¡Ay, Dios mío! Qué pesar, mi gente. Parece que estamos teniendo otro brochazo en el ámbito educativo. Según datos recientes del Ministerio de Educación Pública (MEP), casi 25 mil niños y niñas de primaria no están pasando el examen de español. Esto significa que no alcanzan el nivel básico, y eso, mis amigos, da mucho que pensar.
Para ponerle un poquito de contexto, la Prueba Nacional Estandarizada Sumativa de primaria se aplica para evaluar el progreso de los estudiantes. Pero los resultados de la prueba diagnóstica de marzo pasado pintan un panorama bastante feo: el 39,84% de los más de 62 mil alumnos que hicieron la prueba quedaron rezagados en español. Eso son 24 mil 777 críos, ¡una barbaridad!
Y ni hablar de otros que apenas andan raspando el fondo del barril. Un 29,65%, unos 18 mil 441 estudiantes, lograron un desempeño intermedio. Lo bueno es que un pequeño grupo, alrededor del 30,51% (18 mil 973), sí alcanzó un nivel avanzado. Pero vamos, la mayoría está patinando.
Lo que realmente pone las alarmas a tope es que la inmensa mayoría de estos nenes y nenas que no cumplen con el mínimo en español asisten a escuelas públicas – ¡el 95,6%! Solo un cuatro punto cuatro por ciento estudia en colegios privados. Esto nos hace preguntarnos si hay algo más profundo que simplemente una cuestión de recursos.
Si revisamos las Direcciones Regionales de Educación (DRE), la Zona Norte-Norte es la que sale peor parada. ¡Un 55,6% de sus estudiantes no alcanza el nivel básico! Le siguen de cerca Limón (55,43%), Grande de Térraba (52,84%) y Aguirre (51,95%). Estas zonas están pasando por momentos críticos, mi gente, y necesitamos acciones contundentes, ¡urgente!
Pero no todo está perdido. Heredia es la excepción que confirma la regla, siendo la única DRE que se mantiene por debajo del 30% de estudiantes en nivel básico (con tan solo un 29,17%). Además, ahí es donde encontramos el mayor porcentaje de estudiantes en nivel avanzado, con un impresionante 40,38%. ¡Eso demuestra que se puede, chavos!
Sin embargo, según un análisis del Estado de la Educación, el problema va más allá de la simple aplicación de pruebas. Resulta que estas pruebas evalúan menos del 25% de las habilidades incluidas en el currículo escolar y usan preguntas de baja dificultad. Como dice León Mena, el sistema educativo “utiliza instrumentos de baja calidad técnica, incompletos y con niveles de dificultad inadecuados”. ¡Qué torta!, porque si las herramientas son malas, cómo esperamos obtener buenos resultados.
En fin, la situación es preocupante, pero también nos invita a reflexionar. ¿Estamos realmente preparando a nuestros niños y niñas para enfrentar los retos del futuro? Con este panorama, me pregunto: ¿cree usted que el MEP debería invertir más en capacitación docente y en la actualización de los materiales educativos, o considera que el problema radica en factores socioeconómicos más complejos?
Para ponerle un poquito de contexto, la Prueba Nacional Estandarizada Sumativa de primaria se aplica para evaluar el progreso de los estudiantes. Pero los resultados de la prueba diagnóstica de marzo pasado pintan un panorama bastante feo: el 39,84% de los más de 62 mil alumnos que hicieron la prueba quedaron rezagados en español. Eso son 24 mil 777 críos, ¡una barbaridad!
Y ni hablar de otros que apenas andan raspando el fondo del barril. Un 29,65%, unos 18 mil 441 estudiantes, lograron un desempeño intermedio. Lo bueno es que un pequeño grupo, alrededor del 30,51% (18 mil 973), sí alcanzó un nivel avanzado. Pero vamos, la mayoría está patinando.
Lo que realmente pone las alarmas a tope es que la inmensa mayoría de estos nenes y nenas que no cumplen con el mínimo en español asisten a escuelas públicas – ¡el 95,6%! Solo un cuatro punto cuatro por ciento estudia en colegios privados. Esto nos hace preguntarnos si hay algo más profundo que simplemente una cuestión de recursos.
Si revisamos las Direcciones Regionales de Educación (DRE), la Zona Norte-Norte es la que sale peor parada. ¡Un 55,6% de sus estudiantes no alcanza el nivel básico! Le siguen de cerca Limón (55,43%), Grande de Térraba (52,84%) y Aguirre (51,95%). Estas zonas están pasando por momentos críticos, mi gente, y necesitamos acciones contundentes, ¡urgente!
Pero no todo está perdido. Heredia es la excepción que confirma la regla, siendo la única DRE que se mantiene por debajo del 30% de estudiantes en nivel básico (con tan solo un 29,17%). Además, ahí es donde encontramos el mayor porcentaje de estudiantes en nivel avanzado, con un impresionante 40,38%. ¡Eso demuestra que se puede, chavos!
Sin embargo, según un análisis del Estado de la Educación, el problema va más allá de la simple aplicación de pruebas. Resulta que estas pruebas evalúan menos del 25% de las habilidades incluidas en el currículo escolar y usan preguntas de baja dificultad. Como dice León Mena, el sistema educativo “utiliza instrumentos de baja calidad técnica, incompletos y con niveles de dificultad inadecuados”. ¡Qué torta!, porque si las herramientas son malas, cómo esperamos obtener buenos resultados.
En fin, la situación es preocupante, pero también nos invita a reflexionar. ¿Estamos realmente preparando a nuestros niños y niñas para enfrentar los retos del futuro? Con este panorama, me pregunto: ¿cree usted que el MEP debería invertir más en capacitación docente y en la actualización de los materiales educativos, o considera que el problema radica en factores socioeconómicos más complejos?
