¡Ay, Dios mío! Parece que la cosa del Tren Eléctrico sigue dando qué hablar. Claudia Dobles, la exprimera dama y ahora candidata, le echó un ojo avispado al proyecto que propuso Chaves y, bueno, digamos que no quedó muy contenta. Le preocupa la plata, el tráfico y que al final, el tren no llegue a todos lados. Una verdadera torta esta vaina.
Para ponerle contexto, recuerden que este proyecto del Tren Eléctrico ha sido una novela desde tiempos inmemoriales. Ya tuvimos versiones anteriores, con Alvarado, que eran otras, y ahora viene Chaves con la suya, reduciendo líneas y cambiando rutas. Según Dobles, esto es un retroceso, porque estamos perdiendo tiempo y recursos. "Ya hemos perdido demasiado tiempo," recalcó, dejando claro que hay hartazgo generalizado con estos cambios de planes.
La preocupación principal parece ser el costo pa’l pueblo. Dobles calcula que pa’ los que andan entre Cartago y Heredia, gastándose unos ¢100.000 al mes, ¡una barbaridad! Esto si se mantienen los precios actuales y si usan las dos líneas que propone el nuevo diseño. Imagínate, casi un salario mínimo pa’ andar en tren. ¡Qué carga!
Y no es solo Cartago y Heredia, mae. Dobles señala que con este proyecto recortado, más de medio millón de personas se quedarían sin el servicio. Se quitaron la línea que iba pa’ El Coyol, donde trabajan muchísimas personas en fábricas de dispositivos médicos, un verdadero motor económico del país. Además, afecta a pueblos de Alajuela, San José y Heredia, como San Rafael y Lindora. ¡Una pena, porque el tren tenía el potencial de aliviar el tráfico y conectar comunidades!
Lo que más irrita a Dobles es que, según ella, el proyecto actual es peor que el que se había avanzado en 2022. Dice que ahora tienen menos kilómetros, menos líneas y un costo más elevado para los usuarios. De hecho, compara el proyecto actual con el anterior, diciendo que lo están retrasando y dejándolo como estaba en 2020. Un círculo vicioso que nos tiene a todos frustrados.
Ahora bien, vamos a analizarlo un poco. El tema es complejo, nadie niega que necesitamos mejorar el transporte público. El tráfico en la capital es un drama, y el tren podía ser parte de la solución. Pero si el precio es prohibitivo y el alcance limitado, entonces ¿para qué tanto ahínco? Se necesita un balance entre eficiencia económica y accesibilidad para la población.
Dobles también puso énfasis en los plazos. El expediente todavía tiene que pasar por la Asamblea Legislativa y, con los tiempos políticos que tenemos, queda poquito tiempo antes de que termine el período legislativo. Eso significa que cualquier cambio importante al proyecto podría quedar varado. ¡Un brete, sí señor! Así que toca mover rápido los pies, porque la paciencia se agota.
En fin, la discusión está abierta. ¿Creen que Dobles tiene razón en sus críticas al proyecto del Tren Eléctrico? ¿Deberían priorizar bajar los costos, ampliar las rutas o simplemente descartar el proyecto por completo y buscar alternativas? ¿Ustedes estarían dispuestos a pagar ¢100.000 al mes para usar el tren?
Para ponerle contexto, recuerden que este proyecto del Tren Eléctrico ha sido una novela desde tiempos inmemoriales. Ya tuvimos versiones anteriores, con Alvarado, que eran otras, y ahora viene Chaves con la suya, reduciendo líneas y cambiando rutas. Según Dobles, esto es un retroceso, porque estamos perdiendo tiempo y recursos. "Ya hemos perdido demasiado tiempo," recalcó, dejando claro que hay hartazgo generalizado con estos cambios de planes.
La preocupación principal parece ser el costo pa’l pueblo. Dobles calcula que pa’ los que andan entre Cartago y Heredia, gastándose unos ¢100.000 al mes, ¡una barbaridad! Esto si se mantienen los precios actuales y si usan las dos líneas que propone el nuevo diseño. Imagínate, casi un salario mínimo pa’ andar en tren. ¡Qué carga!
Y no es solo Cartago y Heredia, mae. Dobles señala que con este proyecto recortado, más de medio millón de personas se quedarían sin el servicio. Se quitaron la línea que iba pa’ El Coyol, donde trabajan muchísimas personas en fábricas de dispositivos médicos, un verdadero motor económico del país. Además, afecta a pueblos de Alajuela, San José y Heredia, como San Rafael y Lindora. ¡Una pena, porque el tren tenía el potencial de aliviar el tráfico y conectar comunidades!
Lo que más irrita a Dobles es que, según ella, el proyecto actual es peor que el que se había avanzado en 2022. Dice que ahora tienen menos kilómetros, menos líneas y un costo más elevado para los usuarios. De hecho, compara el proyecto actual con el anterior, diciendo que lo están retrasando y dejándolo como estaba en 2020. Un círculo vicioso que nos tiene a todos frustrados.
Ahora bien, vamos a analizarlo un poco. El tema es complejo, nadie niega que necesitamos mejorar el transporte público. El tráfico en la capital es un drama, y el tren podía ser parte de la solución. Pero si el precio es prohibitivo y el alcance limitado, entonces ¿para qué tanto ahínco? Se necesita un balance entre eficiencia económica y accesibilidad para la población.
Dobles también puso énfasis en los plazos. El expediente todavía tiene que pasar por la Asamblea Legislativa y, con los tiempos políticos que tenemos, queda poquito tiempo antes de que termine el período legislativo. Eso significa que cualquier cambio importante al proyecto podría quedar varado. ¡Un brete, sí señor! Así que toca mover rápido los pies, porque la paciencia se agota.
En fin, la discusión está abierta. ¿Creen que Dobles tiene razón en sus críticas al proyecto del Tren Eléctrico? ¿Deberían priorizar bajar los costos, ampliar las rutas o simplemente descartar el proyecto por completo y buscar alternativas? ¿Ustedes estarían dispuestos a pagar ¢100.000 al mes para usar el tren?