“Disparate peligroso”
Rafael Lara, Mauricio Miranda y José Adán Silva
END - 21:53 - 28/01/2008
Como un peligroso disparate, analizado desde varios puntos de vista por distintas instituciones nicaragüenses, fue calificada tanto la propuesta del presidente venezolano Hugo Chávez de conformar una alianza militar latinoamericana para defenderse de Estados Unidos, como la dócil aceptación de la misma por parte del mandatario nicaragüense Daniel Ortega.
El potencial de las fuerzas armadas de los países que conforman la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA) --Venezuela, Cuba, Bolivia y Nicaragua--, aun sumadas, es considerablemente inferior al poderío militar del ejército de los Estados Unidos, afirmó Roberto Cajina Leiva, asesor civil en temas de defensa y seguridad.
“Si sumás los recursos humanos y financieros de los países que conforman el grupo ALBA, y los contrastás con los recursos financieros y recursos humanos de Estados Unidos, es como poner a jugar a un equipo del barrio San Judas, de los que juegan con pelota de trapo, contra los Yankees de Nueva York o los Medias Rojas de Boston”, ironizó.
El disparate mayor
El pasado domingo, el presidente Chávez pidió a los países integrantes de la Alternativa Bolivariana para las Américas (Venezuela, Cuba, Bolivia, Nicaragua) crear una alianza militar para hacer frente a una hipotética agresión de Estados Unidos.
El mandatario venezolano hizo la propuesta durante el programa dominical “Aló Presidente”, al que asistió como invitado especial el presidente de Ortega.
“Vamos a encomendar que nos vayan preparando unos papeles de trabajo. Tenemos que tener una estrategia de defensa conjunta del ALBA. Deberíamos trabajar (...) para conformar una estrategia de defensa conjunta e ir articulando nuestras fuerzas armadas, aéreas, el ejército, la marina, la guardia nacional, las fuerzas de cooperación, los cuerpos de inteligencia, porque el enemigo es el mismo: el imperio de los Estados Unidos”, expresó.
Docilidad de Ortega
Por su parte, Ortega aceptó verbalmente y respondió que “tocar a Venezuela es incendiar la región. Tocar a Venezuela es tocar a toda América Latina”.
En ese contexto, el experto aseguró que “no hay posibilidad de establecer una fuerza de equilibrio estratégica” ante el país del norte.
También señaló que la propuesta de Chávez sería una inversión “casi innecesaria”, ya que en el continente americano actualmente están vigentes tratados y acuerdos jurídicos que contemplan la intervención de un país como apoyo ante una eventual agresión a otro Estado.
“El continente americano ya tiene un instrumento esencial para la defensa de los gobiernos, los Estados y los países de la región, que es el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, TIAR. Su esencia es que una agresión a cualquier Estado del continente es una agresión contra todos”, explicó.
“Pero también existe el Tratado Marco de Seguridad Democrática en Centroamérica, suscrito en diciembre de 1995, en Honduras, el cual reproduce ese principio que está en el TIAR. Entonces, todos los otros Estados tienen que apoyar al Estado agredido, así sea una agresión de una potencia extra regional, o de una potencia regional”, indicó Cajina.
IEEPP: “Ni pies ni cabeza”
Por su parte, Javier Meléndez, Director del Instituto de Estudios Estratégicos y Políticas Públicas (Ieepp), sostuvo que ya se había previsto una propuesta de consolidación de la relación militar entre Venezuela y Nicaragua, pero que no se esperaba que se estableciera en esos términos.
Advirtió que a diferencia de los países cooperantes como Estados Unidos y los europeos, en los que la ayuda es condicionada a un estricto escrutinio, Venezuela puede brindar dicho aporte sin ningún tipo de control político, y “eso no es conveniente”.
“Eso implica que hay ayuda militar que se puede dar de forma secreta, que se puede dar sin pedir consentimiento a nadie”, señaló, precisando que eso ocurre actualmente con la ayuda que Venezuela brinda a Nicaragua en materia petrolera, de la cual a la fecha nadie sabe con exactitud sus montos de utilidades y destinos de los recursos.
