¡Ay, Dios mío! La H3N2 está dando qué lata, ¿eh? Las autoridades de Salud nos estaban avisando desde antes de Navidad, pero parece que algunos todavía andaban pensando en los regalos. Ahora la cosa se puso seria y ya estamos viendo a gente resfriada por todos lados. No es que sea una catástrofe, pero vamos, que no hay que andar relajados porque le va a tocar trabajarle al sistema sanitario.
Resulta que esta variante, el subclado K pa’ ser exactos, se anda paseando por el país con ganas. Lo más raro es que vino tempranito, mucho antes de lo que normalmente llegaría, y se propaga como reguero de pólvora. Los médicos dicen que en otros lugares del mundo la cosa está más fea, así que nos conviene agarrarle la espina dorsal, diay.
Pero bueno, no todos somos iguales ante esta vareta. Según los expertos, hay unos cuantos que tienen que cuidarse el pelo más que nadie. Primero, los abuelitos, esos mae que ya tienen la edad donde el cuerpo no responde igual. Con los achaques que ya traen encima, una gripe así les puede complicar la existencia bastante.
Luego vienen los chiquitos, esos tesoritos menores de cinco años. Sus cuerpos todavía están aprendiendo a defenderse y cualquier cosa los pone pa’l lote. Un resfrío normal ya es suficiente para mandarlos a casa, imagínate esto que está echando humo. ¡Qué cuidado!
Después, los que padecen alguna enfermedad crónica, como la diabetes, problemas al corazón o al pulmón. Estos mae ya tienen una carga que cargar y la influenza viene a sumar trabajo. No es que vayan a morir, pero sí es más probable que terminen internados y con complicaciones, ¿me entienden?
Y ni hablar de las futuras mamás. El embarazo ya es un brete aparte, con todos los cambios hormonales y el esfuerzo extra que hacen sus cuerpos. Una gripe encima les puede traer líos considerables. Por eso es que las autoridades insisten tanto en que se protejan.
Ahora, la pregunta que todos nos hacemos: ¿qué podemos hacer nosotros para no acabar en el consultorio? Pues, lo básico, chunches. Lavarnos las manos seguido, taparnos la boca cuando tosemos o estornudamos, evitar ir a lugares llenos de gente si nos sentimos feos y, sobre todo, ¡vacunarnos! Sí, señores, la vacuna sigue siendo la mejor herramienta que tenemos para defendernos de esta cosa. Aunque cambie la gripe año con año, la vaina te da una protección considerable.
En fin, la situación no es alarmante, pero tampoco para andar despreocupados. Hay que tomar precauciones, informarse bien y, sobre todo, vacunarse si pertenecemos a alguno de los grupos de riesgo. Pero me pregunto, ¿ustedes creen que el gobierno debería hacer campañas más agresivas para promover la vacunación o es responsabilidad individual de cada quien cuidar su salud?
Resulta que esta variante, el subclado K pa’ ser exactos, se anda paseando por el país con ganas. Lo más raro es que vino tempranito, mucho antes de lo que normalmente llegaría, y se propaga como reguero de pólvora. Los médicos dicen que en otros lugares del mundo la cosa está más fea, así que nos conviene agarrarle la espina dorsal, diay.
Pero bueno, no todos somos iguales ante esta vareta. Según los expertos, hay unos cuantos que tienen que cuidarse el pelo más que nadie. Primero, los abuelitos, esos mae que ya tienen la edad donde el cuerpo no responde igual. Con los achaques que ya traen encima, una gripe así les puede complicar la existencia bastante.
Luego vienen los chiquitos, esos tesoritos menores de cinco años. Sus cuerpos todavía están aprendiendo a defenderse y cualquier cosa los pone pa’l lote. Un resfrío normal ya es suficiente para mandarlos a casa, imagínate esto que está echando humo. ¡Qué cuidado!
Después, los que padecen alguna enfermedad crónica, como la diabetes, problemas al corazón o al pulmón. Estos mae ya tienen una carga que cargar y la influenza viene a sumar trabajo. No es que vayan a morir, pero sí es más probable que terminen internados y con complicaciones, ¿me entienden?
Y ni hablar de las futuras mamás. El embarazo ya es un brete aparte, con todos los cambios hormonales y el esfuerzo extra que hacen sus cuerpos. Una gripe encima les puede traer líos considerables. Por eso es que las autoridades insisten tanto en que se protejan.
Ahora, la pregunta que todos nos hacemos: ¿qué podemos hacer nosotros para no acabar en el consultorio? Pues, lo básico, chunches. Lavarnos las manos seguido, taparnos la boca cuando tosemos o estornudamos, evitar ir a lugares llenos de gente si nos sentimos feos y, sobre todo, ¡vacunarnos! Sí, señores, la vacuna sigue siendo la mejor herramienta que tenemos para defendernos de esta cosa. Aunque cambie la gripe año con año, la vaina te da una protección considerable.
En fin, la situación no es alarmante, pero tampoco para andar despreocupados. Hay que tomar precauciones, informarse bien y, sobre todo, vacunarse si pertenecemos a alguno de los grupos de riesgo. Pero me pregunto, ¿ustedes creen que el gobierno debería hacer campañas más agresivas para promover la vacunación o es responsabilidad individual de cada quien cuidar su salud?
