¡Ay, Dios mío, qué vaina! Uno piensa que en estos casos judiciales, las cosas van pa'lante, derecho, ¿saben?, pero parece que en Costa Rica, a veces, cambian los papeles más rápido que un rayo en verano. Resulta que Luis Amador, el exministro de Obras Públicas, andaba en medio del ojo del huracán del caso Barranca-Limonal, acusado junto al Presidente Chaves. Ahora, pum, se ha convertido en testigo. ¡Un cambio radical!
Para ponerle pausa a la historia, recuerden que el caso Barranca-Limonal se trata de si Don Rodri presionó para que la constructora mexicana Tradeco se llevara la licitación de ampliar la carretera entre Puntarenas y Guanacaste, a pesar de que, según parece, Tradeco no tenía ni pa’ pagar el pan. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que pone la pasta pa’ esos proyectos, exigió garantías, y aparentemente, Chaves andaba insistiendo con el Banco Nacional y el INS para que les dieran luz verde a los mexicanos, pero ambos le dijeron 'no way', porque Tradeco no cumplía con los requisitos básicos.
Y ahí entra el señor Amador, que inicialmente también apareció en la lista de sospechosos. Pero luego, después de darle vueltas al asunto y revisar su teléfono – ¡imagínate qué cositas salen de ahí! –, el Ministerio Público determinó que mejor sería tenerlo como testigo. Lo mismo pasó con Mónica Araya, la exprimera dama del INS. Ambos ahora están contando lo que vieron, pero, según el Fiscal Carlo Díaz, no son “testigos de la corona”, sino simplemente testigos normales. Tranquilos, dice, que no pueden dar todos los detalles por cuestiones de privacidad... ¡clasificado, vamos!
Pero la cosa no queda ahí, porque resulta que Amador, en la comisión del Congreso, soltó unas verdades que dejaron a todos boquiabiertos. Dijo que Chaves estaba molesto porque no le hizo caso en otras decisiones, como en la adjudicación de contratos para arreglar el aeropuerto Juan Santamaría o en temas relacionados con la terminal marítima APM Terminals. ¡Parece que hubo bastante choque de trenes en Casa Presidencial!
El mae Amador fue claro: Chaves quería que Barranca-Limonal fuera para Tradeco, pero él no estaba dispuesto a jugar a esas cartas. Además, asegura que el Presidente ignoró las alertas sobre posibles conexiones turbias de la empresa mexicana con el hampa. ¡Imaginen qué escándalo si eso resulta cierto! Ya saben, Costa Rica nunca anda muy lejos de esos tipos de situaciones... ojalá nos saquen de este brete pronto.
Ahora, hablando de números, el proyecto Barranca-Limonal, que costaba unos 182 millones de dólares, lleva varios tumbos. Empezó en el 2020, pero quedó congelado en 2023 cuando la empresa que trabajaba en la obra, Estrella–H. Solís, pidió echar pal’ arriba el contrato. Decían que tenían problemas con los diseños y con las expropiaciones, pero el MOPT decía que la habían abandonado. Hasta ahora, han gastado unos 34 millones y la obra está apenas al 18%. ¡Una torta, vamos!
Este caso, amigos, es un verdadero chinchorro de controversias políticas y acusaciones de corrupción. Y para rematar, el Presidente Chaves enfrenta cargos por peculado, que es cuando un funcionario público se roba o desvía recursos públicos para su propio provecho o el de terceras personas. ¡Si lo agarran, puede caer preso por varios años! Y hablando de esto, recordemos que Amador también tuvo que lidiar con el caso “Pista Oscura”, donde se investigan presuntas irregularidades con unos 40 millones destinados a arreglos en el aeropuerto de Liberia. ¡Uno detrás del otro, vaya!
Bueno, pues después de todo este rollo, me pregunto: ¿Creemos que la justicia realmente podrá esclarecer estos casos y llevar a los responsables delante, o seguimos viendo cómo los políticos se escapan siempre con la suya? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios! ¿Cuál creen que será el desenlace final de este drama?
Para ponerle pausa a la historia, recuerden que el caso Barranca-Limonal se trata de si Don Rodri presionó para que la constructora mexicana Tradeco se llevara la licitación de ampliar la carretera entre Puntarenas y Guanacaste, a pesar de que, según parece, Tradeco no tenía ni pa’ pagar el pan. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que pone la pasta pa’ esos proyectos, exigió garantías, y aparentemente, Chaves andaba insistiendo con el Banco Nacional y el INS para que les dieran luz verde a los mexicanos, pero ambos le dijeron 'no way', porque Tradeco no cumplía con los requisitos básicos.
Y ahí entra el señor Amador, que inicialmente también apareció en la lista de sospechosos. Pero luego, después de darle vueltas al asunto y revisar su teléfono – ¡imagínate qué cositas salen de ahí! –, el Ministerio Público determinó que mejor sería tenerlo como testigo. Lo mismo pasó con Mónica Araya, la exprimera dama del INS. Ambos ahora están contando lo que vieron, pero, según el Fiscal Carlo Díaz, no son “testigos de la corona”, sino simplemente testigos normales. Tranquilos, dice, que no pueden dar todos los detalles por cuestiones de privacidad... ¡clasificado, vamos!
Pero la cosa no queda ahí, porque resulta que Amador, en la comisión del Congreso, soltó unas verdades que dejaron a todos boquiabiertos. Dijo que Chaves estaba molesto porque no le hizo caso en otras decisiones, como en la adjudicación de contratos para arreglar el aeropuerto Juan Santamaría o en temas relacionados con la terminal marítima APM Terminals. ¡Parece que hubo bastante choque de trenes en Casa Presidencial!
El mae Amador fue claro: Chaves quería que Barranca-Limonal fuera para Tradeco, pero él no estaba dispuesto a jugar a esas cartas. Además, asegura que el Presidente ignoró las alertas sobre posibles conexiones turbias de la empresa mexicana con el hampa. ¡Imaginen qué escándalo si eso resulta cierto! Ya saben, Costa Rica nunca anda muy lejos de esos tipos de situaciones... ojalá nos saquen de este brete pronto.
Ahora, hablando de números, el proyecto Barranca-Limonal, que costaba unos 182 millones de dólares, lleva varios tumbos. Empezó en el 2020, pero quedó congelado en 2023 cuando la empresa que trabajaba en la obra, Estrella–H. Solís, pidió echar pal’ arriba el contrato. Decían que tenían problemas con los diseños y con las expropiaciones, pero el MOPT decía que la habían abandonado. Hasta ahora, han gastado unos 34 millones y la obra está apenas al 18%. ¡Una torta, vamos!
Este caso, amigos, es un verdadero chinchorro de controversias políticas y acusaciones de corrupción. Y para rematar, el Presidente Chaves enfrenta cargos por peculado, que es cuando un funcionario público se roba o desvía recursos públicos para su propio provecho o el de terceras personas. ¡Si lo agarran, puede caer preso por varios años! Y hablando de esto, recordemos que Amador también tuvo que lidiar con el caso “Pista Oscura”, donde se investigan presuntas irregularidades con unos 40 millones destinados a arreglos en el aeropuerto de Liberia. ¡Uno detrás del otro, vaya!
Bueno, pues después de todo este rollo, me pregunto: ¿Creemos que la justicia realmente podrá esclarecer estos casos y llevar a los responsables delante, o seguimos viendo cómo los políticos se escapan siempre con la suya? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios! ¿Cuál creen que será el desenlace final de este drama?
