¡Ay, Dios mío! Quién lo iba a decir... Después de tantos años, FIFCO, la reina de las sodas y cervecitas acá en Costa Rica, anuncia que le está vendiendo casi todo a Heineken. Un chango de movida, vamos.
Para ponerlos al tanto, FIFCO acaba de firmar un acuerdo con Heineken para venderles el 75% de Distribuidora La Florida S.A., donde Heineken ya tenía un pedacito. Esto significa que ahora los holandeses tendrán el control total de las operaciones de bebidas, alimentos y hasta esas tienditas cómodas que tenemos en cada esquina, principalmente en Costa Rica, Guatemala, El Salvador y Honduras. En México también le agarran con fuerza, además de tener cositas en Nicaragua y Panamá.
Y ni hablar de los activos que implica esto, pura vaina valiosa. Se llevan FIFCO México, donde producen esos refrescos listos para tomar que tanto le gustan a la gente; también tienen un buen ojo puesto en Nicaraguan Brewing Holding (NBH) S.A., que controla gran parte de Inversiones Cerveceras Centroamericanas S.A. (INCECA), la casa matriz de la Compañía Cervecera de Nicaragua. Además, ¡le dan con todo a Cervecería Panamá S.A.! Pero eso no es todo, porque también se quedan con Musmanni, esas panaderías que han visto pasar generaciones, y con la cadena MUSI, esas tiendas de conveniencia que siempre te rescatan cuando te entra el antojo de algo rápido.
¿Pero qué queda para nosotros, los fieles consumidores de Imperial y Rocky Mountain? Tranquilos, FIFCO no desaparece por completo. Van a seguir manejando sus hoteles, sus proyectos de construcción y su participación en COMEGUA, la fábrica de vidrio que nos provee de botellas para todos nuestros bretes. También se mantienen en la Bolsa Nacional de Valores, demostrando que siguen comprometidos con la transparencia, aunque ya no sean los mismos de antes, ¿eh?
Wilhelm Steinvorth, el presidente de la junta directiva de FIFCO, dice que este trato es un honor y que fortalecen su alianza con Heineken, que lleva más de 23 años. Según él, esto abrirá puertas para que nuestras marcas, como Imperial, crezcan aún más y lleguen a nuevos mercados. “Hoy nos enorgullece dar este paso adelante con una empresa admirada, que respeta nuestra identidad cultural y ofrece una plataforma global”, declaró con toda la solemnidad.
La verdad, hay que darle crédito a FIFCO por haber construido un imperio tan grande durante tantos años. Han sabido adaptarse a los cambios y crear productos que forman parte de nuestra cultura. Verlos ceder el control a una empresa extranjera es medio agridulce, como comerse un churro con chocolate amargo. Heineken, por supuesto, trae consigo su experiencia internacional y recursos que podrían ayudar a mejorar la calidad de nuestros productos y expandirnos a otros países. Aunque algunos maes dirían que esto es como irse al traste, perdiendo un poco de nuestro sello tico…
Por ahora, todo depende de que las autoridades regulatorias le den el visto bueno a este changarro. Eso podría pasar en el primer semestre del próximo año, si todo va bien. Mientras tanto, FIFCO promete mantener las cosas funcionando sin problemas para todos los trabajadores, clientes y proveedores. Ya saben, la continuidad es clave para no jalarse una torta en medio de esta transición. BofA Securities y Latham & Watkins LLP fueron los asesores legales y financieros en este asunto, para que vean la magnitud del brete.
Bueno, pues ahí lo tienen, la historia resumida. Un capítulo importante en la vida empresarial de Costa Rica llega a su fin. Ahora me pregunto, ¿creerán ustedes que esta adquisición beneficiará realmente a nuestros consumidores y a la economía nacional, o simplemente será otra oportunidad para que una multinacional se lleve las ganancias a otro lado? ¡Déjenme saber sus opiniones en el foro!
Para ponerlos al tanto, FIFCO acaba de firmar un acuerdo con Heineken para venderles el 75% de Distribuidora La Florida S.A., donde Heineken ya tenía un pedacito. Esto significa que ahora los holandeses tendrán el control total de las operaciones de bebidas, alimentos y hasta esas tienditas cómodas que tenemos en cada esquina, principalmente en Costa Rica, Guatemala, El Salvador y Honduras. En México también le agarran con fuerza, además de tener cositas en Nicaragua y Panamá.
Y ni hablar de los activos que implica esto, pura vaina valiosa. Se llevan FIFCO México, donde producen esos refrescos listos para tomar que tanto le gustan a la gente; también tienen un buen ojo puesto en Nicaraguan Brewing Holding (NBH) S.A., que controla gran parte de Inversiones Cerveceras Centroamericanas S.A. (INCECA), la casa matriz de la Compañía Cervecera de Nicaragua. Además, ¡le dan con todo a Cervecería Panamá S.A.! Pero eso no es todo, porque también se quedan con Musmanni, esas panaderías que han visto pasar generaciones, y con la cadena MUSI, esas tiendas de conveniencia que siempre te rescatan cuando te entra el antojo de algo rápido.
¿Pero qué queda para nosotros, los fieles consumidores de Imperial y Rocky Mountain? Tranquilos, FIFCO no desaparece por completo. Van a seguir manejando sus hoteles, sus proyectos de construcción y su participación en COMEGUA, la fábrica de vidrio que nos provee de botellas para todos nuestros bretes. También se mantienen en la Bolsa Nacional de Valores, demostrando que siguen comprometidos con la transparencia, aunque ya no sean los mismos de antes, ¿eh?
Wilhelm Steinvorth, el presidente de la junta directiva de FIFCO, dice que este trato es un honor y que fortalecen su alianza con Heineken, que lleva más de 23 años. Según él, esto abrirá puertas para que nuestras marcas, como Imperial, crezcan aún más y lleguen a nuevos mercados. “Hoy nos enorgullece dar este paso adelante con una empresa admirada, que respeta nuestra identidad cultural y ofrece una plataforma global”, declaró con toda la solemnidad.
La verdad, hay que darle crédito a FIFCO por haber construido un imperio tan grande durante tantos años. Han sabido adaptarse a los cambios y crear productos que forman parte de nuestra cultura. Verlos ceder el control a una empresa extranjera es medio agridulce, como comerse un churro con chocolate amargo. Heineken, por supuesto, trae consigo su experiencia internacional y recursos que podrían ayudar a mejorar la calidad de nuestros productos y expandirnos a otros países. Aunque algunos maes dirían que esto es como irse al traste, perdiendo un poco de nuestro sello tico…
Por ahora, todo depende de que las autoridades regulatorias le den el visto bueno a este changarro. Eso podría pasar en el primer semestre del próximo año, si todo va bien. Mientras tanto, FIFCO promete mantener las cosas funcionando sin problemas para todos los trabajadores, clientes y proveedores. Ya saben, la continuidad es clave para no jalarse una torta en medio de esta transición. BofA Securities y Latham & Watkins LLP fueron los asesores legales y financieros en este asunto, para que vean la magnitud del brete.
Bueno, pues ahí lo tienen, la historia resumida. Un capítulo importante en la vida empresarial de Costa Rica llega a su fin. Ahora me pregunto, ¿creerán ustedes que esta adquisición beneficiará realmente a nuestros consumidores y a la economía nacional, o simplemente será otra oportunidad para que una multinacional se lleve las ganancias a otro lado? ¡Déjenme saber sus opiniones en el foro!