¡Aguante! Parece que Hacienda anda buscando huesitos debajo de la piedra, y ahora les ha tocado a los que tienen sus dineros guardados afuera. Francisco Villalobos, ese negrito fino de ICS Consultores, le echó lupa al tema y nos trajo la onda: Hacienda quiere saber de dónde sacamos la plata para esas cuentitas en el extranjero, y vaya que están apretando a la gente.
El rollo es que Hacienda tiene acceso a toda la info de nuestras cuentas – corrientes, de inversión, custodia, hasta los seguros – que tenemos en bancos afuera. Entonces, empiezan a preguntar: ‘Explícame, chunche, cómo llegaste a tener tanto colón allá’. Se pone interesante, diay, porque no es una simple revisión, sino más bien una indirecta de que si no les gusta la respuesta, van a meterle mano con una auditoría completa. ¡Qué despiche!
Pero aquí viene la parte picante. Nuestro sistema tributario, como dice Villalobos, solo se interesa por las rentas que se generan dentro de Costa Rica, por el sudor de nuestra frente aquí trabajando o invirtiendo acá. Si la varita te llegó de un negocio en Miami o un terrenito en Orlando, la teoría es que ahí ya pagaste los impuestos. Lo complicado es probarlo, ¿verdad? Pues ahí es donde Hacienda necesita demostrar que esos fondos realmente vinieron de fuera y que, de alguna manera, intentamos esconderlos de ellos. ¡Qué torta!
Para poder defenderse, según los expertos, toca armar un buen expediente. Primero, hay que demostrar que esos fondos no tienen nada que ver con Costa Rica. Segundo, tienes que demostrar que pagaste los impuestos allá o, al menos, que no tenías la obligación de hacerlo. En otras palabras, demostrar que jugaste limpio, mae. No es fácil, claro, pero tampoco es imposible si tienes todo en regla.
Según la ley, Hacienda no puede simplemente asumir que todos los pesos en cuentas extranjeras son producto de malas prácticas. Necesitan pruebas, necesitan indicios sólidos. Lo ideal sería que iniciaran un proceso de determinación de oficio, pero solo si encuentran algo raro, una riqueza evidente que no cuadra con nuestros ingresos declarados aquí. Ahí sí podrían empezar a investigar a fondo y tratar de determinar si estamos evadiendo impuestos. Una vez hecho eso, y con evidencia comprobatoria firme, pueden pretender reclamar lo que consideran legítimamente suyo.
Ahora bien, ¿qué hacemos nosotros, la gente común, ante esta situación? La recomendación de Villalobos es clara: pónganse las pilas. Revisen sus inversiones y cuentas bancarias en el exterior, organicen bien la documentación, pidan historial de depósitos a sus bancos y asegúrense de que todo esté en orden. No solo para cumplir con Hacienda, sino también para evitar problemas futuros con herencias o cualquier otra eventualidad. Como dirían por ahí, “ordene la casa, por si nos llegan dos visitas que no queremos, pero no podemos evitar: el fisco y la muerte”.
Este brete nos recuerda que la transparencia es fundamental. Mantener registros claros y detallados de nuestras finanzas, tanto dentro como fuera del país, es la mejor defensa contra posibles reclamos. No se trata de ocultar nada, sino de estar preparados para demostrar que todo está en regla. Al final, la tranquilidad mental vale mucho más que cualquier ahorro de impuestos dudoso. Además, recuerden que la ley está diseñada para proteger a los contribuyentes honestos, así que no tengan miedo de ejercer sus derechos.
Con todo esto, queda claro que Hacienda tiene sus métodos, y nosotros tenemos que estar listos para enfrentarlos. Pero la clave está en la prevención y la organización. Así que, amigos, díganme… ¿Les preocupa esta movida de Hacienda o creen que es una exageración? ¿Han revisado sus cuentas en el exterior y están tranquilos con todo?
El rollo es que Hacienda tiene acceso a toda la info de nuestras cuentas – corrientes, de inversión, custodia, hasta los seguros – que tenemos en bancos afuera. Entonces, empiezan a preguntar: ‘Explícame, chunche, cómo llegaste a tener tanto colón allá’. Se pone interesante, diay, porque no es una simple revisión, sino más bien una indirecta de que si no les gusta la respuesta, van a meterle mano con una auditoría completa. ¡Qué despiche!
Pero aquí viene la parte picante. Nuestro sistema tributario, como dice Villalobos, solo se interesa por las rentas que se generan dentro de Costa Rica, por el sudor de nuestra frente aquí trabajando o invirtiendo acá. Si la varita te llegó de un negocio en Miami o un terrenito en Orlando, la teoría es que ahí ya pagaste los impuestos. Lo complicado es probarlo, ¿verdad? Pues ahí es donde Hacienda necesita demostrar que esos fondos realmente vinieron de fuera y que, de alguna manera, intentamos esconderlos de ellos. ¡Qué torta!
Para poder defenderse, según los expertos, toca armar un buen expediente. Primero, hay que demostrar que esos fondos no tienen nada que ver con Costa Rica. Segundo, tienes que demostrar que pagaste los impuestos allá o, al menos, que no tenías la obligación de hacerlo. En otras palabras, demostrar que jugaste limpio, mae. No es fácil, claro, pero tampoco es imposible si tienes todo en regla.
Según la ley, Hacienda no puede simplemente asumir que todos los pesos en cuentas extranjeras son producto de malas prácticas. Necesitan pruebas, necesitan indicios sólidos. Lo ideal sería que iniciaran un proceso de determinación de oficio, pero solo si encuentran algo raro, una riqueza evidente que no cuadra con nuestros ingresos declarados aquí. Ahí sí podrían empezar a investigar a fondo y tratar de determinar si estamos evadiendo impuestos. Una vez hecho eso, y con evidencia comprobatoria firme, pueden pretender reclamar lo que consideran legítimamente suyo.
Ahora bien, ¿qué hacemos nosotros, la gente común, ante esta situación? La recomendación de Villalobos es clara: pónganse las pilas. Revisen sus inversiones y cuentas bancarias en el exterior, organicen bien la documentación, pidan historial de depósitos a sus bancos y asegúrense de que todo esté en orden. No solo para cumplir con Hacienda, sino también para evitar problemas futuros con herencias o cualquier otra eventualidad. Como dirían por ahí, “ordene la casa, por si nos llegan dos visitas que no queremos, pero no podemos evitar: el fisco y la muerte”.
Este brete nos recuerda que la transparencia es fundamental. Mantener registros claros y detallados de nuestras finanzas, tanto dentro como fuera del país, es la mejor defensa contra posibles reclamos. No se trata de ocultar nada, sino de estar preparados para demostrar que todo está en regla. Al final, la tranquilidad mental vale mucho más que cualquier ahorro de impuestos dudoso. Además, recuerden que la ley está diseñada para proteger a los contribuyentes honestos, así que no tengan miedo de ejercer sus derechos.
Con todo esto, queda claro que Hacienda tiene sus métodos, y nosotros tenemos que estar listos para enfrentarlos. Pero la clave está en la prevención y la organización. Así que, amigos, díganme… ¿Les preocupa esta movida de Hacienda o creen que es una exageración? ¿Han revisado sus cuentas en el exterior y están tranquilos con todo?
