¡Aguanta, pura vida! Parece que estamos sacando pecho otra vez en el renglón turístico. Después de unos años bien moviditos con pandemias y demás chinchorros, las buenas noticias empiezan a llegar. Según datos frescos del ICT, noviembre cerró con creces, mostrando un repunte importante en la llegada de visitantes al país. ¡Qué chiva esto!
La verdad es que el sector turismo ha sido un brete para todos estos años. Mucha incertidumbre y cambios de planes de última hora, dejando a muchos negocios patas arriba. Pero parece que el esfuerzo por mantenernos atractivos y seguros empieza a dar sus frutos. Las estadísticas del ICT dan fe de esto, y nos muestran que seguimos siendo un destino top para los gringos del norte, especialmente estadounidenses y canadienses.
William Rodríguez, nuestro ministro de Turismo, anda contento porque, según él, el aumento es del 12,2% en comparación con el mismo periodo del año pasado. Eso es un dato que da qué pensar, porque significa que la gente sigue confiando en nosotros como un lugar seguro y bonito para pasar sus vacaciones. Además, si las cosas siguen así, podríamos estar hablando de alrededor de 2.6 millones de visitantes al final de este 2025. ¡Un número que ilusiona a cualquiera!
Y no es solamente el turista promedio. Estamos viendo un interés creciente en experiencias más auténticas, en conectar con la naturaleza, en aprender sobre nuestra cultura. Ya no basta con ir a los hoteles cinco estrellas; ahora quieren vivir el verdadero sabor de Costa Rica, conocer nuestras tradiciones, probar nuestra comida… ¡y eso es algo que tenemos mucho que ofrecer!
Ahora, claro, no todo es miel sobre hojuelas. Todavía hay retos importantes por delante. Tenemos que seguir trabajando en mejorar la infraestructura turística, en capacitar a nuestro personal, en promover prácticas sostenibles que protejan nuestro medio ambiente. No podemos andar durmiendo en los laureles, ¡porque la competencia es dura! Otros países también están buscando atraer a esos mismos turistas.
Pero vamos, la cosa pinta bien. Con la temporada alta ya a toda marcha, esperamos un flujo constante de divisas que ayudará a impulsar nuestra economía. Esto impactará directamente en muchísimas familias, desde los taxistas hasta los dueños de los pequeños restaurantes, pasando por los guías turísticos y artesanos. ¡Es un efecto dominó positivo que necesitamos urgentemente!
Y ojo, esto no quiere decir que debamos relajarnos en cuanto a la seguridad. Hay que seguir cuidando a nuestros visitantes y asegurándonos de que tengan una experiencia inolvidable. Una mala experiencia puede arruinar la reputación de todo un destino turístico, y eso sería una verdadera torta. Así que redoblemos el paso y sigamos esforzándonos para que Costa Rica siga siendo sinónimo de aventura, belleza y tranquilidad.
En fin, este repunte turístico es una bocanada de aire fresco para nuestra economía, y nos demuestra que hemos sabido reinventarnos y adaptarnos a los nuevos desafíos. Pero, ¿cree usted que debemos enfocarnos aún más en el turismo sostenible para proteger nuestro patrimonio natural y cultural, o priorizar el crecimiento económico a cualquier costo, aunque esto signifique comprometer el futuro de nuestro país?
La verdad es que el sector turismo ha sido un brete para todos estos años. Mucha incertidumbre y cambios de planes de última hora, dejando a muchos negocios patas arriba. Pero parece que el esfuerzo por mantenernos atractivos y seguros empieza a dar sus frutos. Las estadísticas del ICT dan fe de esto, y nos muestran que seguimos siendo un destino top para los gringos del norte, especialmente estadounidenses y canadienses.
William Rodríguez, nuestro ministro de Turismo, anda contento porque, según él, el aumento es del 12,2% en comparación con el mismo periodo del año pasado. Eso es un dato que da qué pensar, porque significa que la gente sigue confiando en nosotros como un lugar seguro y bonito para pasar sus vacaciones. Además, si las cosas siguen así, podríamos estar hablando de alrededor de 2.6 millones de visitantes al final de este 2025. ¡Un número que ilusiona a cualquiera!
Y no es solamente el turista promedio. Estamos viendo un interés creciente en experiencias más auténticas, en conectar con la naturaleza, en aprender sobre nuestra cultura. Ya no basta con ir a los hoteles cinco estrellas; ahora quieren vivir el verdadero sabor de Costa Rica, conocer nuestras tradiciones, probar nuestra comida… ¡y eso es algo que tenemos mucho que ofrecer!
Ahora, claro, no todo es miel sobre hojuelas. Todavía hay retos importantes por delante. Tenemos que seguir trabajando en mejorar la infraestructura turística, en capacitar a nuestro personal, en promover prácticas sostenibles que protejan nuestro medio ambiente. No podemos andar durmiendo en los laureles, ¡porque la competencia es dura! Otros países también están buscando atraer a esos mismos turistas.
Pero vamos, la cosa pinta bien. Con la temporada alta ya a toda marcha, esperamos un flujo constante de divisas que ayudará a impulsar nuestra economía. Esto impactará directamente en muchísimas familias, desde los taxistas hasta los dueños de los pequeños restaurantes, pasando por los guías turísticos y artesanos. ¡Es un efecto dominó positivo que necesitamos urgentemente!
Y ojo, esto no quiere decir que debamos relajarnos en cuanto a la seguridad. Hay que seguir cuidando a nuestros visitantes y asegurándonos de que tengan una experiencia inolvidable. Una mala experiencia puede arruinar la reputación de todo un destino turístico, y eso sería una verdadera torta. Así que redoblemos el paso y sigamos esforzándonos para que Costa Rica siga siendo sinónimo de aventura, belleza y tranquilidad.
En fin, este repunte turístico es una bocanada de aire fresco para nuestra economía, y nos demuestra que hemos sabido reinventarnos y adaptarnos a los nuevos desafíos. Pero, ¿cree usted que debemos enfocarnos aún más en el turismo sostenible para proteger nuestro patrimonio natural y cultural, o priorizar el crecimiento económico a cualquier costo, aunque esto signifique comprometer el futuro de nuestro país?