“No es conveniente, porque lo esencial en una democracia es que las fuerzas políticas y el gobierno coincidan sobre los intereses estratégicos del país”, indicó el analista, para quien la iniciativa de Chávez tiene más consecuencias políticas que militares, y afecta tanto al Ejército como a la imagen internacional de Nicaragua como país con vocación democrática y pacífica.
“Una alianza estratégica con Venezuela en esos términos no tiene ni pies ni cabeza”, señaló Meléndez, agregando que apoyar iniciativas con discursos de confrontación contra Estados Unidos más bien genera incertidumbre y abre recientes heridas de la guerra civil de los años 80.
Carta Magna
“Por otro lado, se podría agudizar la desconfianza del gobierno de Estados Unidos hacia el Ejército de Nicaragua, desconfianza que se había bajado en los últimos años”, reconoció el analista.
El preámbulo de la Constitución establece que “Nicaragua fundamenta sus Relaciones Internacionales en la amistad y solidaridad entre los pueblos y la reciprocidad entre los Estados. Por tanto, se inhibe y proscribe todo tipo de agresión política, militar, económica, cultural y religiosa, y la intervención en los asuntos internos de otros Estados”.
Además, “reconoce el principio de solución pacífica de las controversias internacionales por los medios que ofrece el derecho internacional, y proscribe el uso de armas nucleares y otros medios de destrucción masiva en conflictos internos e internacionales; asegura el asilo para los perseguidos políticos, y rechaza toda subordinación de un Estado respecto a otro”.
Heridas abiertas
“Yo, si volviera a nacer, no volvería a meterme a la guerra. Para nadie es conveniente, y andar hablando de guerrerismo eso ya pasó a la historia. Yo para mis hijos quiero otra cosa”, expresó William León Corea, coordinador de la Organización de Revolucionarios Discapacitados en Managua, ORD, sobre la propuesta de una alianza militar que hizo Chávez a Ortega.
Según León Corea, quien perdió la visión del ojo derecho, todo indicio de guerra debe ser erradicado, y considerar una guerra en Latinoamérica sería catastrófico.
Aunque consideró poco probable que Nicaragua envíe tropas a luchar por otro país, dijo que si bien hay que ser agradecidos con la ayuda venezolana, no ve viable que se paguen favores con sangre nicaragüense.
“Sólo los que hemos vivido el dolor de la guerra, estando en medio de ella, sabemos lo que es eso. Le pido a Dios que la guerra no vuelva, pues deja muchas lágrimas y gente mutilada”, expresó.
Datos de la Federación Nicaragüense de Organizaciones por la Rehabilitación e Integración (Feconori), indican que en Nicaragua el conflicto bélico de los ochenta por lo menos dejó a 20 mil lisiados de guerra y más de 50 mil muertos.
“Falta de seriedad”
Bayardo Izabá, Director del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos, Cenidh, dijo que el presidente Ortega “no es serio” al poner al Ejército de Nicaragua a disposición de Venezuela sin la mínima consulta.
“Ir a decir esto es falta de seriedad, pues debe acordarse que para mandar tropas a otro país, primero debe solicitar la autorización de la Asamblea Nacional, y no hay facultades para ninguna alianza militar”, dijo.
Izabá indicó que el discurso de Ortega no es congruente con sus mensajes de paz y reconciliación que pregonó en la pasada campaña electoral, pues cuando el entonces presidente Enrique Bolaños envió a militares nicaragüenses en una misión humanitaria a Irak, el hoy mandatario se opuso.
“El pueblo de Nicaragua, que tanto ha sufrido con las diferentes guerras, hoy quiere profundizar en la paz y la democracia. Además, la economía del país no podría soportar los gastos de una maquinaria belicista. Esas declaraciones irresponsables más me parecen una cortina de humo ante la grave problemática social y económica del país, por su falta de capacidad para enfrentar la situación”.