¡Aguántense!, ¡qué chiva la nota! El Hotel Grano de Oro, ese clásico capitalino que le da sabor a San José, acaba de meter un clavazo gigante en el mundo del turismo. Resulta que los lectores de Condé Nast Traveler, esos paladares finos que saben de hoteles, lo pusieron noveno en la lista de los mejores de Centroamérica y el Caribe. ¡Eso sí es saber vivir!
Si te has perdido en la maraña de premios y reconocimientos, básicamente esto significa que el Grano de Oro no es cualquier hotelito. Hablamos de un Readers' Choice Award 2025, un galardón que pesa tanto como un café bien cargado a media mañana. No cualquiera lo recibe, mami, así que llévenle agua al hotel, que se merecen toda la celebración.
Desde hace más de tres décadas, el Granillo –como muchos lo conocemos– ha estado trabajando como burro para darle lo mejor a sus visitantes. No es solo tener unas habitaciones bonitas y cómodas; es crear una experiencia, dejar una huella, como dirían ellos mismos. Se nota que le echan ganas y eso se traduce en resultados, ¡y vaya si se traduce!
Y ojo, que esto no es un premio regalado ni nada. Según la administración del hotel, los lectores de Condé Nast Traveler destacaron ese balance perfecto entre la elegancia y la cercanía. Imagínate, un lugar con historia, arquitectura victoreana de película, comida rica que te hace bailar salsa y un servicio tan personalizado que sientes que estás en casa de la abuela... ¡pero con WiFi y aire acondicionado, claro está!
Pero la cosa va más allá de un simple premio para el hotel. Esto es bueno para todos nosotros, para Costa Rica. Ciro De Angelis, quien anda en los mandamases del Grano de Oro, lo dijo claro: este reconocimiento habla de la madurez del turismo boutique y sostenible en nuestro país. Ya no somos solamente playas y monos, sino también un destino que ofrece experiencias auténticas y de alta calidad. ¡Le vamos a sacar pecho al mundo entero!
¿Se imaginan? Un hotel tico, pequeño y familiar, compitiendo con gigantes internacionales y ganándose un lugar entre los mejores. Eso demuestra que podemos competirles, que tenemos talento y que sabemos hacer las cosas bien. Ojalá otros negocios tomen ejemplo y pongan el mismo cariño y empeño en lo que hacen. Más que un hotel, el Grano de Oro es un ejemplo de cómo cuidar los detalles y apostar por la calidad.
El equipo del hotel no se andaba con rodeos al hablar de lo que les motivó a llegar a este punto. Dijeron que cada colaborador considera atender al público como un verdadero privilegio. En otras palabras, la amabilidad y la atención personalizada no son solo parte del protocolo, sino una forma de vida. Invierten en su gente, dicen, porque creen que ahí está la clave de la excelencia. ¡Y parece que tenían razón!
Así que, amigos, ¿creen que este reconocimiento abre paso a más hoteles boutique costarricenses para brillar a nivel internacional? ¿Será el Grano de Oro el pionero de una nueva era dorada para el turismo nacional? Déjenme saber qué piensan en los comentarios, ¡yo quiero escuchar sus opiniones!
Si te has perdido en la maraña de premios y reconocimientos, básicamente esto significa que el Grano de Oro no es cualquier hotelito. Hablamos de un Readers' Choice Award 2025, un galardón que pesa tanto como un café bien cargado a media mañana. No cualquiera lo recibe, mami, así que llévenle agua al hotel, que se merecen toda la celebración.
Desde hace más de tres décadas, el Granillo –como muchos lo conocemos– ha estado trabajando como burro para darle lo mejor a sus visitantes. No es solo tener unas habitaciones bonitas y cómodas; es crear una experiencia, dejar una huella, como dirían ellos mismos. Se nota que le echan ganas y eso se traduce en resultados, ¡y vaya si se traduce!
Y ojo, que esto no es un premio regalado ni nada. Según la administración del hotel, los lectores de Condé Nast Traveler destacaron ese balance perfecto entre la elegancia y la cercanía. Imagínate, un lugar con historia, arquitectura victoreana de película, comida rica que te hace bailar salsa y un servicio tan personalizado que sientes que estás en casa de la abuela... ¡pero con WiFi y aire acondicionado, claro está!
Pero la cosa va más allá de un simple premio para el hotel. Esto es bueno para todos nosotros, para Costa Rica. Ciro De Angelis, quien anda en los mandamases del Grano de Oro, lo dijo claro: este reconocimiento habla de la madurez del turismo boutique y sostenible en nuestro país. Ya no somos solamente playas y monos, sino también un destino que ofrece experiencias auténticas y de alta calidad. ¡Le vamos a sacar pecho al mundo entero!
¿Se imaginan? Un hotel tico, pequeño y familiar, compitiendo con gigantes internacionales y ganándose un lugar entre los mejores. Eso demuestra que podemos competirles, que tenemos talento y que sabemos hacer las cosas bien. Ojalá otros negocios tomen ejemplo y pongan el mismo cariño y empeño en lo que hacen. Más que un hotel, el Grano de Oro es un ejemplo de cómo cuidar los detalles y apostar por la calidad.
El equipo del hotel no se andaba con rodeos al hablar de lo que les motivó a llegar a este punto. Dijeron que cada colaborador considera atender al público como un verdadero privilegio. En otras palabras, la amabilidad y la atención personalizada no son solo parte del protocolo, sino una forma de vida. Invierten en su gente, dicen, porque creen que ahí está la clave de la excelencia. ¡Y parece que tenían razón!
Así que, amigos, ¿creen que este reconocimiento abre paso a más hoteles boutique costarricenses para brillar a nivel internacional? ¿Será el Grano de Oro el pionero de una nueva era dorada para el turismo nacional? Déjenme saber qué piensan en los comentarios, ¡yo quiero escuchar sus opiniones!