¡Ay, Dios mío! La educación en Costa Rica parece estar dando tumbos, y ahora el licenciado Éliecer Feinzaig, candidato del PLP, lo dice clarito: el sistema está ‘en llamas’. El mae, con toda la intención, sacó a relucir que ya no estamos viendo a la educación como ese ascensor social que nos ayudaba a salir adelante, y echó flores a la época donde se le daba más importancia al tema. Dice que la inyección de plata ha ido bajando, llegando incluso por debajo del 5% del PIB… ¡tremendo despiste!
En un debate con Colypro y la Universidad Nacional, Feinzaig insistió en que meterle lana a la educación no es suficiente. No basta con ponerle parche, porque eso ya lo hemos intentado antes. Lo importante es que esa lana rinda, que haya resultados tangibles. Plantea que mejor de enfocarnos en qué tanta plata vamos a gastar, deberíamos pensar en cómo mejorar los resultados en las pruebas PISA. ¿Se imaginan si pudiéramos subir esas notas en un 30% en diez años? Sería una verdadera revolución, ¿eh?
Y ahí viene la propuesta del PLP, pa’ darle más sabor al arroz: cualquier aumentito al presupuesto debería ir acompañado de un ojo avizor, una evaluación externa e independiente que revise cómo andamos tanto alumnos como profes. No es suficiente con decir que estamos invirtiendo, necesitamos ver los frutos. Además, quieren meterle mano a todos los niveles, desde el kínder hasta la universidad y la técnica, ¡pa’ que nadie se quede atrás!
Una de las ideas que más me llamó la atención es la de usar alianzas público-privadas para arreglar toda esa infraestructura escolar que está hecha polvo. Con esto podríamos agilizar el proceso y dejar varita mágica para otras cosas, como becas, transporte, comida y programas para que los estudiantes no se tiren. ¡Imagínate cuántos chavales podrían tener acceso a una buena educación si les quitamos esas barreras!
Y claro, el mae Feinzaig puso énfasis en que el alumno debe ser el protagonista y el profe el pilar. Sin ellos, no hay educación que valga. Reconoció que los maestros necesitan mejores condiciones laborales y que toda esa papeleta burocrática les quita tiempo para hacer lo que realmente importa: enseñar. ¡Un poquito de respiro para nuestros profes sería de agradecer, diay!
Pero para que todo esto funcione, el PLP quiere armar un diálogo nacional el mismo día que asuman el gobierno, el 8 de mayo. Invitarían a docentes, sindicatos, universidades, empresas y gente de todos los sectores pa’ construir una política educativa que dure, que no dependa de quién esté en la Presidencia. Ya sabemos cómo va la cosa, que cada quien hace lo suyo y luego se deshace todo... ¡qué torta!
Además, el PLP recuerda que lo que pasó entre 2007 y 2013 no puede repetirse. Aumentaron el presupuesto y los sueldos de los profes, pero la calidad educativa no mejoró. Y aunque no culpan a los maestros por eso, sí insisten en que si van a aumentar los sueldos, tienen que asegurarse de que la inversión se vea reflejada en mejores resultados. Por eso hablan de evaluaciones, capacitación continua y menos papeleo. ¡Que el mae trabaje tranquilo y nosotros veamos los resultados!
En fin, Feinzaig cerró la presentación diciendo que “el sistema educativo está en llamas, los jóvenes no están encontrando oportunidades y no las ven en la educación”. Su llamado es claro: tenemos que devolverle pertinencia y relevancia a la educación para enfrentar los desafíos del siglo XXI. Ahora, díganme, ¿creen que la propuesta de Feinzaig es viable? ¿Estamos listos para un cambio tan radical en nuestro sistema educativo, o prefieren seguir con parches y soluciones a medias?
En un debate con Colypro y la Universidad Nacional, Feinzaig insistió en que meterle lana a la educación no es suficiente. No basta con ponerle parche, porque eso ya lo hemos intentado antes. Lo importante es que esa lana rinda, que haya resultados tangibles. Plantea que mejor de enfocarnos en qué tanta plata vamos a gastar, deberíamos pensar en cómo mejorar los resultados en las pruebas PISA. ¿Se imaginan si pudiéramos subir esas notas en un 30% en diez años? Sería una verdadera revolución, ¿eh?
Y ahí viene la propuesta del PLP, pa’ darle más sabor al arroz: cualquier aumentito al presupuesto debería ir acompañado de un ojo avizor, una evaluación externa e independiente que revise cómo andamos tanto alumnos como profes. No es suficiente con decir que estamos invirtiendo, necesitamos ver los frutos. Además, quieren meterle mano a todos los niveles, desde el kínder hasta la universidad y la técnica, ¡pa’ que nadie se quede atrás!
Una de las ideas que más me llamó la atención es la de usar alianzas público-privadas para arreglar toda esa infraestructura escolar que está hecha polvo. Con esto podríamos agilizar el proceso y dejar varita mágica para otras cosas, como becas, transporte, comida y programas para que los estudiantes no se tiren. ¡Imagínate cuántos chavales podrían tener acceso a una buena educación si les quitamos esas barreras!
Y claro, el mae Feinzaig puso énfasis en que el alumno debe ser el protagonista y el profe el pilar. Sin ellos, no hay educación que valga. Reconoció que los maestros necesitan mejores condiciones laborales y que toda esa papeleta burocrática les quita tiempo para hacer lo que realmente importa: enseñar. ¡Un poquito de respiro para nuestros profes sería de agradecer, diay!
Pero para que todo esto funcione, el PLP quiere armar un diálogo nacional el mismo día que asuman el gobierno, el 8 de mayo. Invitarían a docentes, sindicatos, universidades, empresas y gente de todos los sectores pa’ construir una política educativa que dure, que no dependa de quién esté en la Presidencia. Ya sabemos cómo va la cosa, que cada quien hace lo suyo y luego se deshace todo... ¡qué torta!
Además, el PLP recuerda que lo que pasó entre 2007 y 2013 no puede repetirse. Aumentaron el presupuesto y los sueldos de los profes, pero la calidad educativa no mejoró. Y aunque no culpan a los maestros por eso, sí insisten en que si van a aumentar los sueldos, tienen que asegurarse de que la inversión se vea reflejada en mejores resultados. Por eso hablan de evaluaciones, capacitación continua y menos papeleo. ¡Que el mae trabaje tranquilo y nosotros veamos los resultados!
En fin, Feinzaig cerró la presentación diciendo que “el sistema educativo está en llamas, los jóvenes no están encontrando oportunidades y no las ven en la educación”. Su llamado es claro: tenemos que devolverle pertinencia y relevancia a la educación para enfrentar los desafíos del siglo XXI. Ahora, díganme, ¿creen que la propuesta de Feinzaig es viable? ¿Estamos listos para un cambio tan radical en nuestro sistema educativo, o prefieren seguir con parches y soluciones a medias?