¡Aguafiestas! Parece que la economía nacional sigue siendo el dolor de cabeza número uno, y con las elecciones a la vuelta de la esquina, los candidatos están sacando todas las cartas bajo la manga. De repente, todos prometen oro y moro, pero ¿quién le va a creerle a quién? La verdad es que la situación no pinta precisamente color de rosa, con inflación persistente y un panorama global que no ayuda en nada. Pero bueno, eso ya lo sabemos todos los que nos ganamos el pan honestamente día tras día.
Como buenos periodistas de Foro de Costa Rica, nos dimos a la tarea de revisar a fondo los planes de gobierno de los aspirantes a la presidencia, esos documentos larguísimos que nadie lee completo. Sí, sí, lo sé, suena aburrido, pero alguien tenía que hacerlo, ¿verdad? Buscamos qué proponen realmente para sacar al país de este brete económico en el que estamos metidos. Nos basamos en los datos del CIEP de la UCR para ordenar las propuestas según la intención de voto actual, así que ya saben, esto da una idea de quiénes van arriba en la carrera y qué les preocupa más a los votantes.
Empezamos con David Hernández Brenes, del Partido de la Clase Trabajadora. Este mae viene con ideas fuertes, dirían algunos radicales, otros lo verían como un loco. Su propuesta es instaurar un monopolio estatal del comercio exterior, ¡imagínate eso! Derogar todos los Tratados de Libre Comercio. Luego promete un aumento salarial del 7% y una canasta básica rediseñada que alcanzaría unos ¢510.000. Ah, y también quiere expropiar a los constructores y las inmobiliarias para construir vivienda social. ¡Qué vareta!, pero quizás tenga razón en algunas cosas, la vivienda es un problema grave.
Luego tenemos a Marco Rodríguez Badilla, de Esperanza y Libertad. Él apuesta por diversificar mercados, apoyar a las Pymes para que exporten, impulsar el turismo sostenible y digitalizar el comercio. Una propuesta más moderada, digamos. Quiere fortalecer las cadenas productivas, integrando a los pequeños productores en la exportación. Nada revolucionario, pero suena factible. Claro, el diay es que implementar esas ideas requiere tiempo y voluntad política, dos cosas que a veces escasean por acá.
Ronny Castillo González, de Aquí Costa Rica Manda, propone una política económica “moderna y previsible”. Quiere desarrollar un ecosistema Fintech, inyectar capital en biotecnología y agrotecnología, y establecer cláusulas de blindaje para proteger el gasto público. Más tecnicismos que nunca, vamos. Suena como si quisiera impresionar a los inversionistas extranjeros, pero a nosotros, los que vivimos aquí, nos interesa saber cómo va a ayudar a pagar las cuentas del supermercado.
Walter R. Hernández Juárez, Justicia Social Costarricense, dice que va a simplificar los trámites burocráticos, apoyar a las micro y medianas empresas, proteger al consumidor y potenciar la economía nocturna. Qué curioso ese último punto, ¿no creen? Un poco raro como para tomarlo en serio. A lo mejor piensa que ahí hay mucho chunche por recaudar, pero yo creo que hay temas más urgentes de resolver antes de preocuparnos por los bares y discotecas.
Finalmente, Douglas Caamaño Quirós, Alianza Costa Rica Primero, promete reducir las tasas de interés, crear un Fondo de Apoyo al Productor Nacional, auditar el gasto público y desarrollar un programa para jóvenes con educación técnica dual. Suena bien, pero ya sabemos cómo terminan estas promesas: en el olvido. Necesitamos acciones concretas, resultados tangibles, no más discursos bonitos. Que pongan el turbo desde el primer día, porque la paciencia del pueblo está que arde.
En fin, cada candidato trae su propia receta para salvar la economía del país, pero queda la gran duda: ¿cuál de ellas realmente funcionará? Y lo más importante, ¿estarán dispuestos a cumplir lo que prometen, o simplemente será otro cuento chino para captar votos? ¿Ustedes creen que alguno de estos planes tiene potencial para transformar la economía costarricense, o estamos condenados a seguir dando vueltas en círculo?
Como buenos periodistas de Foro de Costa Rica, nos dimos a la tarea de revisar a fondo los planes de gobierno de los aspirantes a la presidencia, esos documentos larguísimos que nadie lee completo. Sí, sí, lo sé, suena aburrido, pero alguien tenía que hacerlo, ¿verdad? Buscamos qué proponen realmente para sacar al país de este brete económico en el que estamos metidos. Nos basamos en los datos del CIEP de la UCR para ordenar las propuestas según la intención de voto actual, así que ya saben, esto da una idea de quiénes van arriba en la carrera y qué les preocupa más a los votantes.
Empezamos con David Hernández Brenes, del Partido de la Clase Trabajadora. Este mae viene con ideas fuertes, dirían algunos radicales, otros lo verían como un loco. Su propuesta es instaurar un monopolio estatal del comercio exterior, ¡imagínate eso! Derogar todos los Tratados de Libre Comercio. Luego promete un aumento salarial del 7% y una canasta básica rediseñada que alcanzaría unos ¢510.000. Ah, y también quiere expropiar a los constructores y las inmobiliarias para construir vivienda social. ¡Qué vareta!, pero quizás tenga razón en algunas cosas, la vivienda es un problema grave.
Luego tenemos a Marco Rodríguez Badilla, de Esperanza y Libertad. Él apuesta por diversificar mercados, apoyar a las Pymes para que exporten, impulsar el turismo sostenible y digitalizar el comercio. Una propuesta más moderada, digamos. Quiere fortalecer las cadenas productivas, integrando a los pequeños productores en la exportación. Nada revolucionario, pero suena factible. Claro, el diay es que implementar esas ideas requiere tiempo y voluntad política, dos cosas que a veces escasean por acá.
Ronny Castillo González, de Aquí Costa Rica Manda, propone una política económica “moderna y previsible”. Quiere desarrollar un ecosistema Fintech, inyectar capital en biotecnología y agrotecnología, y establecer cláusulas de blindaje para proteger el gasto público. Más tecnicismos que nunca, vamos. Suena como si quisiera impresionar a los inversionistas extranjeros, pero a nosotros, los que vivimos aquí, nos interesa saber cómo va a ayudar a pagar las cuentas del supermercado.
Walter R. Hernández Juárez, Justicia Social Costarricense, dice que va a simplificar los trámites burocráticos, apoyar a las micro y medianas empresas, proteger al consumidor y potenciar la economía nocturna. Qué curioso ese último punto, ¿no creen? Un poco raro como para tomarlo en serio. A lo mejor piensa que ahí hay mucho chunche por recaudar, pero yo creo que hay temas más urgentes de resolver antes de preocuparnos por los bares y discotecas.
Finalmente, Douglas Caamaño Quirós, Alianza Costa Rica Primero, promete reducir las tasas de interés, crear un Fondo de Apoyo al Productor Nacional, auditar el gasto público y desarrollar un programa para jóvenes con educación técnica dual. Suena bien, pero ya sabemos cómo terminan estas promesas: en el olvido. Necesitamos acciones concretas, resultados tangibles, no más discursos bonitos. Que pongan el turbo desde el primer día, porque la paciencia del pueblo está que arde.
En fin, cada candidato trae su propia receta para salvar la economía del país, pero queda la gran duda: ¿cuál de ellas realmente funcionará? Y lo más importante, ¿estarán dispuestos a cumplir lo que prometen, o simplemente será otro cuento chino para captar votos? ¿Ustedes creen que alguno de estos planes tiene potencial para transformar la economía costarricense, o estamos condenados a seguir dando vueltas en círculo?