Ay, mi gente, qué vaina el debate de candidatos presidenciales de este lunes. La Uccaep nos armó el palco, claro, buscando que los aspirantes le dieran prioridad a los temas que le importan al sector empresarial. Y vaya que hubo temas… pero a veces me da qué sal ver cómo hablan todos bonito en campaña y luego, ¡diay!, la realidad golpea diferente.
El tema central, la educación, prendió la chispa desde temprano. Todos los candidatos, de punta a punta del espectro político, admiten que estamos metidos hasta las cejas en una crisis educativa. Pero aquí viene lo interesante: la forma de salir de ese brete, cada quien la tiene distinta, ¿eh? Parece que cada candidato tiene su propia cura milagrosa para un problema que, sinceramente, se arrastra desde hace años, ¡una torta!
José Aguilar, de Avanza, salió con la idea de declarar la emergencia nacional. ¡Emergencia nacional pa’ la educación! Suena dramático, pero entiende que necesita abrirle el paso a medidas extraordinarias. Propone alianzas con el sector privado y que la OCDE venga a ponerle orden en la casa. No sé yo, parece que quieren pasarle la batuta a los gringos. Ojalá tengan claro que nosotros tenemos que resolver nuestros propios problemas, aunque sea a puro sudor.
Luego entraron las opciones de corto plazo, y ahí sí que vimos coincidencia entre personas con ideas bien distintas. Pareciera que todos entendieron que necesitamos movernos rápido. La capacitación rápida, especialmente enfocada en habilidades tecnológicas, surgió como una solución viable. Juan Carlos Hidalgo, del PUSC, puso énfasis en el INA y en ofrecer cursos cortos tipo Cisco, para actualizar los conocimientos de la gente. Una buena iniciativa, si realmente se implementa bien y no es solo promesas vacías.
Ariel Robles, del Frente Amplio, también saltó a defender la idea, pero añadió un detalle importante: que ya tenemos un montón de graduados del INA que salieron al mercado laboral sin las herramientas necesarias. Un palo certero, porque es verdad, muchos salen con un diploma pero sin saber ni dónde meter la mano. Necesitamos revisar a fondo los programas del INA y asegurarnos de que estén conectados con las necesidades reales del mercado laboral, ¡qué carga!
Y hablando de estar conectados con el mercado laboral, Álvaro Ramos, de Liberación Nacional, fustigó, como él sabe, ese divorcio que existe entre las escuelas y las empresas. Propuso una educación dual, donde los estudiantes combinen la teoría en el aula con la práctica en las empresas. Suena bien, pero hay que ver cómo se va a financiar todo esto. Porque las becas, la infraestructura y el transporte son cosas que cuestan dinero, y aquí en Costa Rica el presupuesto siempre es un tema espinoso. Además, quiere dividir su estrategia en retos del siglo XX y XXI, con un enfoque tecnológico moderno. Inteligencia artificial y manejo de datos... ¿Estamos preparados para eso?
Fabricio Alvarado, de Nueva República, cerró el debate proponiendo que usemos el INA como una especie de “agencia de reconversión laboral”. Insistió en las materias STEAM – ciencia, tecnología, ingeniería, arte y matemáticas– y también en los valores. Dijo que la pérdida de valores tiene mucho que ver con la situación actual del país. Ahí doy por hecho que algunos estarán pensando: “¡Uy, otro tratando de echarle la culpa a los valores!”. Pero, vamos a ser sinceros, los valores son importantes, y si perdemos el rumbo en eso, nos vamos al traste. Fabricio es mae que le gusta agarrarle la vara por ese lado.
Al final del día, el debate dejó más preguntas que respuestas. Todos prometieron soluciones rápidas y efectivas, pero nadie dio detalles concretos sobre cómo van a lograrlo. ¿Será que todos están diciendo lo mismo para quedar bien con la Uccaep? ¿O realmente tienen planes sólidos para transformar nuestra educación? Mi pregunta para ustedes, mis panas: ¿Cuál de estas propuestas les parece la más realista y cuál creen que podría marcar la diferencia para mejorar la calidad de la educación en Costa Rica? ¿Creen que es suficiente con capacitar a los trabajadores rápidamente, o necesitamos una reforma educativa más profunda?
