Mariana1983
ANÓNIMO
Quienes me conocen saben que soy una ávida lectora, de todo el papel y tinta que cae en mis manos.
A los 13 años cayò de casualidad en mis manos JUSTINE del Marquès De Sade y ahì naciò mi afición por
la literatura eròtica, asì que -como podràn imaginar- cuando se publicò las 50 SOMBRAS DE GREY,
sali corriendo a la librería a comprarlo.
Algo que he notado con tristeza es que cada vez, mas se confunde lo que sería una forma de arte
como lo es el BDSM con el puro maltrato y violencia que se infringe a quien se preste para esos juegos.
De pronto estoy pecando de ser excesivamente romántica y los libros me inducen a soñar que todos
los hombres dominantes sean tan dulces como el Sr. GREY .
Esta pregunta ya se la hice a una mujer con la que conversé hace años y que ejercía la prostituciòn
como dominatrix, atendiendo señores que disfrutaban de este tipo de placeres, y su respuesta me
dejó bastante satisfecha.
Esta chica me explicaba que hay claves para diferenciar el BDSM del maltrato y fue ella la que utilizò
la palabra ARTE, para referirse al BDSM.
Y como tal arte, el primer requisito que debe tener es BELLEZA ESTÉTICA.
Y esto se debe a que en una sesión perfecta de BDSM deberían haber tres protagonistas, el primero
quien lleva la parte ACTIVA, luego quien asume la parte PASIVA y ademas el tercero que sería EL
ESPECTADOR o los espectadores de esa sesión para los que LA BELLEZA de lo que observen deberá
ser su fuente de placer.
Otra cosa que me explicó esta buena señora fue que quien lleva la parte activa en una sesión de
BDSM nunca debe proferir gritos y si habla debe hablar lo menos posible.
Asi se explicaba esta chica cuando me decía que si alguien debe gritar no es quien somete, sino
que los gritos deben partir del sometido - o sometida y deben ser -siempre- gritos de placer y
nunca de sufrimiento.
Una dominatrix -me decía- solo debe susurrar al oído de quien está recibiendo el tratamiento
aquellas cosas que -quien domina- perciba que provoquen placer o morbo en quien las escucha.
El otro componente imprescindible deberá ser siempre EL PLACER y cuando este elemento falta
-entonces- ya no se trata de ARTE sino de violencia y maltrato, y ese placer -recalcaba- debe ser
igual para las tres partes, o sea placer para quien da, placer para quien recibe y placer para quien
observa, si alguna de las tres partes no experimentaba placer, significa entonces que algo se
estaba haciendo mal.
Creo importante hacer estas anotaciones en una época donde bajo el título de BDSM proliferan
vídeos pornográficos donde alguien ( generalmente una chica ) es sometida a SUFRIMIENTOS
que mas parecen torturas medievales y que, -a ojos vistas- no tienen nada de "arte".
Y quien disfruta viendo el sufrimiento ajeno, no tiene alma.
Insisto en que -de pronto- tengo una visión demasiado romántica sobre el asunto, y recuerdo
cuando leí el libro titulado LA HISTORIA DE "O" que narra la historia de una chica que -para
complacer a su hombre- acepta ser internada en una casa donde las chicas eran "entrenadas"
para ejercer como sumisas, toda la historia está dotada de escenarios intensos y desafiantes,
que estimulan la imaginación y el deseo de cualquier lectora interesada en esos temas, donde
se lee a la protagonista y como es feliz ejerciendo como sumisa de su amado, HASTA
QUE .... en el remate de la historia, el hombre de esta chica, -como culminación- decide
marcarla con un hierro al rojo vivo, como se marca el ganado, lo que -a mi modesto entender-
simplemente ARRUINÓ LA HISTORIA.
Siendo el BDSM un ARTE, asumo que en el futuro las escuelas de arte tendrán cátedras donde
se enseñarán cuales son las reglas estéticas necesarias para que algo que va en ascenso en
nuestra sociedad, siga manteniendo su belleza estética y su cuota de placer sensorial y no sea
apenas un patético espectáculo de violencia y sufrimientos, que solo disfrutan las mentes criminales.
