¡Ay, Dios mío! Este país nos da sustos de todas clases. Resulta que el compañero fiscal, el que andaba atendiendo casos en la zona sur, tuvo un encontronazo feísimo en el Cerro de la Muerte la semana pasada. Dicen que cayó a un abismo de unos 20 metros. ¡Imagínate el cosito!
Según el Ministerio Público, el muchacho iba camino a resolver un tema legal allá abajo cuando pasó lo inesperado. Aparentemente, todo estaba controlado y los papeles del caso seguían avanzando nomás, porque ahí sí, la oficina movió sus contrapesos internos pa’ que nadie sintiera el pinchazo. Ya saben, así funciona la cosa, tratando de mantener todo funcionando pese a los inconvenientes.
Lo que más preocupa es cómo se puede ir tan rápido a guindar en esas curvas peligrosas. La gente del lugar anda comentando que la carretera del Cerro de la Muerte siempre ha sido un brete, especialmente en días de lluvia o neblina. Parece que los arreglos nunca son suficientes, y eso pone en riesgo a cualquiera que se aventure por ahí, fiscales, conductores particulares, autobuses... ¡todo el mundo!
Testigos dijeron que el conductor, en este caso nuestro colega fiscal, perdió el control del carro. Dicen que el picop entró en la curva de Pinera, una de las más conocidas por ser traicioneras, y pum, directo al vacío. Menos mal que llegó la Cruz Roja rapidito y lo rescataron para llevarlo al hospital; dicen que estaba en condición delicada, pero afortunadamente parece que va agarrándole fuerza.
Ahora, la Fiscalía asegura que lo primordial es que el compañero se recupere pronto, claro. Pero también recalcan que tienen que seguir atendiendo los casos pendientes, porque sino, ¡qué torta! Se acumularían los problemas y la gente quedaría esperando justicia indefinidamente. Ahí sí, hay que moverle al asunto con toda la energía.
Los oficiales de tránsito ya están investigando qué causó el percance, si fue un fallo mecánico, distracción del conductor, o simplemente las malas condiciones de la carretera. Han prometido remover el carro, que seguro está hecho pedazos, pero eso toma tiempo, imagínate tener que bajar eso del precipicio. Además, quieren analizar a fondo todo para evitar que le pase lo mismo a otro.
Y hablando de seguridad vial, ¿cuántas veces hemos tenido que frenar en seco por esos baches y curvas cerradas del Cerro de la Muerte? La verdad es que es un peligro constante, y aunque hay señales y límites de velocidad, a veces no son suficientes. Necesitamos que las autoridades pongan más empeño en mejorar las carreteras, porque perder vidas humanas por culpa de un mal camino, ¡eso sí que no hay justificación posible!
Este lamentable suceso nos lleva a pensar: ¿Debería el Estado invertir más recursos en mejorar la infraestructura vial en zonas de alto riesgo como el Cerro de la Muerte, priorizando la seguridad de los funcionarios públicos y, sobre todo, de todos los ciudadanos que transitan por estas rutas?
Según el Ministerio Público, el muchacho iba camino a resolver un tema legal allá abajo cuando pasó lo inesperado. Aparentemente, todo estaba controlado y los papeles del caso seguían avanzando nomás, porque ahí sí, la oficina movió sus contrapesos internos pa’ que nadie sintiera el pinchazo. Ya saben, así funciona la cosa, tratando de mantener todo funcionando pese a los inconvenientes.
Lo que más preocupa es cómo se puede ir tan rápido a guindar en esas curvas peligrosas. La gente del lugar anda comentando que la carretera del Cerro de la Muerte siempre ha sido un brete, especialmente en días de lluvia o neblina. Parece que los arreglos nunca son suficientes, y eso pone en riesgo a cualquiera que se aventure por ahí, fiscales, conductores particulares, autobuses... ¡todo el mundo!
Testigos dijeron que el conductor, en este caso nuestro colega fiscal, perdió el control del carro. Dicen que el picop entró en la curva de Pinera, una de las más conocidas por ser traicioneras, y pum, directo al vacío. Menos mal que llegó la Cruz Roja rapidito y lo rescataron para llevarlo al hospital; dicen que estaba en condición delicada, pero afortunadamente parece que va agarrándole fuerza.
Ahora, la Fiscalía asegura que lo primordial es que el compañero se recupere pronto, claro. Pero también recalcan que tienen que seguir atendiendo los casos pendientes, porque sino, ¡qué torta! Se acumularían los problemas y la gente quedaría esperando justicia indefinidamente. Ahí sí, hay que moverle al asunto con toda la energía.
Los oficiales de tránsito ya están investigando qué causó el percance, si fue un fallo mecánico, distracción del conductor, o simplemente las malas condiciones de la carretera. Han prometido remover el carro, que seguro está hecho pedazos, pero eso toma tiempo, imagínate tener que bajar eso del precipicio. Además, quieren analizar a fondo todo para evitar que le pase lo mismo a otro.
Y hablando de seguridad vial, ¿cuántas veces hemos tenido que frenar en seco por esos baches y curvas cerradas del Cerro de la Muerte? La verdad es que es un peligro constante, y aunque hay señales y límites de velocidad, a veces no son suficientes. Necesitamos que las autoridades pongan más empeño en mejorar las carreteras, porque perder vidas humanas por culpa de un mal camino, ¡eso sí que no hay justificación posible!
Este lamentable suceso nos lleva a pensar: ¿Debería el Estado invertir más recursos en mejorar la infraestructura vial en zonas de alto riesgo como el Cerro de la Muerte, priorizando la seguridad de los funcionarios públicos y, sobre todo, de todos los ciudadanos que transitan por estas rutas?