El tema central, la educación, prendió la chispa desde temprano. Todos los candidatos, de punta a punta del espectro político, admiten que estamos metidos hasta las cejas en una crisis educativa. Pero aquí viene lo interesante: la forma de salir de ese brete, cada quien la tiene distinta, ¿eh? Parece que cada candidato tiene su propia cura milagrosa para un problema que, sinceramente, se arrastra desde hace años, ¡una torta!
José Aguilar, de Avanza, salió con la idea de declarar la emergencia nacional. ¡Emergencia nacional pa’ la educación! Suena dramático, pero entiende que necesita abrirle el paso a medidas extraordinarias. Propone alianzas con el sector privado y que la OCDE venga a ponerle orden en la casa. No sé yo, parece que quieren pasarle la batuta a los gringos. Ojalá tengan claro que nosotros tenemos que resolver nuestros propios problemas, aunque sea a puro sudor.
Luego entraron las opciones de corto plazo, y ahí sí que vimos coincidencia entre personas con ideas bien distintas. Pareciera que todos entendieron que necesitamos movernos rápido. La capacitación rápida, especialmente enfocada en habilidades tecnológicas, surgió como una solución viable. Juan Carlos Hidalgo, del PUSC, puso énfasis en el INA y en ofrecer cursos cortos tipo Cisco, para actualizar los conocimientos de la gente. Una buena iniciativa, si realmente se implementa bien y no es solo promesas vacías.
Ariel Robles, del Frente Amplio, también saltó a defender la idea, pero añadió un detalle importante: que ya tenemos un montón de graduados del INA que salieron al mercado laboral sin las herramientas necesarias. Un palo certero, porque es verdad, muchos salen con un diploma pero sin saber ni dónde meter la mano. Necesitamos revisar a fondo los programas del INA y asegurarnos de que estén conectados con las necesidades reales del mercado laboral, ¡qué carga!
Y hablando de estar conectados con el mercado laboral, Álvaro Ramos, de Liberación Nacional, fustigó, como él sabe, ese divorcio que existe entre las escuelas y las empresas. Propuso una educación dual, donde los estudiantes combinen la teoría en el aula con la práctica en las empresas. Suena bien, pero hay que ver cómo se va a financiar todo esto. Porque las becas, la infraestructura y el transporte son cosas que cuestan dinero, y aquí en Costa Rica el presupuesto siempre es un tema espinoso. Además, quiere dividir su estrategia en retos del siglo XX y XXI, con un enfoque tecnológico moderno. Inteligencia artificial y manejo de datos... ¿Estamos preparados para eso?
Fabricio Alvarado, de Nueva República, cerró el debate proponiendo que usemos el INA como una especie de “agencia de reconversión laboral”. Insistió en las materias STEAM – ciencia, tecnología, ingeniería, arte y matemáticas– y también en los valores. Dijo que la pérdida de valores tiene mucho que ver con la situación actual del país. Ahí doy por hecho que algunos estarán pensando: “¡Uy, otro tratando de echarle la culpa a los valores!”. Pero, vamos a ser sinceros, los valores son importantes, y si perdemos el rumbo en eso, nos vamos al traste. Fabricio es mae que le gusta agarrarle la vara por ese lado.
Al final del día, el debate dejó más preguntas que respuestas. Todos prometieron soluciones rápidas y efectivas, pero nadie dio detalles concretos sobre cómo van a lograrlo. ¿Será que todos están diciendo lo mismo para quedar bien con la Uccaep? ¿O realmente tienen planes sólidos para transformar nuestra educación? Mi pregunta para ustedes, mis panas: ¿Cuál de estas propuestas les parece la más realista y cuál creen que podría marcar la diferencia para mejorar la calidad de la educación en Costa Rica? ¿Creen que es suficiente con capacitar a los trabajadores rápidamente, o necesitamos una reforma educativa más profunda?