¡Ay, Dios mío, qué bronca! Lo que pasa en el fútbol tico es de película, papi. Ya no basta con echarle ganas en la cancha, ahora toca armar un ejército de abogados porque parece que alguien anda jugando sucio con la Federación. Esto del Herediano versus Liberia se salió de control, y vaya que se salió.
Todo empezó con el cierre agridulce del Torneo de Apertura 2025. Herediano, el campeón invicto, se quedó con las manos vacías viendo cómo Liberia, un equipo que venía de atrás, se metía a semifinales. Pero ahí no acabó la cosa, porque de pronto explotó la olla a presión con acusaciones fuertes, directas y con mucho picante.
Hancer Zúñiga, el gerente deportivo de Liberia, soltó la bomba en televisión nacional: "Osael Maroto tiene la Federación como una pulpería". ¡Imagínate el escándalo! Directamente acusando al presidente de la federación de vender favores y manipular resultados. Dicen que el mae se descontroló, pero bueno, la frustración se entiende, ¿no?
Y Jafet Soto, el técnico y presidente de Herediano, no tardó en responder. Con toda la calma del mundo, amenazó con demandar a Zúñiga por difamación. "Voy a sentar un precedente", dijo el dirigente rojiamarillo. "Ese señor va a conocer a mis abogados. Va a ir a un tribunal a demostrar que hago eso". ¡Uf, qué calenturientas!
Pero esto no terminó con amenazas legales. Soto reviró el tablero con una jugada maestra – algunos dirían maquiavélica – mandando a Shawn Johnson, el lateral cedido por Herediano a Liberia, de vuelta a casa. “Shawn Johnson vuelve a Herediano porque nosotros queremos. Así nos lo vamos a llevar”, sentenció Soto. ¡Cachete!, justo antes de que Liberia se enfrentara a Alajuelense en las semifinales. Imaginen la cara de los pamperos…
Este movimiento es un golpe duro para Liberia, que dependía mucho del juego de Johnson en la cancha. Pero también demuestra el poderío económico y político de Herediano. No importa que estén fuera de la liguilla final, siguen siendo un coloso en el fútbol tico, capaces de mover hilos desde la mesa de negociación o incluso desde la sala de juicios. Es evidente que esto es más que una simple disputa deportiva; es una guerra de egos y ambiciones.
Analistas deportivos comentan que esta situación pone en tela de juicio la integridad del fútbol tico. Se cuestiona la independencia de la FEDEFUTBOL y si realmente puede garantizar decisiones imparciales. El caso Liberia-Herediano abre una ventana a prácticas poco transparentes y a conflictos de intereses que podrían estar afectando el desarrollo del balompié nacional. Algunos incluso sugieren la necesidad de una reforma profunda en la estructura del fútbol costarricense, para evitar que situaciones así se repitan.
En fin, este diciembre se pinta de rojo en el fútbol tico. Las canchas quedaron en segundo plano mientras los dirigentes se miden en los tribunales. Mientras tanto, los aficionados seguimos boquiabiertos, preguntándonos: ¿Hasta dónde llegará esta pelea y quién saldrá victorioso? ¿Creen ustedes que esta polémica terminará limpiando el fútbol tico o simplemente profundizará la crisis de credibilidad que ya arrastra nuestro deporte?
Todo empezó con el cierre agridulce del Torneo de Apertura 2025. Herediano, el campeón invicto, se quedó con las manos vacías viendo cómo Liberia, un equipo que venía de atrás, se metía a semifinales. Pero ahí no acabó la cosa, porque de pronto explotó la olla a presión con acusaciones fuertes, directas y con mucho picante.
Hancer Zúñiga, el gerente deportivo de Liberia, soltó la bomba en televisión nacional: "Osael Maroto tiene la Federación como una pulpería". ¡Imagínate el escándalo! Directamente acusando al presidente de la federación de vender favores y manipular resultados. Dicen que el mae se descontroló, pero bueno, la frustración se entiende, ¿no?
Y Jafet Soto, el técnico y presidente de Herediano, no tardó en responder. Con toda la calma del mundo, amenazó con demandar a Zúñiga por difamación. "Voy a sentar un precedente", dijo el dirigente rojiamarillo. "Ese señor va a conocer a mis abogados. Va a ir a un tribunal a demostrar que hago eso". ¡Uf, qué calenturientas!
Pero esto no terminó con amenazas legales. Soto reviró el tablero con una jugada maestra – algunos dirían maquiavélica – mandando a Shawn Johnson, el lateral cedido por Herediano a Liberia, de vuelta a casa. “Shawn Johnson vuelve a Herediano porque nosotros queremos. Así nos lo vamos a llevar”, sentenció Soto. ¡Cachete!, justo antes de que Liberia se enfrentara a Alajuelense en las semifinales. Imaginen la cara de los pamperos…
Este movimiento es un golpe duro para Liberia, que dependía mucho del juego de Johnson en la cancha. Pero también demuestra el poderío económico y político de Herediano. No importa que estén fuera de la liguilla final, siguen siendo un coloso en el fútbol tico, capaces de mover hilos desde la mesa de negociación o incluso desde la sala de juicios. Es evidente que esto es más que una simple disputa deportiva; es una guerra de egos y ambiciones.
Analistas deportivos comentan que esta situación pone en tela de juicio la integridad del fútbol tico. Se cuestiona la independencia de la FEDEFUTBOL y si realmente puede garantizar decisiones imparciales. El caso Liberia-Herediano abre una ventana a prácticas poco transparentes y a conflictos de intereses que podrían estar afectando el desarrollo del balompié nacional. Algunos incluso sugieren la necesidad de una reforma profunda en la estructura del fútbol costarricense, para evitar que situaciones así se repitan.
En fin, este diciembre se pinta de rojo en el fútbol tico. Las canchas quedaron en segundo plano mientras los dirigentes se miden en los tribunales. Mientras tanto, los aficionados seguimos boquiabiertos, preguntándonos: ¿Hasta dónde llegará esta pelea y quién saldrá victorioso? ¿Creen ustedes que esta polémica terminará limpiando el fútbol tico o simplemente profundizará la crisis de credibilidad que ya arrastra nuestro deporte?