Apunten estos nombres, maes, porque se van a escuchar bastante de aquí a finales de setiembre: Gabriel Rojas y Sebastián Castro. Ellos son los dos valientes que van a representar a Costa Rica en el Mundial de Ciclismo de Ruta en Kigali, Ruanda. Y sí, leyeron bien, Ruanda. Por primera vez en la historia, la fiesta más grande del ciclismo mundial se va para el continente africano, y tener a dos ticos ahí es, para empezar, una vara histórica. Pero más allá de la ubicación exótica, el reto que tienen por delante es de un calibre que asusta. ¡Qué nivel el que se van a topar!
Primero hablemos del veterano del dúo, Gabriel Rojas. Con 25 años, el manudo ya tiene un currículum que impone respeto. Se coronó campeón nacional de ruta, se trajo un oro de los Panamericanos Junior y hasta conquistó la Vuelta a Portugal del Futuro. Este mae es un carga, y no lo decimos por decir. Tiene la experiencia y la potencia para medirse con los grandes. Pero el brete que le toca en la prueba élite es, sencillamente, una salvajada. Son 267 kilómetros con un desnivel acumulado de casi 5,500 metros. Para que se hagan una idea, eso es como subir el Chirripó… y medio. No es cualquier paseíto de domingo, es una prueba de resistencia que va a exprimir hasta la última gota de energía de los mejores ciclistas del planeta.
Y luego está el güila, la nueva promesa que nos tiene a todos con una sonrisa de oreja a oreja: Sebastián Castro. Con apenas 18 años, este generaleño ya está haciendo bulla en Europa. Desde mayo está fogueándose en Italia con el Team General System y ya hasta se dejó una victoria. ¡Qué chiva ver a un talento tan joven abriéndose campo de esa manera! Él va a competir en la categoría juvenil, pero no se engañen, el recorrido de 165 kilómetros tampoco es un chiste. Que un muchacho de Pérez Zeledón esté compitiendo en un Mundial, después de haberse ganado su lugar a puro pedal en las carreteras italianas, demuestra que hay futuro y que el trabajo de base, a veces, da frutos espectaculares.
Diay, ¿y qué me dicen del escenario? El Mundial de Kigali no solo es histórico por ser en África, sino porque el circuito es considerado una bestialidad. Los organizadores diseñaron un trazado que incluye el famoso "Mur de Kigali" (Muro de Kigali), una subida corta pero explosiva que, repetida varias veces, va a romper piernas. De hecho, los expertos ya lo catalogan como uno de los recorridos más exigentes en la historia de los campeonatos, solo superado por uno allá por 1966. Así que nuestros ticos no solo van a luchar contra ciclistas de élite, sino contra una ruta diseñada para hacer sufrir. Es un desafío monumental, de esos que forjan leyendas.
Al final, más allá de si se traen una medalla o no, esta participación es un termómetro importantísimo para el ciclismo nacional. Demuestra que tenemos talento en diferentes etapas: uno consolidado como Rojas y una joya en bruto como Castro. El simple hecho de tener a dos ticos en la línea de salida, en un evento de esta magnitud y con un recorrido tan infernal, ya es un gane para el deporte costarricense. Es una vitrina para demostrar que en este pedacito de tierra también se sabe sufrir sobre la bicicleta. Ahora les pregunto a ustedes, ¿qué creen que significa para el ciclismo tico tener a dos maes compitiendo a este nivel? ¿Les emociona tanto como a mí? ¡Los leo en los comentarios!
Primero hablemos del veterano del dúo, Gabriel Rojas. Con 25 años, el manudo ya tiene un currículum que impone respeto. Se coronó campeón nacional de ruta, se trajo un oro de los Panamericanos Junior y hasta conquistó la Vuelta a Portugal del Futuro. Este mae es un carga, y no lo decimos por decir. Tiene la experiencia y la potencia para medirse con los grandes. Pero el brete que le toca en la prueba élite es, sencillamente, una salvajada. Son 267 kilómetros con un desnivel acumulado de casi 5,500 metros. Para que se hagan una idea, eso es como subir el Chirripó… y medio. No es cualquier paseíto de domingo, es una prueba de resistencia que va a exprimir hasta la última gota de energía de los mejores ciclistas del planeta.
Y luego está el güila, la nueva promesa que nos tiene a todos con una sonrisa de oreja a oreja: Sebastián Castro. Con apenas 18 años, este generaleño ya está haciendo bulla en Europa. Desde mayo está fogueándose en Italia con el Team General System y ya hasta se dejó una victoria. ¡Qué chiva ver a un talento tan joven abriéndose campo de esa manera! Él va a competir en la categoría juvenil, pero no se engañen, el recorrido de 165 kilómetros tampoco es un chiste. Que un muchacho de Pérez Zeledón esté compitiendo en un Mundial, después de haberse ganado su lugar a puro pedal en las carreteras italianas, demuestra que hay futuro y que el trabajo de base, a veces, da frutos espectaculares.
Diay, ¿y qué me dicen del escenario? El Mundial de Kigali no solo es histórico por ser en África, sino porque el circuito es considerado una bestialidad. Los organizadores diseñaron un trazado que incluye el famoso "Mur de Kigali" (Muro de Kigali), una subida corta pero explosiva que, repetida varias veces, va a romper piernas. De hecho, los expertos ya lo catalogan como uno de los recorridos más exigentes en la historia de los campeonatos, solo superado por uno allá por 1966. Así que nuestros ticos no solo van a luchar contra ciclistas de élite, sino contra una ruta diseñada para hacer sufrir. Es un desafío monumental, de esos que forjan leyendas.
Al final, más allá de si se traen una medalla o no, esta participación es un termómetro importantísimo para el ciclismo nacional. Demuestra que tenemos talento en diferentes etapas: uno consolidado como Rojas y una joya en bruto como Castro. El simple hecho de tener a dos ticos en la línea de salida, en un evento de esta magnitud y con un recorrido tan infernal, ya es un gane para el deporte costarricense. Es una vitrina para demostrar que en este pedacito de tierra también se sabe sufrir sobre la bicicleta. Ahora les pregunto a ustedes, ¿qué creen que significa para el ciclismo tico tener a dos maes compitiendo a este nivel? ¿Les emociona tanto como a mí? ¡Los leo en los comentarios!
