Maes, si a ustedes les gustan las series de drama, intriga y traición, ni se molesten en prender Netflix. Solo tienen que ponerle atención a la fracción de la Unidad, que nos está regalando un espectáculo digno de maratón. La vara es que el pleito entre el diputado Leslye Bojorges y el candidato presidencial, Juan Carlos Hidalgo, ya no es un secreto a voces; ahora es un pleito de cantina a micrófono abierto. Y diay, ¡qué torta se están jalando! Una que deja a la campaña del PUSC viendo para el ciprés antes de que siquiera empiece a correr de verdad.
Pongámonos en contexto. Hidalgo, con la banda de candidato recién puesta, sale a pedirle a la fracción que echen a Bojorges, principalmente por el enredo judicial del Caso Richter. Uno pensaría que es una jugada de autoridad, de "aquí mando yo". Pero Bojorges, que de quedarse callado tiene poco, en lugar de hacerse el maje y recoger sus chunches, le dobló la apuesta. Convocó a una conferencia de prensa y, sin anestesia, le tiró con todo a Hidalgo. Lo trató de "irrelevante", "traidor", y hasta de ser un "liberal disfrazado de socialcristiano". O sea, le dijo de todo menos bonito, cuestionando hasta su capacidad de unir al país si ni siquiera puede mantener en orden a su propia gente.
Lo más tuanis de este novelón es la lógica de Bojorges para no irse del partido. Cuando le preguntan por qué se aferra si claramente la cúpula no lo quiere, el mae contesta, sin pelos en la lengua, que es "para demostrar lo malo y la falta de liderazgo que tiene Juan Carlos Hidalgo". ¡Plop! Básicamente, se queda para hacerle el brete más difícil, para ser la piedra en el zapato. Por su parte, Hidalgo responde con esa elegancia pasivo-agresiva que solo la política puede dar: le mandó a decir en un comunicado que "uno no está donde no lo quieren", reiterando que los cuestionamientos éticos son la razón de fondo y que el partido necesita credibilidad, no este tipo de circos.
Aquí es donde la vara se pone color de hormiga. Bojorges, después de despedazar públicamente al candidato de su propio partido, deja la puerta abierta para volver a la campaña. ¿La condición? Que Hidalgo lo llame y le pida disculpas. Es un movimiento casi surrealista: te acuso de ser el peor candidato de la historia, de ir directo al fracaso, pero si me pedís perdón, diay, quizás te ayudo. Mientras tanto, la campaña de Hidalgo, que debería estar enfocada en propuestas y en buscar votos, tiene que gastar pólvora en pleitos internos que solo la debilitan. Todo el plan de unidad con el que soñaban parece que se fue al traste.
Al final del día, este despiche solo tiene un ganador: la oposición. Mientras en el PUSC se sacan los ojos, los demás partidos deben estar comiendo palomitas y viendo el show. La imagen que proyectan es de un caos total, de una casa dividida que difícilmente puede convencer a alguien de que pueden gobernar un país. Es un recordatorio de que en política, a veces el enemigo más grande no está afuera, sino sentado en la misma mesa. La pregunta del millón es si podrán remendar este desastre o si estamos viendo el inicio del fin para las aspiraciones del PUSC en el 2026.
Y ahora, para el foro: Maes, en serio, ¿quién creen que tiene la razón acá? ¿La jugada de Hidalgo de limpiar la casa desde el inicio o la resistencia de Bojorges? ¿O será que los dos se jalaron una torta monumental y el PUSC ya nació muerto para el 2026? ¡Los leo!
Pongámonos en contexto. Hidalgo, con la banda de candidato recién puesta, sale a pedirle a la fracción que echen a Bojorges, principalmente por el enredo judicial del Caso Richter. Uno pensaría que es una jugada de autoridad, de "aquí mando yo". Pero Bojorges, que de quedarse callado tiene poco, en lugar de hacerse el maje y recoger sus chunches, le dobló la apuesta. Convocó a una conferencia de prensa y, sin anestesia, le tiró con todo a Hidalgo. Lo trató de "irrelevante", "traidor", y hasta de ser un "liberal disfrazado de socialcristiano". O sea, le dijo de todo menos bonito, cuestionando hasta su capacidad de unir al país si ni siquiera puede mantener en orden a su propia gente.
Lo más tuanis de este novelón es la lógica de Bojorges para no irse del partido. Cuando le preguntan por qué se aferra si claramente la cúpula no lo quiere, el mae contesta, sin pelos en la lengua, que es "para demostrar lo malo y la falta de liderazgo que tiene Juan Carlos Hidalgo". ¡Plop! Básicamente, se queda para hacerle el brete más difícil, para ser la piedra en el zapato. Por su parte, Hidalgo responde con esa elegancia pasivo-agresiva que solo la política puede dar: le mandó a decir en un comunicado que "uno no está donde no lo quieren", reiterando que los cuestionamientos éticos son la razón de fondo y que el partido necesita credibilidad, no este tipo de circos.
Aquí es donde la vara se pone color de hormiga. Bojorges, después de despedazar públicamente al candidato de su propio partido, deja la puerta abierta para volver a la campaña. ¿La condición? Que Hidalgo lo llame y le pida disculpas. Es un movimiento casi surrealista: te acuso de ser el peor candidato de la historia, de ir directo al fracaso, pero si me pedís perdón, diay, quizás te ayudo. Mientras tanto, la campaña de Hidalgo, que debería estar enfocada en propuestas y en buscar votos, tiene que gastar pólvora en pleitos internos que solo la debilitan. Todo el plan de unidad con el que soñaban parece que se fue al traste.
Al final del día, este despiche solo tiene un ganador: la oposición. Mientras en el PUSC se sacan los ojos, los demás partidos deben estar comiendo palomitas y viendo el show. La imagen que proyectan es de un caos total, de una casa dividida que difícilmente puede convencer a alguien de que pueden gobernar un país. Es un recordatorio de que en política, a veces el enemigo más grande no está afuera, sino sentado en la misma mesa. La pregunta del millón es si podrán remendar este desastre o si estamos viendo el inicio del fin para las aspiraciones del PUSC en el 2026.
Y ahora, para el foro: Maes, en serio, ¿quién creen que tiene la razón acá? ¿La jugada de Hidalgo de limpiar la casa desde el inicio o la resistencia de Bojorges? ¿O será que los dos se jalaron una torta monumental y el PUSC ya nació muerto para el 2026? ¡Los leo!