagrosas y promesas vacías!
En cuanto a sus planes con la lana, la señora comentó que quiere guardarla bien cerquita y compartirla con su familia. Un gesto noble, aunque también sospecho que ya habrá empezado a calcular cuántos nietos van a aparecerle súbitamente. ¡Es ley de vida, mae! Pero bueno, mientras haya para todos, nadie se va a quejar, claro. Ya saben cómo dicen: 'El que tiene, da'.
Además, la JPS sigue entregando premios del Segundo Sorteo Extraordinario de Consolación, que se jugó el domingo pasado. Así que todavía hay esperanza para quienes siguen jugando y sueñan con cambiar el brete. Aunque, hablando serio, a veces uno siente que la lotería es como jugar a la ruleta rusa: puedes ganar una fortuna o seguir igual… con la ilusión intacta, pero con la cartera un poquito más flaca.
Y es que en este país, la suerte siempre anda dando vueltas. Uno día estás trabajando duro, sudando la gota gorda, y al otro te enteras de historias como esta de la señora de Heredia. Te das cuenta de que la vida es impredecible y que a veces, lo único que necesitas es estar en el lugar correcto en el momento adecuado. Bueno, y quizás comprar unas fracciones de lotería que le sobren al vendedor, ¡nunca se sabe!
Ahora sí, maes, diganme: ¿Ustedes creen que es justo que una persona se haga millonaria de esta manera, apostando a la suerte? ¿O debería haber otras formas más equitativas de distribuir la riqueza en nuestro país? Dejen sus opiniones abajo, ¡quiero leer qué piensan ustedes sobre este asunto!
