¡Ay, Dios mío! Así se pone el ambiente de negocios en este planeta, pues. Entre guerras, inflación y unos chinos que no dan tregua, parece que los países pequeños tenemos que buscarle la vuelta pa’ mantenernos a flote. Y hablando de darle una manito al bolsillo, resulta que Costa Rica se acaba de meter de lleno en una movida que llaman Alianza para el Futuro de la Inversión y el Comercio, la FIT-P. Un nombre largo, sí, pero prometen que es nuestro salvavidas en estas aguas turbulentas.
La jugada empezó hace ratitos, allá en septiembre pasado, cuando catorce países de la Organización Mundial del Comercio (OMC) dijeron “¡aquí andamos!”. Ahora, la onda es que se le fueron sumando más comadres, hasta llegar a una docena y media, incluyendo a nuestro querido país. El lanzamiento oficial va a ser en Singapur, imagínate ahí toda la crema tratando de ponerse de acuerdo. Brunei, Chile, Islandia, Liechtenstein... ¡parece listado de países escandinavos! Y claro, Panamá y Uruguay también se apuntaron, porque aquí en Latinoamérica siempre buscamos hacerlas bien.
Según dicen desde el Ministerio de Comercio Exterior (Comex), la FIT-P busca facilitarnos la vida en el tema del comercio. Les preocupa que haya demasiadas trabas, unas piedras en el camino que nos impiden vender nuestros productos afuera. Entonces, buscan crear mecanismos pa’ quitarle eso de encima, como si fueran a limpiar la calle principal del barrio. En teoría, la idea es buena, pues. Fomentar el comercio abierto, crecer juntos y encontrarle solución a todos estos problemas que nos trae el mundo.
Pero, dígame usted, ¿qué es exactamente la FIT-P? Pues resulta que van a trabajar en cuatro áreas principales: asegurar que las cadenas de suministro no se quiebren, facilitar la inversión (pa' que venga plata gringa a hacernos rico), eliminar esas barreras no arancelarias que nos complican la vida y abrazar las nuevas tecnologías que hay en el mercado. Suena chévere, ¿verdad? Lo bueno es que no son engüeyes, pues; cada país decide en qué área quiere echarle ganas.
Manuel Tovar, el ministro de Comercio Exterior, fue quien nos soltó la sopa en una entrevista con El Observador. Dijo que no se quedan con los brazos cruzados, que andan buscando nuevas formas de integrarnos al mundo. “Somos muy afanosos en movernos, somos inquietos”, dijo el señor. ¡Qué manera de describirnos, wey! Pero es cierto, los ticos no paramos quieto, siempre buscando cómo mejorar nuestras condiciones. Él también resaltó que esto es una oportunidad de acercarnos a países con retos parecidos. Pequeños, abiertos al mundo, dependiendo del comercio y la inversión extranjera… suena familiar, ¿no?
Y ahí viene la gran pregunta: ¿esto funcionará de verdad? Algunos expertos dicen que es pura arenga, que al final no vamos a lograr nada. Otros creen que puede ser un primer paso importante para fortalecer nuestra economía y diversificar nuestros mercados. Claro, hay que tener en cuenta que la FIT-P no es un tratado vinculante, no te obligan a nada. Es más bien un espacio donde podemos ir fortaleciendo las relaciones comerciales, un lugar para echar plática y ver si llegamos a algún acuerdo concreto. Una especie de taller pa’ maquinar el futuro, vamos.
El ministro Tovar dice que apenas están comenzando, que este es un avance importante y que espera que el proyecto crezca con el tiempo. Hasta ahora, todas las conversaciones se dieron virtuales, pero pronto tendrán una presentación en carne y hueso. Ya saben, pa’ que vayan todos vestidos decente y le den la mano a los extranjeros. Veremos qué sale de esto, pues. Con tanta promesa y tanto cambio constante, a veces uno ya no sabe qué esperar. Lo único seguro es que seguiré pendiente pa’ informarles cualquier novedad que surja de esta alianza.
