Bueno, maes, se acabó el misterio en el Banco de Costa Rica. Después de un buen rato de dimes y diretes, ya la Junta Directiva soltó el nombre del nuevo mandamás: Julio César Trejos. Y no es un nombramiento para salir del paso, ojo: el señor se amarra al puesto por los próximos seis años. Casi nada. Para los que no están muy metidos en la vara, esto es importante porque el BCR es un chunche gigantesco en la economía del país, y quien esté al mando tiene un poder enorme para mover las fichas, para bien o para mal. Así que, sí, es una noticia que nos debería importar a todos, desde el que tiene un crédito hasta el que solo usa SINPE para pagar el almuerzo.
Lo que me parece más interesante de toda esta movida no es solo el quién, sino el cómo. Según el comunicado oficial, esto no fue que lo pusieron a dedo, por si alguien ya estaba afilando el cuchillo. La vara es que se mandaron con un proceso de contratación pública y le dieron el brete de buscar al candidato a una empresa llamada Doris Peters & Asociados. O sea, pusieron a una firma externa a diseñar todas las pruebas y filtros para encontrar a la persona más carga para el puesto. Esto, en el papel, suena bastante bien. Le da un aire de transparencia a un proceso que en otros tiempos podría haber sido un simple cambio de cromos entre compas. Es un buen punto de partida, al menos para no empezar con el pie izquierdo.
La presidenta de la Junta Directiva, Mahity Flores, tiró la típica declaración corporativa, pero si uno lee entre líneas, se cacha lo que andaban buscando. Habló de “altos estándares de competitividad”, “orientación a resultados”, “visión estratégica” y “liderazgo ejemplar”. Traducido al tico: no querían un hablador de paja. Buscaban un mae que de verdad supiera para dónde va el chunche, que supiera manejar equipos y que, sobre todo, diera resultados tangibles. ¡Qué nivel de filtros, la verdad! Porque seamos honestos, manejar un monstruo como el BCR, con toda la reglamentación nacional e internacional encima, no es cualquier cosa. No estamos hablando de administrar una pulpería, con todo respeto para los pulperos.
Ahora, el verdadero reto para don Julio César empieza ya. Seis años es un platal de tiempo, mae. Le da chance de sobra para implementar una visión a largo plazo, pero también significa que le van a tocar varias papas calientes. La banca está cambiando a una velocidad brutal. Tenemos a las fintechs mordiéndole los talones a los bancos tradicionales, la presión por digitalizar absolutamente todo, la ciberseguridad que es un dolor de cabeza constante y, por supuesto, el panorama económico del país que siempre es una montaña rusa. El mae tiene que mantener la solidez que promete el banco, pero también tiene que jugársela con la innovación si no quiere que el BCR se convierta en un dinosaurio. Es un balance súper delicado.
Al final, este nombramiento parece una jugada calculada y seria por parte de la Junta Directiva. Se tomaron su tiempo, montaron un proceso que se ve robusto y eligieron a alguien con un contrato a largo plazo para darle estabilidad al asunto. La intención parece buena, pero como siempre decimos en este foro, del dicho al hecho hay mucho trecho. Habrá que darle tiempo a Trejos para ver si de verdad cumple con las expectativas y si logra navegar las aguas turbulentas que de fijo se le vienen. Por ahora, es un capítulo nuevo para uno de los bancos más emblemáticos del país. Ahora, la pregunta del millón para el foro: ¿Qué es lo primero que le pedirían ustedes al nuevo gerente del BCR? ¿Mejores tasas, una app que no se caiga, más innovación o que simplemente no se jale una torta?
Lo que me parece más interesante de toda esta movida no es solo el quién, sino el cómo. Según el comunicado oficial, esto no fue que lo pusieron a dedo, por si alguien ya estaba afilando el cuchillo. La vara es que se mandaron con un proceso de contratación pública y le dieron el brete de buscar al candidato a una empresa llamada Doris Peters & Asociados. O sea, pusieron a una firma externa a diseñar todas las pruebas y filtros para encontrar a la persona más carga para el puesto. Esto, en el papel, suena bastante bien. Le da un aire de transparencia a un proceso que en otros tiempos podría haber sido un simple cambio de cromos entre compas. Es un buen punto de partida, al menos para no empezar con el pie izquierdo.
La presidenta de la Junta Directiva, Mahity Flores, tiró la típica declaración corporativa, pero si uno lee entre líneas, se cacha lo que andaban buscando. Habló de “altos estándares de competitividad”, “orientación a resultados”, “visión estratégica” y “liderazgo ejemplar”. Traducido al tico: no querían un hablador de paja. Buscaban un mae que de verdad supiera para dónde va el chunche, que supiera manejar equipos y que, sobre todo, diera resultados tangibles. ¡Qué nivel de filtros, la verdad! Porque seamos honestos, manejar un monstruo como el BCR, con toda la reglamentación nacional e internacional encima, no es cualquier cosa. No estamos hablando de administrar una pulpería, con todo respeto para los pulperos.
Ahora, el verdadero reto para don Julio César empieza ya. Seis años es un platal de tiempo, mae. Le da chance de sobra para implementar una visión a largo plazo, pero también significa que le van a tocar varias papas calientes. La banca está cambiando a una velocidad brutal. Tenemos a las fintechs mordiéndole los talones a los bancos tradicionales, la presión por digitalizar absolutamente todo, la ciberseguridad que es un dolor de cabeza constante y, por supuesto, el panorama económico del país que siempre es una montaña rusa. El mae tiene que mantener la solidez que promete el banco, pero también tiene que jugársela con la innovación si no quiere que el BCR se convierta en un dinosaurio. Es un balance súper delicado.
Al final, este nombramiento parece una jugada calculada y seria por parte de la Junta Directiva. Se tomaron su tiempo, montaron un proceso que se ve robusto y eligieron a alguien con un contrato a largo plazo para darle estabilidad al asunto. La intención parece buena, pero como siempre decimos en este foro, del dicho al hecho hay mucho trecho. Habrá que darle tiempo a Trejos para ver si de verdad cumple con las expectativas y si logra navegar las aguas turbulentas que de fijo se le vienen. Por ahora, es un capítulo nuevo para uno de los bancos más emblemáticos del país. Ahora, la pregunta del millón para el foro: ¿Qué es lo primero que le pedirían ustedes al nuevo gerente del BCR? ¿Mejores tasas, una app que no se caiga, más innovación o que simplemente no se jale una torta?