¡Quiiiiiiita! Parece mentira, pero estamos llegando a un punto donde casi todos los hogares ticos tenemos internet. Según el último estudio, más del 85% ya está conectado, lo cual es un cambio brutal si recordamos cómo andábamos hace unos años. Antes era lujo tener internet en casa, ahora es casi indispensable para todo, desde mandar la tarea de los hijos hasta ver videos de gatitos – porque, diay, ¿quién puede vivir sin eso?
Este informe, que salió de la UCR gracias al programa Prosic, nos pinta un panorama bastante claro de cómo hemos avanzado en la sociedad de la información. Basándose en datos de la Enaho, vemos que el 85.4% de los hogares tenía conexión a internet en 2024. ¡Pero atención!, porque dentro de esos hay un 35.5% que disfruta de la velocidad de la fibra óptica. Eso sí es ir a cachete, poder descargar películas en segundos.
Si comparamos con el 2020, cuando apenas un 8.9% de los hogares tenía fibra óptica, ¡la diferencia es abismal! La Sutel confirma esto, diciendo que ya más de la mitad de las suscripciones a internet fijo son de fibra. Imagínate, hace poco era una novedad, y ahora es la norma. Así se le llama progreso, mae.
Ahora bien, ni todo es miel sobre hojuelas. Aunque la mayoría está conectada, todavía hay un 14.6% de hogares que siguen desconectados. Eso significa casi dos de cada diez familias sin acceso a internet, y eso sí que es una vara preocupante. Y ojo, porque el motivo principal no siempre es la falta de interés; muchos simplemente no se lo pueden permitir.
Según el estudio, alrededor del 41% de estos hogares dice que el costo es el problema. En el 2023 era un poquito más, un 51.8%, así que parece que la economía ha ayudado a algunos a salir del chapuzón. ¡Eso es positivo! Sin embargo, todavía hay un 21.3% que simplemente no sabe cómo usar internet. Ahí es donde entra la educación digital, porque, diay, no basta con tener el servicio, hay que saber aprovecharlo.
Y hablando de educación digital, ahí tenemos brecha enorme por taparle. No es suficiente con poner antenas y cables; hay que enseñar a la gente a usarlos. Puras clases gratuitas, talleres en centros comunitarios, cualquier cosa para que nuestros adultos mayores y aquellos que nunca han tenido contacto con la tecnología puedan aprender a navegar y sacar provecho de todas estas herramientas. Porque, vamos, ¿de qué sirve tener internet si no sabes siquiera buscar un video de recetas?
Lo que me lleva a pensar… vemos avances increíbles en la conectividad, las velocidades aumentan y el precio de la fibra podría bajar aún más en el futuro. Pero, ¿realmente estamos haciendo lo suficiente para asegurar que *todos* los costarricenses tengan acceso equitativo a internet, tanto en términos económicos como educativos? ¿Estamos invirtiendo en programas de alfabetización digital que lleguen a las zonas más remotas y vulnerables del país?
En fin, aunque celebremos este avance tecnológico, la realidad es que todavía queda mucho por hacer. Tenemos que seguir trabajando para cerrar la brecha digital y asegurarnos de que nadie se quede atrás en esta revolución tecnológica. Ahora dime, ¿crees que el Estado debería subsidiar el acceso a internet para hogares de bajos recursos, o consideras que es responsabilidad exclusiva de las empresas proveedoras? ¡Déjanos tus opiniones abajo!
Este informe, que salió de la UCR gracias al programa Prosic, nos pinta un panorama bastante claro de cómo hemos avanzado en la sociedad de la información. Basándose en datos de la Enaho, vemos que el 85.4% de los hogares tenía conexión a internet en 2024. ¡Pero atención!, porque dentro de esos hay un 35.5% que disfruta de la velocidad de la fibra óptica. Eso sí es ir a cachete, poder descargar películas en segundos.
Si comparamos con el 2020, cuando apenas un 8.9% de los hogares tenía fibra óptica, ¡la diferencia es abismal! La Sutel confirma esto, diciendo que ya más de la mitad de las suscripciones a internet fijo son de fibra. Imagínate, hace poco era una novedad, y ahora es la norma. Así se le llama progreso, mae.
Ahora bien, ni todo es miel sobre hojuelas. Aunque la mayoría está conectada, todavía hay un 14.6% de hogares que siguen desconectados. Eso significa casi dos de cada diez familias sin acceso a internet, y eso sí que es una vara preocupante. Y ojo, porque el motivo principal no siempre es la falta de interés; muchos simplemente no se lo pueden permitir.
Según el estudio, alrededor del 41% de estos hogares dice que el costo es el problema. En el 2023 era un poquito más, un 51.8%, así que parece que la economía ha ayudado a algunos a salir del chapuzón. ¡Eso es positivo! Sin embargo, todavía hay un 21.3% que simplemente no sabe cómo usar internet. Ahí es donde entra la educación digital, porque, diay, no basta con tener el servicio, hay que saber aprovecharlo.
Y hablando de educación digital, ahí tenemos brecha enorme por taparle. No es suficiente con poner antenas y cables; hay que enseñar a la gente a usarlos. Puras clases gratuitas, talleres en centros comunitarios, cualquier cosa para que nuestros adultos mayores y aquellos que nunca han tenido contacto con la tecnología puedan aprender a navegar y sacar provecho de todas estas herramientas. Porque, vamos, ¿de qué sirve tener internet si no sabes siquiera buscar un video de recetas?
Lo que me lleva a pensar… vemos avances increíbles en la conectividad, las velocidades aumentan y el precio de la fibra podría bajar aún más en el futuro. Pero, ¿realmente estamos haciendo lo suficiente para asegurar que *todos* los costarricenses tengan acceso equitativo a internet, tanto en términos económicos como educativos? ¿Estamos invirtiendo en programas de alfabetización digital que lleguen a las zonas más remotas y vulnerables del país?
En fin, aunque celebremos este avance tecnológico, la realidad es que todavía queda mucho por hacer. Tenemos que seguir trabajando para cerrar la brecha digital y asegurarnos de que nadie se quede atrás en esta revolución tecnológica. Ahora dime, ¿crees que el Estado debería subsidiar el acceso a internet para hogares de bajos recursos, o consideras que es responsabilidad exclusiva de las empresas proveedoras? ¡Déjanos tus opiniones abajo!