¡Ay, Dios mío! Qué cosa más macabra. El caso del incendio en el hotel del centro sigue dando vuelta y vueltas, y parece que vamos descubriendo cosas más turbias de a poquito. Resulta que el tipo que tienen preso, don Hernández Pérez, no era alguien que pasaba por acá por casualidad, ¡no, señor! Tenía una rutincita bien marcada para venir a la capital, buscar unas ‘chambitas’ rápidas y tirarse unos tragos.
Según fuentes cercanas a la investigación, este señor era bastante conocido en el casco central. No andaba rondando como turista, él sabía dónde ir, qué pedir y cómo moverse por estos barrios. Se hospeda en hoteles de esos baratillos, donde uno sabe que no va a encontrar lujos, pero sí un techo pa’ dormir y eso. Y bueno, luego directo a echarse unos cuantos guzzas, pa' quitarse el estrés, imagínate.
El Juez Penal ya le dio un mes de prisión preventiva, porque la Fiscalía dice que hay cositas raras que lo meten directamente en el ojo del huracán. Dicen que ese patrón de visitas a San José y sus gustos por los lugares de poca monta, le dieron a los investigadores una pista clara de dónde buscarlo cuando pasó el incendio. Además, claro, que en la habitación donde empezó el fuego solo había un mae, y don Hernández Pérez encajaba perfecto en el perfil.
Y lo peor de todo, señores, es que el incendio no fue un desafortunado accidente. El OIJ y el cuerpo de bomberos ya confirmaron que alguien prendió fuego al hotel con pura intención, usando líquido acelerante. Gasolina, aguarrás, creo que hasta usaron alcohol, ¡qué barbaridad! Uno se queda pensando qué clase de odio puede llevar a alguien a hacer algo así.
Ahora, la pregunta que todos nos hacemos es: ¿Por qué? ¿Quiénes eran esas pobres personas que murieron en el fuego? Hasta ahora, reconocimos a Don Gómez, una señora llamada Doña Segura y a Don Fonseca, todas personas que parecían vivir tranquilas ahí mismo. Nadie entiende por qué justo ellos fueron las víctimas de este acto tan cruel y despiadado. Parecen vidas normales, gente sencilla buscando apenas llegar a fin de mes...
En el OIJ están trabajando a marchas forzadas, entrevistando a vecinos, revisando cámaras de seguridad, buscando cualquier pista que les ayude a entender qué pasó realmente. Dicen que tienen varios testigos que vieron al sospechoso merodeando cerca del hotel días antes del incendio, pero todavía no saben si esas apariciones tienen algo que ver con el crimen.
Don Hernández Pérez, mientras tanto, está en la cárcel, esperando que la Fiscalía termine de juntarle las piezas del rompecabezas. La verdad es que este caso da escalofríos, no solo por la pérdida de vidas humanas, sino también por la frialdad con la que se cometió el delito. Nos deja un sabor amargo en la boca y nos hace preguntarnos qué estará pasando en la cabeza de un mae capaz de prenderle fuego a un hotel lleno de gente inocente. Este país cada día nos sorprende más, diay…
Con todo este panorama, me pregunto: ¿Ustedes creen que la justicia podrá sacar a la luz toda la verdad detrás de este horrible incidente, o este caso terminará archivándose como tantos otros en nuestro sistema judicial? Déjenme saber sus opiniones en los comentarios, ¡me interesa mucho leerlas!
Según fuentes cercanas a la investigación, este señor era bastante conocido en el casco central. No andaba rondando como turista, él sabía dónde ir, qué pedir y cómo moverse por estos barrios. Se hospeda en hoteles de esos baratillos, donde uno sabe que no va a encontrar lujos, pero sí un techo pa’ dormir y eso. Y bueno, luego directo a echarse unos cuantos guzzas, pa' quitarse el estrés, imagínate.
El Juez Penal ya le dio un mes de prisión preventiva, porque la Fiscalía dice que hay cositas raras que lo meten directamente en el ojo del huracán. Dicen que ese patrón de visitas a San José y sus gustos por los lugares de poca monta, le dieron a los investigadores una pista clara de dónde buscarlo cuando pasó el incendio. Además, claro, que en la habitación donde empezó el fuego solo había un mae, y don Hernández Pérez encajaba perfecto en el perfil.
Y lo peor de todo, señores, es que el incendio no fue un desafortunado accidente. El OIJ y el cuerpo de bomberos ya confirmaron que alguien prendió fuego al hotel con pura intención, usando líquido acelerante. Gasolina, aguarrás, creo que hasta usaron alcohol, ¡qué barbaridad! Uno se queda pensando qué clase de odio puede llevar a alguien a hacer algo así.
Ahora, la pregunta que todos nos hacemos es: ¿Por qué? ¿Quiénes eran esas pobres personas que murieron en el fuego? Hasta ahora, reconocimos a Don Gómez, una señora llamada Doña Segura y a Don Fonseca, todas personas que parecían vivir tranquilas ahí mismo. Nadie entiende por qué justo ellos fueron las víctimas de este acto tan cruel y despiadado. Parecen vidas normales, gente sencilla buscando apenas llegar a fin de mes...
En el OIJ están trabajando a marchas forzadas, entrevistando a vecinos, revisando cámaras de seguridad, buscando cualquier pista que les ayude a entender qué pasó realmente. Dicen que tienen varios testigos que vieron al sospechoso merodeando cerca del hotel días antes del incendio, pero todavía no saben si esas apariciones tienen algo que ver con el crimen.
Don Hernández Pérez, mientras tanto, está en la cárcel, esperando que la Fiscalía termine de juntarle las piezas del rompecabezas. La verdad es que este caso da escalofríos, no solo por la pérdida de vidas humanas, sino también por la frialdad con la que se cometió el delito. Nos deja un sabor amargo en la boca y nos hace preguntarnos qué estará pasando en la cabeza de un mae capaz de prenderle fuego a un hotel lleno de gente inocente. Este país cada día nos sorprende más, diay…
Con todo este panorama, me pregunto: ¿Ustedes creen que la justicia podrá sacar a la luz toda la verdad detrás de este horrible incidente, o este caso terminará archivándose como tantos otros en nuestro sistema judicial? Déjenme saber sus opiniones en los comentarios, ¡me interesa mucho leerlas!