Hay un ejemplo del varón perfecto.
No nos compliquemos, sigamos su ejemplo.
Muy sencillo, pero como cuesta.
El problema no es la religión, el problema somo nosotros.
1. Amar a Dios sobre todas las cosas.
2. Amar al prójimo como uno mismo.
Apague y vamonos.
La gente fue, es y será egoista e hijueputa. La gente no va a cambiar. Ud y yo nos vamos a morir y no va a cambiar.
No cambio antes y no va a cambiar en el futuro. El infierno es lo que nos espera. Viva el infierno.
Inventemos una religión donde entre más hijeputa es uno más cerca esta de la salvación. Esa iglesia si se llena.