Ahora me pregunto, ¿cree usted que la Alianza FIT-P es una verdadera oportunidad para impulsar el comercio costarricense, o simplemente otra iniciativa más que se quedará en el papel? Deje su opinión en los comentarios y cuénteme qué piensa de esta nueva apuesta del gobierno. ¡A conversar!
La jugada empezó hace ratitos, allá en septiembre pasado, cuando catorce países de la Organización Mundial del Comercio (OMC) dijeron “¡aquí andamos!”. Ahora, la onda es que se le fueron sumando más comadres, hasta llegar a una docena y media, incluyendo a nuestro querido país. El lanzamiento oficial va a ser en Singapur, imagínate ahí toda la crema tratando de ponerse de acuerdo. Brunei, Chile, Islandia, Liechtenstein... ¡parece listado de países escandinavos! Y claro, Panamá y Uruguay también se apuntaron, porque aquí en Latinoamérica siempre buscamos hacerlas bien.
Según dicen desde el Ministerio de Comercio Exterior (Comex), la FIT-P busca facilitarnos la vida en el tema del comercio. Les preocupa que haya demasiadas trabas, unas piedras en el camino que nos impiden vender nuestros productos afuera. Entonces, buscan crear mecanismos pa’ quitarle eso de encima, como si fueran a limpiar la calle principal del barrio. En teoría, la idea es buena, pues. Fomentar el comercio abierto, crecer juntos y encontrarle solución a todos estos problemas que nos trae el mundo.
Pero, dígame usted, ¿qué es exactamente la FIT-P? Pues resulta que van a trabajar en cuatro áreas principales: asegurar que las cadenas de suministro no se quiebren, facilitar la inversión (pa' que venga plata gringa a hacernos rico), eliminar esas barreras no arancelarias que nos complican la vida y abrazar las nuevas tecnologías que hay en el mercado. Suena chévere, ¿verdad? Lo bueno es que no son engüeyes, pues; cada país decide en qué área quiere echarle ganas.
Manuel Tovar, el ministro de Comercio Exterior, fue quien nos soltó la sopa en una entrevista con El Observador. Dijo que no se quedan con los brazos cruzados, que andan buscando nuevas formas de integrarnos al mundo. “Somos muy afanosos en movernos, somos inquietos”, dijo el señor. ¡Qué manera de describirnos, wey! Pero es cierto, los ticos no paramos quieto, siempre buscando cómo mejorar nuestras condiciones. Él también resaltó que esto es una oportunidad de acercarnos a países con retos parecidos. Pequeños, abiertos al mundo, dependiendo del comercio y la inversión extranjera… suena familiar, ¿no?
Y ahí viene la gran pregunta: ¿esto funcionará de verdad? Algunos expertos dicen que es pura arenga, que al final no vamos a lograr nada. Otros creen que puede ser un primer paso importante para fortalecer nuestra economía y diversificar nuestros mercados. Claro, hay que tener en cuenta que la FIT-P no es un tratado vinculante, no te obligan a nada. Es más bien un espacio donde podemos ir fortaleciendo las relaciones comerciales, un lugar para echar plática y ver si llegamos a algún acuerdo concreto. Una especie de taller pa’ maquinar el futuro, vamos.
El ministro Tovar dice que apenas están comenzando, que este es un avance importante y que espera que el proyecto crezca con el tiempo. Hasta ahora, todas las conversaciones se dieron virtuales, pero pronto tendrán una presentación en carne y hueso. Ya saben, pa’ que vayan todos vestidos decente y le den la mano a los extranjeros. Veremos qué sale de esto, pues. Con tanta promesa y tanto cambio constante, a veces uno ya no sabe qué esperar. Lo único seguro es que seguiré pendiente pa’ informarles cualquier novedad que surja de esta alianza.
Ahora me pregunto, ¿cree usted que la Alianza FIT-P es una verdadera oportunidad para impulsar el comercio costarricense, o simplemente otra iniciativa más que se quedará en el papel? Deje su opinión en los comentarios y cuénteme qué piensa de esta nueva apuesta del gobierno. ¡A conversar!