¡Ay, Dios mío! ¿Quién se imaginaba que ahí andábamos, algunos con una lana guardada que ni sabían? Resulta que hay un dineral ahí tirado, en el ROP y el FCL, perteneciente a gente que ya partió de este mundo, y sus familiares ni enterados. La CCSS anda soltando la data y eso me hizo pensar en mi abu, ¿será que ella tenía algo por ahí?
Según datos oficiales, estamos hablando de unas 32 mil personas fallecidas con fondazos sin reclamar en el Fondo de Capitalización Laboral (FCL), ¡y eso sin contar los 668 afiliados que dejaron saldo pendiente en el Régimen Obligatorio de Pensión Complementaria (ROP)! Claramente, esto pinta como un problemón, porque implica que miles de familias podrían estar perdiendo una oportunidad de oro para mejorar su economía.
Pero, ¿por qué pasa esto? Pues resulta que en Costa Rica somos unos olvidadizos, mangos. Pocos trabajadores se molestan en actualizar los beneficiarios en las operadoras, o peor, ni les dicen a sus hijos dónde tienen sus ahorritos. Un descuido que puede costar caro, créeme. Imagínate tener que lidiar con los papeleos del juzgado encima de la pena de perder a un ser querido… ¡qué desmadre!
Ahora bien, vamos al grano: ¿cómo hago para ver si mi familiar tiene billete esperando? Con respecto al FCL, parece que es lo más fácil. Primero, entras al sitio web de la operadora correspondiente – CAFESSA, NCR, Mapfre Seguros – y buscas si aparece el nombre de tu pariente en las listas públicas que ellos ponen ahí. Si lo encuentras, ¡corre al Juzgado de Trabajo más cercano! Llévale todos los papeles necesarios y haz la solicitud para que te entreguen el FCL. Lo bueno es que ese fondo no caduca, así que tranquilo, ahí estará esperándote.
En cuanto al ROP, ahí sí se pone un poco más complicado. Primero tienes que ir a la operadora donde el fallecido estaba cotizando, para que revisen si había beneficiarios declarados en el IVM, Magisterio Nacional o Poder Judicial. Si no los hay, entonces toca meterse al rollo del proceso sucesorio en el Juzgado de Trabajo. ¡Y ojo! Porque el ROP sí tiene fecha límite. Si en 10 años nadie lo reclama, ¡chas!, se va al Régimen No Contributivo de la CCSS. Así que corre, mae, antes de que se te vaya la lana.
Yo creo que este caso nos dice varias cosas. Por un lado, resalta la importancia de tener todo organizado y al día, especialmente cuando se trata de temas financieros. No le hagas caso al ‘ya veré’, porque al final te puede salir caro. Por el otro lado, nos obliga a reflexionar sobre cómo afrontamos la muerte. A veces, en medio del duelo, olvidamos que hay trámites pendientes que pueden afectar a nuestros seres queridos.
Esta situación también plantea interrogantes sobre la responsabilidad de las operadoras de pensiones. ¿Han hecho suficiente para informar a los trabajadores y a sus familias sobre estos procesos? ¿Podrían implementar medidas más sencillas y accesibles para facilitar la recuperación de estos fondos? Me imagino que deben estar sudando frío, porque esto podría abrirle un montón de demandas. De verdad, un buen brete para ellas.
Así que ya sabes, checa tus raíces, habla con tus familiares mayores y averigua si tenían algún ahorro olvidado en el ROP o el FCL. Podrías estar sentado sobre una mina de oro, literalmente. Ahora dime tú, ¿alguna vez has escuchado historias de alguien que encontró dinero perdido de un familiar? ¿Crees que las operadoras deberían hacer más para alertar a la gente sobre esto o debería ser responsabilidad exclusiva de la familia mantenerse organizada?
Según datos oficiales, estamos hablando de unas 32 mil personas fallecidas con fondazos sin reclamar en el Fondo de Capitalización Laboral (FCL), ¡y eso sin contar los 668 afiliados que dejaron saldo pendiente en el Régimen Obligatorio de Pensión Complementaria (ROP)! Claramente, esto pinta como un problemón, porque implica que miles de familias podrían estar perdiendo una oportunidad de oro para mejorar su economía.
Pero, ¿por qué pasa esto? Pues resulta que en Costa Rica somos unos olvidadizos, mangos. Pocos trabajadores se molestan en actualizar los beneficiarios en las operadoras, o peor, ni les dicen a sus hijos dónde tienen sus ahorritos. Un descuido que puede costar caro, créeme. Imagínate tener que lidiar con los papeleos del juzgado encima de la pena de perder a un ser querido… ¡qué desmadre!
Ahora bien, vamos al grano: ¿cómo hago para ver si mi familiar tiene billete esperando? Con respecto al FCL, parece que es lo más fácil. Primero, entras al sitio web de la operadora correspondiente – CAFESSA, NCR, Mapfre Seguros – y buscas si aparece el nombre de tu pariente en las listas públicas que ellos ponen ahí. Si lo encuentras, ¡corre al Juzgado de Trabajo más cercano! Llévale todos los papeles necesarios y haz la solicitud para que te entreguen el FCL. Lo bueno es que ese fondo no caduca, así que tranquilo, ahí estará esperándote.
En cuanto al ROP, ahí sí se pone un poco más complicado. Primero tienes que ir a la operadora donde el fallecido estaba cotizando, para que revisen si había beneficiarios declarados en el IVM, Magisterio Nacional o Poder Judicial. Si no los hay, entonces toca meterse al rollo del proceso sucesorio en el Juzgado de Trabajo. ¡Y ojo! Porque el ROP sí tiene fecha límite. Si en 10 años nadie lo reclama, ¡chas!, se va al Régimen No Contributivo de la CCSS. Así que corre, mae, antes de que se te vaya la lana.
Yo creo que este caso nos dice varias cosas. Por un lado, resalta la importancia de tener todo organizado y al día, especialmente cuando se trata de temas financieros. No le hagas caso al ‘ya veré’, porque al final te puede salir caro. Por el otro lado, nos obliga a reflexionar sobre cómo afrontamos la muerte. A veces, en medio del duelo, olvidamos que hay trámites pendientes que pueden afectar a nuestros seres queridos.
Esta situación también plantea interrogantes sobre la responsabilidad de las operadoras de pensiones. ¿Han hecho suficiente para informar a los trabajadores y a sus familias sobre estos procesos? ¿Podrían implementar medidas más sencillas y accesibles para facilitar la recuperación de estos fondos? Me imagino que deben estar sudando frío, porque esto podría abrirle un montón de demandas. De verdad, un buen brete para ellas.
Así que ya sabes, checa tus raíces, habla con tus familiares mayores y averigua si tenían algún ahorro olvidado en el ROP o el FCL. Podrías estar sentado sobre una mina de oro, literalmente. Ahora dime tú, ¿alguna vez has escuchado historias de alguien que encontró dinero perdido de un familiar? ¿Crees que las operadoras deberían hacer más para alertar a la gente sobre esto o debería ser responsabilidad exclusiva de la familia mantenerse organizada?