A los 13 años cayò de casualidad en mis manos JUSTINE del Marquès De Sade y ahì naciò mi afición por
la literatura eròtica, asì que -como podràn imaginar- cuando se publicò las 50 SOMBRAS DE GREY,
sali corriendo a la librería a comprarlo.
Algo que he notado con tristeza es que cada vez, mas se confunde lo que sería una forma de arte
como lo es el BDSM con el puro maltrato y violencia que se infringe a quien se preste para esos juegos.
De pronto estoy pecando de ser excesivamente romántica y los libros me inducen a soñar que todos
los hombres dominantes sean tan dulces como el Sr. GREY .
Esta pregunta ya se la hice a una mujer con la que conversé hace años y que ejercía la prostituciòn
como dominatrix, atendiendo señores que disfrutaban de este tipo de placeres, y su respuesta me
dejó bastante satisfecha.
Esta chica me explicaba que hay claves para diferenciar el BDSM del maltrato y fue ella la que utilizò
la palabra ARTE, para referirse al BDSM.
Y como tal arte, el primer requisito que debe tener es BELLEZA ESTÉTICA.
Y esto se debe a que en una sesión perfecta de BDSM deberían haber tres protagonistas, el primero
quien lleva la parte ACTIVA, luego quien asume la parte PASIVA y ademas el tercero que sería EL
ESPECTADOR o los espectadores de esa sesión para los que LA BELLEZA de lo que observen deberá
ser su fuente de placer.
Otra cosa que me explicó esta buena señora fue que quien lleva la parte activa en una sesión de
BDSM nunca debe proferir gritos y si habla debe hablar lo menos posible.
Asi se explicaba esta chica cuando me decía que si alguien debe gritar no es quien somete, sino
que los gritos deben partir del sometido - o sometida y deben ser -siempre- gritos de placer y
nunca de sufrimiento.
Una dominatrix -me decía- solo debe susurrar al oído de quien está recibiendo el tratamiento
aquellas cosas que -quien domina- perciba que provoquen placer o morbo en quien las escucha.
El otro componente imprescindible deberá ser siempre EL PLACER y cuando este elemento falta
-entonces- ya no se trata de ARTE sino de violencia y maltrato, y ese placer -recalcaba- debe ser
igual para las tres partes, o sea placer para quien da, placer para quien recibe y placer para quien
observa, si alguna de las tres partes no experimentaba placer, significa entonces que algo se
estaba haciendo mal.
Creo importante hacer estas anotaciones en una época donde bajo el título de BDSM proliferan
vídeos pornográficos donde alguien ( generalmente una chica ) es sometida a SUFRIMIENTOS
que mas parecen torturas medievales y que, -a ojos vistas- no tienen nada de "arte".
Y quien disfruta viendo el sufrimiento ajeno, no tiene alma.
Insisto en que -de pronto- tengo una visión demasiado romántica sobre el asunto, y recuerdo
cuando leí el libro titulado LA HISTORIA DE "O" que narra la historia de una chica que -para
complacer a su hombre- acepta ser internada en una casa donde las chicas eran "entrenadas"
para ejercer como sumisas, toda la historia está dotada de escenarios intensos y desafiantes,
que estimulan la imaginación y el deseo de cualquier lectora interesada en esos temas, donde
se lee a la protagonista y como es feliz ejerciendo como sumisa de su amado, HASTA
QUE .... en el remate de la historia, el hombre de esta chica, -como culminación- decide
marcarla con un hierro al rojo vivo, como se marca el ganado, lo que -a mi modesto entender-
simplemente ARRUINÓ LA HISTORIA.
Siendo el BDSM un ARTE, asumo que en el futuro las escuelas de arte tendrán cátedras donde
se enseñarán cuales son las reglas estéticas necesarias para que algo que va en ascenso en
nuestra sociedad, siga manteniendo su belleza estética y su cuota de placer sensorial y no sea
apenas un patético espectáculo de violencia y sufrimientos, que solo disfrutan las mentes criminales.