¡Aguafiestas! Así quedó el ambiente entre varios empresariitos tras el foro de la UCCAEP este lunes. Se esperaba un conversatorio movido, donde los seis aspirantes a la Presidencia dieran luz verde a las propuestas para impulsar la formalización y darle un respiro a los negocios. Pero la cosa se puso tensa rápido, con preguntas directas y críticas bien aterrizadas sobre si realmente las medidas propuestas servirán para algo.
Como ya saben, la Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones del Sector Empresarial Privado (UCCAEP) presentó su “Agenda Estratégica De Competitividad” buscando bajar la informalidad a menos del 30% en cinco años. Suena lindo en papel, pero algunos dueños de churcheras y picos pequeños se preguntaban si eso significa aún más papeleo y más obligaciones sin ver una mejora real en el terreno.
Maritza Hernández, presidenta de la UCCAEP, salió a defender la agenda, insistiendo en que no se trata de peticiones corporativas, sino de una propuesta nacional a largo plazo. Pero bueno, eso es lo que dice cualquier organización, ¿no? El problema es que los empresarios estaban buscando respuestas claras y, según cuentan, algunos quedaron con más dudas que certezas. Fue un buen intento, pero la vara estaba alta.
Entre las ideas que barajaron los candidatos destacaba una ventanilla única empresarial, que suena maravilloso en teoría, pero que muchos temen que termine siendo otra burocracia más. También propusieron sistemas de escalas progresivas de cargas sociales para las mipymes, una medida que podría ayudar a facilitar la transición a la formalidad, pero que requiere de un estudio técnico serio para evitar efectos contraproducentes. Porque, díganlo ustedes, no queremos que la solución sea peor que la enfermedad.
Además, se habló de alianzas con el INA y otras instituciones educativas para fomentar la formación dual, algo que siempre es positivo, pero que necesita de una coordinación efectiva para que realmente genere empleos calificados. Muchos señalan que el INA necesita un buen empujoncito para actualizar sus programas y adaptarse a las necesidades del mercado actual. Esa vara sí que está complicada.
Faltaron figuras clave en el debate. Natalia Díaz, Laura Fernández y Luis Amador brillaron por su ausencia, dejando un vacío importante en la discusión. Algunos murmuraban que evitaron el foro porque sabían que les iban a hacer cosquillas con preguntas incómodas, otros decían que tenían compromisos ineludibles. Lo cierto es que su ausencia dio pie a que los demás candidatos tuvieran más espacio para exponer sus ideas, aunque también generó algunas críticas.
Y hablando de ideas, los temas de acceso a la salud, la inseguridad rampante, la infraestructura precaria, el sistema educativo deficiente y la producción de energía, estuvieron en boca de todos. Porque claro, ¿de qué sirve formalizar si no tienes seguridad para ir a trabajar o no puedes pagar el seguro médico? Parece una broma, pero es la realidad que vive mucha gente en este país. Que carga, Dios mío. La verdad es que hay mucho brete por delante, varas por revisar y maes que necesitan ponerse las pilas.
Después de tanto debate, queda la interrogante flotando en el aire: ¿Realmente estas propuestas van a cambiar el panorama económico del país o serán solo palabras bonitas para ganar votos? ¿Creen que formalizar los negocios será una verdadera puerta a la prosperidad o solo un nuevo dolor de cabeza para los emprendedores? ¡Compártanme sus opiniones en el foro, quiero saber qué piensan ustedes!
Como ya saben, la Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones del Sector Empresarial Privado (UCCAEP) presentó su “Agenda Estratégica De Competitividad” buscando bajar la informalidad a menos del 30% en cinco años. Suena lindo en papel, pero algunos dueños de churcheras y picos pequeños se preguntaban si eso significa aún más papeleo y más obligaciones sin ver una mejora real en el terreno.
Maritza Hernández, presidenta de la UCCAEP, salió a defender la agenda, insistiendo en que no se trata de peticiones corporativas, sino de una propuesta nacional a largo plazo. Pero bueno, eso es lo que dice cualquier organización, ¿no? El problema es que los empresarios estaban buscando respuestas claras y, según cuentan, algunos quedaron con más dudas que certezas. Fue un buen intento, pero la vara estaba alta.
Entre las ideas que barajaron los candidatos destacaba una ventanilla única empresarial, que suena maravilloso en teoría, pero que muchos temen que termine siendo otra burocracia más. También propusieron sistemas de escalas progresivas de cargas sociales para las mipymes, una medida que podría ayudar a facilitar la transición a la formalidad, pero que requiere de un estudio técnico serio para evitar efectos contraproducentes. Porque, díganlo ustedes, no queremos que la solución sea peor que la enfermedad.
Además, se habló de alianzas con el INA y otras instituciones educativas para fomentar la formación dual, algo que siempre es positivo, pero que necesita de una coordinación efectiva para que realmente genere empleos calificados. Muchos señalan que el INA necesita un buen empujoncito para actualizar sus programas y adaptarse a las necesidades del mercado actual. Esa vara sí que está complicada.
Faltaron figuras clave en el debate. Natalia Díaz, Laura Fernández y Luis Amador brillaron por su ausencia, dejando un vacío importante en la discusión. Algunos murmuraban que evitaron el foro porque sabían que les iban a hacer cosquillas con preguntas incómodas, otros decían que tenían compromisos ineludibles. Lo cierto es que su ausencia dio pie a que los demás candidatos tuvieran más espacio para exponer sus ideas, aunque también generó algunas críticas.
Y hablando de ideas, los temas de acceso a la salud, la inseguridad rampante, la infraestructura precaria, el sistema educativo deficiente y la producción de energía, estuvieron en boca de todos. Porque claro, ¿de qué sirve formalizar si no tienes seguridad para ir a trabajar o no puedes pagar el seguro médico? Parece una broma, pero es la realidad que vive mucha gente en este país. Que carga, Dios mío. La verdad es que hay mucho brete por delante, varas por revisar y maes que necesitan ponerse las pilas.
Después de tanto debate, queda la interrogante flotando en el aire: ¿Realmente estas propuestas van a cambiar el panorama económico del país o serán solo palabras bonitas para ganar votos? ¿Creen que formalizar los negocios será una verdadera puerta a la prosperidad o solo un nuevo dolor de cabeza para los emprendedores? ¡Compártanme sus opiniones en el foro, quiero saber qué piensan ustedes!