¡Ay, Dios mío! Aquí en Costa Rica, hablar de carne es hablar de identidad, ¿me entienden? No es simplemente ir a comer, es una tradición, un ritual dominical, una excusa perfecta para juntarse con la familia y echarnos unos cuantos clavos. Y si hay algo que nos define como pueblo tico, aparte del café y la pura vida, es nuestra devoción por el lomito. Pero bueno, que la moda va y viene, y ahora la onda es la carne madurada, cortada a cuchillo y presentada con todo el cariño del mundo.
La verdad es que la demanda de carne ha ido creciendo tanto que ni siquiera nosotros mismos logramos satisfacerla, por eso tenemos que importarla. ¡Qué despiche! Pero eso no significa que no tengamos lugares increíbles donde disfrutar de una carnaza digna de recordar. Desde esas parrilladas criollas que te transportan a la infancia, hasta restaurantes con propuestas internacionales que te hacen cuestionar todo lo que creías saber sobre la carne, este país tiene de todo, diay.
Hemos recorrido varios rincones, probado diferentes cortes, nos hemos hecho unas cuantas tortas en el intento, pero finalmente logramos armar esta guía con los lugares que realmente valen la pena. No vamos a mentirles, algunos son más cargados económicamente que otros, pero todos tienen algo especial que ofrecer. Así que preparen el estómago y la billetera porque esto se pone bueno.
Empezamos con Capital Grille, que aunque es una cadena, vale la pena romper la regla por su Bone-In Ribeye. ¡Qué tuanis ese corte! Jugoso, sabroso y con un punto perfecto, es como si estuviera hecho para chupetearlo hasta el hueso. Luego tenemos Conservatorium, que no es solo un asador, sino una verdadera declaración de estilo. Sus carnes maduradas son una obra de arte, y la forma en que usan el fuego... ¡eso sí es nivel! De verdad, ese lugar está a otra cosa.
Para los amantes del sabor argento, Donde Carlos Parrillada es parada obligatoria. Se dice que Don Carlos es uno de los mejores parrilleros argentinos del país y la verdad es que no se andan con rodeos. Esa carne se derrite en la boca, diay, es una maravilla. Y si quieren probar algo diferente, Doris Metropolitan es el lugar indicado. Pioneros en la técnica de la carne añejada en seco, ofrecen una cocina que mezcla raíces israelíes y mediterráneas, creando combinaciones explosivas.
¿Buscan algo más tradicional? Entonces no se pierdan El Churrasco, un clásico de montaña ubicado en la ruta al Volcán Poás. Ahí encontrarán ese sabor criollo que nos recuerda de dónde venimos, esas comidas de la abuelita que reconfortan el alma. Y para los que prefieren un ambiente más moderno, Entrecote Brasserie & Bar es la opción ideal. La combinación de técnica, ambiente y hospitalidad crea una experiencia inolvidable. Además, sus vinos y cócteles elevan el plato a otro nivel, ¡qué carga!
Si se aventuran hasta Tilarán, Equus es un verdadero tesoro escondido. Con vista al Lago Arenal y un ambiente criollo inigualable, este lugar es perfecto para relajarse y disfrutar de una carne bien hecha. Y hablando de lugares con identidad, Furca es un referente absoluto cuando se trata de carne madurada. El chef Marco Leiva lleva la gastronomía a otro plano, demostrando que la carne puede ser mucho más que solo un corte.
Para cerrar con broche de oro, Les dejamos La Esquina de Buenos Aires, un homenaje a Argentina creado por un paisano que decidió echar raíces en Costa Rica. Ese bife que sale de su cocina es simplemente espectacular. Y por supuesto, no podemos olvidarnos de Restaurantes Los Anonos, un templo de la carne que ha pasado de generación en generación, manteniendo viva la tradición. Y para el día a día, El Novillo Alegre sigue siendo una apuesta segura. ¿Y ustedes, cuál es su lugar favorito para comer carne en Costa Rica? Compartan sus experiencias en los comentarios – ¡queremos saber dónde nos estamos perdiendo!
La verdad es que la demanda de carne ha ido creciendo tanto que ni siquiera nosotros mismos logramos satisfacerla, por eso tenemos que importarla. ¡Qué despiche! Pero eso no significa que no tengamos lugares increíbles donde disfrutar de una carnaza digna de recordar. Desde esas parrilladas criollas que te transportan a la infancia, hasta restaurantes con propuestas internacionales que te hacen cuestionar todo lo que creías saber sobre la carne, este país tiene de todo, diay.
Hemos recorrido varios rincones, probado diferentes cortes, nos hemos hecho unas cuantas tortas en el intento, pero finalmente logramos armar esta guía con los lugares que realmente valen la pena. No vamos a mentirles, algunos son más cargados económicamente que otros, pero todos tienen algo especial que ofrecer. Así que preparen el estómago y la billetera porque esto se pone bueno.
Empezamos con Capital Grille, que aunque es una cadena, vale la pena romper la regla por su Bone-In Ribeye. ¡Qué tuanis ese corte! Jugoso, sabroso y con un punto perfecto, es como si estuviera hecho para chupetearlo hasta el hueso. Luego tenemos Conservatorium, que no es solo un asador, sino una verdadera declaración de estilo. Sus carnes maduradas son una obra de arte, y la forma en que usan el fuego... ¡eso sí es nivel! De verdad, ese lugar está a otra cosa.
Para los amantes del sabor argento, Donde Carlos Parrillada es parada obligatoria. Se dice que Don Carlos es uno de los mejores parrilleros argentinos del país y la verdad es que no se andan con rodeos. Esa carne se derrite en la boca, diay, es una maravilla. Y si quieren probar algo diferente, Doris Metropolitan es el lugar indicado. Pioneros en la técnica de la carne añejada en seco, ofrecen una cocina que mezcla raíces israelíes y mediterráneas, creando combinaciones explosivas.
¿Buscan algo más tradicional? Entonces no se pierdan El Churrasco, un clásico de montaña ubicado en la ruta al Volcán Poás. Ahí encontrarán ese sabor criollo que nos recuerda de dónde venimos, esas comidas de la abuelita que reconfortan el alma. Y para los que prefieren un ambiente más moderno, Entrecote Brasserie & Bar es la opción ideal. La combinación de técnica, ambiente y hospitalidad crea una experiencia inolvidable. Además, sus vinos y cócteles elevan el plato a otro nivel, ¡qué carga!
Si se aventuran hasta Tilarán, Equus es un verdadero tesoro escondido. Con vista al Lago Arenal y un ambiente criollo inigualable, este lugar es perfecto para relajarse y disfrutar de una carne bien hecha. Y hablando de lugares con identidad, Furca es un referente absoluto cuando se trata de carne madurada. El chef Marco Leiva lleva la gastronomía a otro plano, demostrando que la carne puede ser mucho más que solo un corte.
Para cerrar con broche de oro, Les dejamos La Esquina de Buenos Aires, un homenaje a Argentina creado por un paisano que decidió echar raíces en Costa Rica. Ese bife que sale de su cocina es simplemente espectacular. Y por supuesto, no podemos olvidarnos de Restaurantes Los Anonos, un templo de la carne que ha pasado de generación en generación, manteniendo viva la tradición. Y para el día a día, El Novillo Alegre sigue siendo una apuesta segura. ¿Y ustedes, cuál es su lugar favorito para comer carne en Costa Rica? Compartan sus experiencias en los comentarios – ¡queremos saber dónde nos estamos perdiendo!
