¡Ay, Dios mío! Esto sí que es despache. Resulta que la Cruz Roja, esa organización que siempre anda ahí echándole paro cuando más necesitamos, anda con la soga al cuello. Parece que Hacienda decidió jugarle una broma pesada y retuvo ¢1.500 millones que ya estaban aprobados para ellos. ¡Una torta monumental!
Según la diputada Paulina Ramírez, quien salió con las garras bien afiladas, el Ministerio de Hacienda está actuando con “necedad” e “insensibilidad social”. Y no es para menos, mijo. Estamos hablando de una institución que rescata gente en medio de terremotos, incendios, accidentes… ¡Que salva vidas, para que entiendas la gravedad!
Todo esto viene del presupuesto del 2026, donde la Comisión de Hacendarios ya había aprobado moverle unos billetes de la partida de intereses de la deuda pública a programas sociales. La idea era simple: darle un empujón a la Cruz Roja para que siga prestando sus servicios esenciales. Pero Hacienda, parece que no entendió la nota.
La diputada Ramírez no se andaba con rodeos: “Finalmente, el Ministerio de Hacienda pone de excusa por los intereses que se ponen en riesgo. Ya eso quedó superado, ya se demostró que no va a haber ningún riesgo en la partida de intereses y perfectamente la pueden girar”. Le recordó también que el año pasado aprobaron una partida similar y hasta ahora no se les ha visto la cara a Hacienda para transferir el dinero. ¡Un brete, pa’ ustedes!
Pero lo peor de todo es la consecuencia directa: el posible cierre de estaciones de la Cruz Roja. Imagínate, mi pana, tener una emergencia médica y no saber dónde ir porque la sede más cercana cerró por falta de fondos. ¡Qué sal! Esto nos afecta a todos, sin importar si somos chinos, cabecitas rojas o tranquis.
“Es indignante ver cómo (…) no tienen sensibilidad”, exclamó Ramírez con justa razón. “Un día puede ser uno de nosotros, un familiar, un amigo, que requiera de la Cruz Roja y ser atendidos.” Ahí te queda, mi hermano. No estamos hablando de tonterías, sino de la seguridad y el bienestar de toda la población.
Ahora, la pelota está en el plato del Plenario Legislativo, donde todavía se discute y vota el presupuesto. Hay que ponerle presión a Hacienda, exigirles que hagan lo correcto y liberen esos fondos urgentemente. Porque, seamos claros, esto no es capricho ni juego de niños. Es una cuestión de vida o muerte.
La verdad, la situación pinta bastante fea, pero esperemos que nuestros representantes tengan un poco de conciencia social y logren echar palotes para salvar a la Cruz Roja. ¿Será que Hacienda finalmente cederá ante la presión popular y liberará los fondos, o seguiremos viendo cómo esta institución vital se hunde lentamente? ¿Crees que el gobierno está priorizando intereses económicos sobre la seguridad y el bienestar de los ciudadanos?
Según la diputada Paulina Ramírez, quien salió con las garras bien afiladas, el Ministerio de Hacienda está actuando con “necedad” e “insensibilidad social”. Y no es para menos, mijo. Estamos hablando de una institución que rescata gente en medio de terremotos, incendios, accidentes… ¡Que salva vidas, para que entiendas la gravedad!
Todo esto viene del presupuesto del 2026, donde la Comisión de Hacendarios ya había aprobado moverle unos billetes de la partida de intereses de la deuda pública a programas sociales. La idea era simple: darle un empujón a la Cruz Roja para que siga prestando sus servicios esenciales. Pero Hacienda, parece que no entendió la nota.
La diputada Ramírez no se andaba con rodeos: “Finalmente, el Ministerio de Hacienda pone de excusa por los intereses que se ponen en riesgo. Ya eso quedó superado, ya se demostró que no va a haber ningún riesgo en la partida de intereses y perfectamente la pueden girar”. Le recordó también que el año pasado aprobaron una partida similar y hasta ahora no se les ha visto la cara a Hacienda para transferir el dinero. ¡Un brete, pa’ ustedes!
Pero lo peor de todo es la consecuencia directa: el posible cierre de estaciones de la Cruz Roja. Imagínate, mi pana, tener una emergencia médica y no saber dónde ir porque la sede más cercana cerró por falta de fondos. ¡Qué sal! Esto nos afecta a todos, sin importar si somos chinos, cabecitas rojas o tranquis.
“Es indignante ver cómo (…) no tienen sensibilidad”, exclamó Ramírez con justa razón. “Un día puede ser uno de nosotros, un familiar, un amigo, que requiera de la Cruz Roja y ser atendidos.” Ahí te queda, mi hermano. No estamos hablando de tonterías, sino de la seguridad y el bienestar de toda la población.
Ahora, la pelota está en el plato del Plenario Legislativo, donde todavía se discute y vota el presupuesto. Hay que ponerle presión a Hacienda, exigirles que hagan lo correcto y liberen esos fondos urgentemente. Porque, seamos claros, esto no es capricho ni juego de niños. Es una cuestión de vida o muerte.
La verdad, la situación pinta bastante fea, pero esperemos que nuestros representantes tengan un poco de conciencia social y logren echar palotes para salvar a la Cruz Roja. ¿Será que Hacienda finalmente cederá ante la presión popular y liberará los fondos, o seguiremos viendo cómo esta institución vital se hunde lentamente? ¿Crees que el gobierno está priorizando intereses económicos sobre la seguridad y el bienestar de los ciudadanos?