¡Ay, pata! ¿Te imaginas un Costa Rica donde cada rincón, incluso los más apartados del cerro, tenga un plan pa’ crecer bien organizado? Pues eso está a punto de pasar, parce. El Inder y el INVU se pusieron las pilas y unieron fuerzas para darle un empujón a los planes reguladores en 23 municipios, y créeme que esto va a traer cambios significativos.
La movida es sencilla, pero importante: nuestro gobierno le está inyectando más de ¢792 millones colones a estas iniciativas. De esos, el Inder puso más de ¢704.9 millones y el INVU añadió unos ¢87.2 millones. Este money va directamente a apoyar a los ayuntamientos para que hagan o actualicen sus planes reguladores cantonales. ¡Eso sí es ponerle ganas!
Y ojo, parce, que esto no es solo tirar la feria. El convenio, que durará 36 meses (con opción a extenderlo dos años más si hay algún brete), incluye asesoría técnica experta en cada etapa de la creación de los planes. Además, revisarán los documentos de los municipios pa’ asegurarse de que todo esté a raja tabla y ofrecer capacitación basada en el manual del INVU. ¿Pa’ qué queremos tener un plan si luego no lo hacemos bien, diay?
Esto significa que, finalmente, muchas comunidades rurales podrán planificar su crecimiento de forma organizada, teniendo en cuenta las leyes ambientales y técnicas. Imagínate, ya no más construcciones a medio andar o casas que bloquean la vista del Cerro Chirripó. Se acabó eso, porque ahora habrá reglas claras y definidas. ¡Qué alivio!
Gabriela Madrigal Garro, jefa del INVU, lo expresó claro: “Esto ratifica nuestro compromiso con un país que necesita desarrollo urbano planificado, resiliente y sostenible”. Y Ricardo Quesada Salas, del Inder, agregó que esto no solo beneficia el ordenamiento territorial, sino que también fortalece a los municipios y promueve buenas prácticas en temas de derechos humanos y erradicación del trabajo infantil. ¡Vamos creciendo como nación, eh!
Pero, ¿por qué tanto alboroto con los planes reguladores? Pues, parce, son la base de todo. Definen dónde se puede construir, cómo proteger el medio ambiente y qué zonas son ideales para diferentes tipos de negocios. En muchos cantones rurales, este documento simplemente no existía, generando un crecimiento caótico y dificultando la llegada de servicios básicos. ¡Imagínate vivir sin agua potable o luz eléctrica porque nadie pensó en cómo hacerlo!
Ahora, con esta inversión y el acompañamiento técnico, estamos dando un paso gigante hacia un desarrollo más integral y sostenible en esas zonas. Esto es crucial para asegurar que nuestros pueblos tengan un futuro próspero y que las próximas generaciones puedan disfrutar de la belleza de nuestra tierra. Ya no más improvisación, vamos con todo y pensando en el largo plazo. Eso sí es ser ticos de corazón.
En fin, parece que este convenio es una verdadera bendición para nuestras comunidades rurales. Pero me pregunto… ¿cree usted que realmente los municipios aprovecharán al máximo esta oportunidad y harán uso responsable de estos recursos, o caeremos en la misma rutina de despilfarro y corrupción? Déjeme saber su opinión en el foro, parce.
La movida es sencilla, pero importante: nuestro gobierno le está inyectando más de ¢792 millones colones a estas iniciativas. De esos, el Inder puso más de ¢704.9 millones y el INVU añadió unos ¢87.2 millones. Este money va directamente a apoyar a los ayuntamientos para que hagan o actualicen sus planes reguladores cantonales. ¡Eso sí es ponerle ganas!
Y ojo, parce, que esto no es solo tirar la feria. El convenio, que durará 36 meses (con opción a extenderlo dos años más si hay algún brete), incluye asesoría técnica experta en cada etapa de la creación de los planes. Además, revisarán los documentos de los municipios pa’ asegurarse de que todo esté a raja tabla y ofrecer capacitación basada en el manual del INVU. ¿Pa’ qué queremos tener un plan si luego no lo hacemos bien, diay?
Esto significa que, finalmente, muchas comunidades rurales podrán planificar su crecimiento de forma organizada, teniendo en cuenta las leyes ambientales y técnicas. Imagínate, ya no más construcciones a medio andar o casas que bloquean la vista del Cerro Chirripó. Se acabó eso, porque ahora habrá reglas claras y definidas. ¡Qué alivio!
Gabriela Madrigal Garro, jefa del INVU, lo expresó claro: “Esto ratifica nuestro compromiso con un país que necesita desarrollo urbano planificado, resiliente y sostenible”. Y Ricardo Quesada Salas, del Inder, agregó que esto no solo beneficia el ordenamiento territorial, sino que también fortalece a los municipios y promueve buenas prácticas en temas de derechos humanos y erradicación del trabajo infantil. ¡Vamos creciendo como nación, eh!
Pero, ¿por qué tanto alboroto con los planes reguladores? Pues, parce, son la base de todo. Definen dónde se puede construir, cómo proteger el medio ambiente y qué zonas son ideales para diferentes tipos de negocios. En muchos cantones rurales, este documento simplemente no existía, generando un crecimiento caótico y dificultando la llegada de servicios básicos. ¡Imagínate vivir sin agua potable o luz eléctrica porque nadie pensó en cómo hacerlo!
Ahora, con esta inversión y el acompañamiento técnico, estamos dando un paso gigante hacia un desarrollo más integral y sostenible en esas zonas. Esto es crucial para asegurar que nuestros pueblos tengan un futuro próspero y que las próximas generaciones puedan disfrutar de la belleza de nuestra tierra. Ya no más improvisación, vamos con todo y pensando en el largo plazo. Eso sí es ser ticos de corazón.
En fin, parece que este convenio es una verdadera bendición para nuestras comunidades rurales. Pero me pregunto… ¿cree usted que realmente los municipios aprovecharán al máximo esta oportunidad y harán uso responsable de estos recursos, o caeremos en la misma rutina de despilfarro y corrupción? Déjeme saber su opinión en el foro, parce.