¡Ay, Dios mío, qué movida! Resulta que don José María Figueres Olsen anda soltando veneno en redes sociales justo en el día de la Abolición del Ejército. No es novedad que el mae siempre ha tenido relación con estos temas, pero esta vez salió con un discurso que prende candela y te deja pensando si estamos listos para otra revolución, pero ya de otro tipo.
Como bien sabemos, hoy Costa Rica celebra 77 añitos desde que mi papá, Don Pepe Figueres Ferrer, le dio el ‘mazazo’ al cuartel Bellavista, acabando así con las fuerzas armadas. Una jugada maestra que definió nuestra identidad como país, dejando atrás la guerra y apostando por la paz y la inversión social. Y ahora, su hijo, José María, retoma ese legado, pero con un giro moderno y sorprendente.
En su mensaje, el exmandatario no solo recordó la importancia de la abolición militar, sino que también propuso una idea radical: ¡abolir el uso del petróleo! Sí, así como lo lees. Según él, podríamos reemplazar los combustibles fósiles con energías renovables, impulsando un nuevo capítulo de desarrollo sostenible para Costa Rica. Imagínate, un país 100% verde, alimentado por el sol, el viento y el agua... ¡una verdadera utopía!
Algunos puristas dirán que comparar la abolición del ejército con la eliminación del petróleo es como comparar peras con manzanas. Que ambos son procesos complejos con desafíos diferentes. Pero otros, y yo me incluyo, ven en la propuesta de Figueres una visión audaz y necesaria para enfrentar los retos del siglo XXI. Porque, seamos honestos, la dependencia del petróleo nos tiene atados a intereses extranjeros y contamina nuestro planeta.
Claro que la transición hacia un sistema energético renovable no será fácil ni barata. Requiere inversiones masivas, cambios tecnológicos y, sobre todo, voluntad política. Además, hay que considerar el impacto social en las comunidades que dependen del sector petrolero. Pero, como decía mi abu, “quien quiere celeste, que espere lluvia”. Si queremos un futuro mejor para nuestros hijos y nietos, debemos estar dispuestos a asumir riesgos y romper paradigmas.
Muchos recuerdan que la abolición del ejército no fue un camino de rosas. Hubo resistencia interna, críticas internacionales y temor a perder soberanía. Pero Don Pepe perseveró y demostró que un país puede prosperar sin necesidad de tener armas. Ahora, Figueres plantea un desafío similar: convencer a la sociedad y al gobierno de que podemos vivir sin petróleo. ¡Qué brete!
Y hablando de retos, no podemos olvidar que Costa Rica enfrenta otras luchas importantes en materia ambiental. La deforestación, la contaminación de ríos y mares, la pérdida de biodiversidad… Todos estos problemas requieren soluciones urgentes y medidas drásticas. Quizás, la propuesta de Figueres sirva como catalizador para despertar conciencias y acelerar la transición hacia una economía más verde y justa.
Ahora, cuéntame, tú, ¿qué piensas de la propuesta de Figueres? ¿Crees que Costa Rica está lista para abolir el petróleo y abrazar un futuro energético renovable? ¿Será este el próximo ‘mazazo’ que definirá nuestra identidad como nación progresista y comprometida con el medio ambiente? ¡Déjame saber tu opinión en los comentarios!
Como bien sabemos, hoy Costa Rica celebra 77 añitos desde que mi papá, Don Pepe Figueres Ferrer, le dio el ‘mazazo’ al cuartel Bellavista, acabando así con las fuerzas armadas. Una jugada maestra que definió nuestra identidad como país, dejando atrás la guerra y apostando por la paz y la inversión social. Y ahora, su hijo, José María, retoma ese legado, pero con un giro moderno y sorprendente.
En su mensaje, el exmandatario no solo recordó la importancia de la abolición militar, sino que también propuso una idea radical: ¡abolir el uso del petróleo! Sí, así como lo lees. Según él, podríamos reemplazar los combustibles fósiles con energías renovables, impulsando un nuevo capítulo de desarrollo sostenible para Costa Rica. Imagínate, un país 100% verde, alimentado por el sol, el viento y el agua... ¡una verdadera utopía!
Algunos puristas dirán que comparar la abolición del ejército con la eliminación del petróleo es como comparar peras con manzanas. Que ambos son procesos complejos con desafíos diferentes. Pero otros, y yo me incluyo, ven en la propuesta de Figueres una visión audaz y necesaria para enfrentar los retos del siglo XXI. Porque, seamos honestos, la dependencia del petróleo nos tiene atados a intereses extranjeros y contamina nuestro planeta.
Claro que la transición hacia un sistema energético renovable no será fácil ni barata. Requiere inversiones masivas, cambios tecnológicos y, sobre todo, voluntad política. Además, hay que considerar el impacto social en las comunidades que dependen del sector petrolero. Pero, como decía mi abu, “quien quiere celeste, que espere lluvia”. Si queremos un futuro mejor para nuestros hijos y nietos, debemos estar dispuestos a asumir riesgos y romper paradigmas.
Muchos recuerdan que la abolición del ejército no fue un camino de rosas. Hubo resistencia interna, críticas internacionales y temor a perder soberanía. Pero Don Pepe perseveró y demostró que un país puede prosperar sin necesidad de tener armas. Ahora, Figueres plantea un desafío similar: convencer a la sociedad y al gobierno de que podemos vivir sin petróleo. ¡Qué brete!
Y hablando de retos, no podemos olvidar que Costa Rica enfrenta otras luchas importantes en materia ambiental. La deforestación, la contaminación de ríos y mares, la pérdida de biodiversidad… Todos estos problemas requieren soluciones urgentes y medidas drásticas. Quizás, la propuesta de Figueres sirva como catalizador para despertar conciencias y acelerar la transición hacia una economía más verde y justa.
Ahora, cuéntame, tú, ¿qué piensas de la propuesta de Figueres? ¿Crees que Costa Rica está lista para abolir el petróleo y abrazar un futuro energético renovable? ¿Será este el próximo ‘mazazo’ que definirá nuestra identidad como nación progresista y comprometida con el medio ambiente? ¡Déjame saber tu opinión en los comentarios!
